Spadolini espera a las elecciones europeas para negociar la crisis italiana
La crisis de Gobierno abierta en Italia no se resolver¨¢ antes de las elecciones europeas. Se trata de una crisis complicada desde su inicio -a la que el propio presidente italiano, Francesco Cossiga, ha definido como "inefable" e "in¨¦dita"-, a la que se suma ahora la sorpresa que ha causado la decisi¨®n del palacio del Quirinal (sede de la jefatura del Estado) de nombrar al republicano Giovanni Spadolini, presidente del Senado, como explorador pol¨ªtico entre los distintos grupos pol¨ªticos.
Dicha decisi¨®n ha sido aplaudida por unos, entre los que se encuentran, naturalmente, los republicanos, a quienes podr¨ªa favorecer en las elecciones, y tambi¨¦n a los socialistas, ya que su l¨ªder, Bettino Craxi, al rechazar al democristiano De Mita, solicit¨® una "exploraci¨®n pol¨ªtica previa". El disgusto se lo han llevado otros; por ejemplo, el equipo del primer ministro dimisionario, Ciriaco de Mita, a quien, seg¨²n la costumbre, le hubiese correspondido el nuevo encargo de forma Gobierno, al haber sido presentado como candidato ¨²nico por su mismo partido.Por su parte, el director del diario La Repubblica, Eugenio Scalfari, critic¨® ayer duramente al propio jefe del Estado, Cossiga, por haber despojado al Parlamento de la facultad de discutir la crisis y haberse plegado al chantaje de los partidos pol¨ªticos, que a fin de cuentas son los que decidieron al margen de las c¨¢maras legislativas.
La oposici¨®n, por boca del secretario general de los comunistas, Achille Ocehetto, se ha limitado a decir que "hay poco que explorar" porque es bien sabido que se trata de una crisis para uso y consumo de las luchas internas en la Democracia Cristiana (DC) y en el Partido Socialista Italiano (PSI).
Incomprensi¨®n de Bush
Tampoco el presidente norteamericano, George Bush, ha entendido muy bien la funci¨®n de un explorador en la crisis de Gobierno. Durante su estancia en Roma, el s¨¢bado pasado, se lo pregunt¨® a Cossiga, pero al parecer no lo entendi¨® demasiado porque, al encontrarse poco despu¨¦s con Spadolini, el norteamericano le dijo: "Mi mujer me ha dicho que cuando vaya a explorar a la selva tenga cuidado de que no le ataquen las fieras". Bush se hizo un l¨ªo al no saber si deb¨ªa llamar presidente a De Mita o al explorador Spadolini. Le aliviaron de su preocupaci¨®n dici¨¦ndole que a ambos les pod¨ªa llamar presidente.
En realidad, todos los observadores son conscientes de que la misi¨®n de Spadolini, que ¨¦l mismo define como "la m¨¢s dif¨ªcil de mi carrera pol¨ªtica", es doble: por un lado, evitar que De Mita reciba de nuevo encargo de formar Gobierno, a quien no quieren ni los socialistas ni la nueva mayor¨ªa democristiana en torno al eje Forlani-Andreotti. De otra parte, necesita perder tiempo para llegar hasta despu¨¦s de las elecciones europeas sin resolver la crisis, para, con los resultados en la mano, iniciar la verdadera batalla pol¨ªtica entre democristianos y socialistas.
Craxi ha decidido despu¨¦s del congreso socialista de Mil¨¢n continuar su alianza con la Democracia Cristiana.
La DC le pide a cambio un pacto pol¨ªtico hasta 1992 para asegurar la gobernabilidad. Forlani sabe que dicho pacto es imposible que De Mita se lo arranque a Craxi; tal vez quien pudiera conseguirlo es Giulio Andreotti, el veterano pol¨ªtico democristiano que podr¨ªa convencer a Craxi para participar personalmente en el nuevo Gobierno, tal vez como ministro de Asuntos Exteriores.
Craxi sabe que antes de aceptar un pacto pol¨ªtico semejante, que le har¨ªa perder apoyo por parte de la izquierda, pedir¨¢ un precio muy alto: reformas institucionales y un mayor peso dentro del nuevo Gobierno que llevar¨ªa a los socialistas a ministerios que siempre ha regentado la DC, por ejemplo, el Ministerio de Asuntos Exteriores, el de Interior, o incluso el de la Ense?anza.
La Democracia Cristiana podr¨ªa aceptarlo porque sabe muy bien que sin los socialistas terminar¨ªa en la oposici¨®n, sobre todo en un momento en el que los comunistas est¨¢n levantando cabeza y han decidido acabar con la pol¨ªtica de ,oposici¨®n constructiva" para pasar a una confrontaci¨®n abierta con vistas a una alternativa reformista que podr¨ªa un d¨ªa coagular a todas las fuerzas que desean poner fin a la hegemon¨ªa eterna de la DC en este pa¨ªs.
Seg¨²n los observadores, si la nueva Democracia Cristiana centrista de Forlani-Andreotti consigue un pacto pol¨ªtico con Craxi para llegar tranquilos, sin zancadillas, hasta el final de la legislatura, dicha alianza podr¨ªa configurarse como una fuerza de gobierno estable, sin temores de alternativas hasta el 2000, quit¨¢ndoles a los comunistas cualquier posibilidad de alternativa y dej¨¢ndoles como m¨¢ximo la posibilidad de subirse al carro DC-PSI participando s¨®lo como fuerza secundaria.
?stos son los c¨¢lculos pol¨ªticos que, en estos momentos, se hacen a espaldas de Ciriaco De Mita, por el momento el gran derrotado.
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