Una llamada de atenci¨®n
Si bien es verdad que este art¨ªculo seguramente hubiera debido ver la luz con anterioridad, no est¨¢ de m¨¢s decir que el catalizador del mismo han sido las reiteradas declaraciones de responsables del Ministerio de Defensa en diferentes medios, que anuncian suscripciones de acuerdos con los proveedores nacionales de electr¨®nica para usos militares por valor de 50.000 millones de pesetas, lo que representar¨ªa, de resultar cierto, un panorama optimista para nuestras empresas.Antes de facilitar las cifras obtenidas por Aniel (Asociaci¨®n Nacional de Industrias Electr¨®nicas) -que no concuerdan con las declaradas oficialmente-, estimo conveniente realizar un cierto an¨¢lisis hist¨®rico de la evoluci¨®n de la situaci¨®n en este sector.
Efectivamente, hasta 1975, la pol¨ªtica de compras de las Fuerzas Armadas espa?olas se guiaba en virtud de compromisos adquiridos con potencias extranjeras y en base a unos acuerdos que no ten¨ªan como objetivo prioritario la realizaci¨®n de una pol¨ªtica industrial o tecnol¨®gica.
A partir de esas fechas, esa estrat¨¦gia cambi¨®, y desde el Ministerio de Defensa, y en definitiva desde el Gobierno, se inici¨® el fomento y la incentivaci¨®n de una industria de defensa aut¨®noma -en electr¨®nica, por lo que afecta a este art¨ªculo-, que pudiese garantizar nuestra independencia en algunos de los campos prioritarios de este subsector, utilizando para ello su propio potencial de compra.
Al amparo de estas tesis y de estas actuaciones, nacen y tratan de consolidarse un grupo de empresas, cualitativamente muy importantes, que enfocan su actividad sobre la base del desarrollo de tecnolog¨ªa propia, y, bien es verdad, sin contar en ning¨²n momento con un conocimiento m¨ªnimamente exacto de las necesidades de compra de la Administraci¨®n a medio-largo plazo.
Recientemente, las empresas integradas en Aniel detectaron aisladamente un claro par¨®n en las inversiones, que no concuerda con la sensaci¨®n que parece tener la Administraci¨®n ni las manifestaciones que ¨¦sta realiza. A la vista de esta situaci¨®n, la propia asociaci¨®n decide realizar una encuesta entre las empresas activas en este sector, que permiti¨® constatar los siguientes puntos:
- En las cifras que ha hecho p¨²blicas el Ministerio de Defensa se incluyen compras efectuadas por el Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones (Aviaci¨®n Civil) y por el Ministerio del Interior, lo que, conscientemente o no, complica el mensaje que ellas arrojan.
- Los datos obtenidos por Aniel en su encuesta revelan que la cifra de contrataci¨®n en 1988 ronda los 13.000 millones, a los que hay que sumar aproximadamente otros 13.000, de la parte electr¨®nica del contrato de modernizaci¨®n de los Mirage. Ello suma 26.000 millones, que distan mucho de los 50.000 anunciados p¨²blicamente.
Ca¨ªda de la contrataci¨®n
- La contrataci¨®n, descontado el ya citado contrato puntual de los Mirage, ha ca¨ªdo un 37% respecto a 1987, lo que hace enormemente preocupantes las expectativas de facturaci¨®n para los pr¨®ximos a?os, y da una idea suficientemente clara del grav¨ªsimo problema que se plantea a empresas que ya se hab¨ªan dimensionado y equipado para otra situaci¨®n.
L¨®gicamente, Aniel, como representante de los intereses de sus empresas asociadas, ve con marcada preocupaci¨®n esta disparidad de cifras y, lo que es m¨¢s grave, este aparente cambio de actitud de la Administraci¨®n espa?ola, que en a?os anteriores demostr¨® palpablemente su inter¨¦s por potenciar esta actividad en Espa?a. Este cambio, unido a la tradicional falta de planificaci¨®n de las compras, hace que las iniciativas industriales existentes se vean imposibilitadas de desarrollarse, ante los graves riesgos que acarrean las fuertes inversiones necesarias para situar a nuestras empresas y, por consiguiente, a Espa?a, en el m¨¢s alto nivel tecnol¨®gico.
Creo de inter¨¦s reflejar aqu¨ª que la industria de electr¨®nica para la Defensa de Espa?a la integran en Aniel 17 empresas, que dan empleo a m¨¢s de 4.000 personas, con un alt¨ªsimo grado de cualificaci¨®n t¨¦cnica, que facturan en conjunto del orden de 30.000 millones de pesetas y que representan pr¨¢cticamente la totalidad de la oferta espa?ola.
Conviene recordar tambi¨¦n que la electr¨®nica para la defensa en los pa¨ªses de nuestro entorno y en los situados en la vanguardia mundial ha jugado siempre un importante papel, no s¨®lo desde el punto de vista industrial, tecnol¨®gico o de empleo, sino tambi¨¦n como pieza estrat¨¦gica clave.
La falta de esta llave tecnol¨®gica ha imposibilitado a los pa¨ªses que se encuentran en esta situaci¨®n utilizar sus propios sistemas defensivos o de armas, dado que en ocasiones, y por razones de pol¨ªtica internacional, se ha negado el soporte pol¨ªtico y t¨¦cnico necesario por parte del suministrador extranjero.
Quiz¨¢ el retroceso se haya debido a una situaci¨®n coyuntural propiciada por un cambio de responsables en estos temas, quiz¨¢ se haya prestado demasiada atenci¨®n a nuestra dispersa participaci¨®n en programas internacionales en menoscabo de los programas nacionales, tal vez quiz¨¢ se est¨¦ en parte a la espera de una anunciada reestructuraci¨®n del sector por concentraci¨®n de empresas.
Todas estas inc¨®gnitas no impiden que Aniel, corporativamente, se pronuncie, solicite que se revisen los criterios que se aplican actualmente y advierta a los responsables del Ministerio de Defensa que la situaci¨®n actual no puede ser soportada por las empresas con car¨¢cter indefinido, y tambi¨¦n que un sector como el que nos ocupa, que ha realizado un important¨ªsimo esfuerzo inversor, cient¨ªfico y humano, est¨¢ a la espera de su impulso planificado para situar a nuestro pa¨ªs en el puesto que se merece en el concierto internacional.
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