Activo, entusiasta y optimista
Carlo Rubbia tiene unos luminosos ojos azules, es alto y corpulento y sufre de hiperactividad manifiesta. "No se puede estar quieto", es el comentario un¨¢nime de quienes trabajan con ¨¦l. Est¨¢ claro que es capaz de contagiar el entusiasmo que le invade cuando habla de f¨ªsica y a ello debe probablemente su actual puesto, para el que han debido ponerse de acuerdo los Gobiernos de los 14 pa¨ªses miembros del CERN. Su fuerte personalidad le hace a veces inc¨®modo.
Optimista nato, no se arredra ante los problemas que tiene planteados el gigantesco laboratorio, que convierte, como la creciente internacionalizaci¨®n del CERN, en algo positivo, aunque provoque cr¨ªticas de los pa¨ªses miembros por entender que otros se aprovechan del dinero que ellos invierten. Tampoco le preocupa excesivamente el que no exista todav¨ªa oficialmente un proyecto a medio plazo para sustituir o continuar el LEP.Le gusta mucho hablar, de lo divino y lo humano, pero no conceder entrevistas ni participar en actos protocolarios. Esta entrevista estuvo pendiente de su cambiante voluntad hasta ¨²ltima hora. Luego, se mostr¨® optimista, did¨¢ctico y cort¨¦s en un ingl¨¦s fluido y con fuerte acento.
Fuerzas de la naturaleza
Rubbia obtuvo en 1984 el premio Nobel de F¨ªsica, compartido con Simon van der Meer, por la confirmaci¨®n, s¨®lo un a?o antes, de la existencia de unas part¨ªculas intermediarias de corta vida, los bosones W y Z?, que permitieron dar un importante paso en la unificaci¨®n de las fuerzas que gobiernan la naturaleza. Desde el 1 de enero de este a?o Rubbia dirige el escenario de sus triunfos, el CERN, un laboratorio monstruo que constituye el orgullo de la fisica europea. Entre sus 14 pa¨ªses miembros figura Espa?a.
Cinco empresas espa?olas firmaron el pasado martes un acuerdo de colaboraci¨®n con el CERN para desarrollar un prototipo de im¨¢n superconductor, un paso, en palabras de Rubbia, muy importante para el pr¨®ximo proyecto, todav¨ªa no aprobado, el acelerador LHC. "Tenemos la norma de no hacer aqu¨ª lo que se pueda hacer fuera y contratos como el espa?ol pretenden preparar a la industria europea para nuestro futuro proyecto".
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