Italia demostr¨® las limitaciones de Espa?a

ENVIADO ESPECIAL
Espa?a mostr¨® anoche sus limitaciones, con las que ha ido aprendiendo a vivir resignadamente durante los ¨²ltimos campeonatos. Italia ratific¨®, con una contundencia hiriente y revanchista, una mayor madurez en todas sus l¨ªneas y en su concepci¨®n del juego y releg¨® a Espa?a a la lucha por los puestos del vag¨®n de cola y a la reconstrucci¨®n de un equipo que debiera haber mantenido una continuidad en el rendimiento de a?os atr¨¢s, aunque las numerosas ausencias limiten su potencial y le sirvan como peque?a justificaci¨®n.
La selecci¨®n espa?ola perdi¨® el hilo de un partido que jug¨® con claridad de ideas en cuanto Italia dispuso de mayor seguridad en su ritmo con la entrada de D'Antoni, de 38 a?os, que justific¨® su pol¨¦mica elecci¨®n por Sandro Gamba. El ex profesional, recalificado gracias a la norma que ha entrado en vigor en este Europeo, asumi¨® el papel preponderante en la resoluci¨®n del encuentro clave para las aspiraciones de unos y otros. Italia luchar¨¢ por una medalla mientras que Espa?a, si no lo remedia un milagro ante la URSS, lo har¨¢ por el quinto puesto, que, al cabo, le dar¨ªa el acceso directo al Mundial.
D'Antoni dio variedad al juego de su equipo y mejor¨® las asistencias al pivot alto, hasta los primeros minutos del segundo tiempo dominado por Ferr¨¢n. Riba sigui¨® recibiendo su parte del juego y Magnifico super¨® claramente a sus rivales: Andr¨¦u, Morales, Vecina e incluso Jim¨¦nez, que desdijo la predicci¨®n de D¨ªaz Miguel de que no iba a volver a jugar en ese puesto. Jim¨¦nez, desconocido y desconcertado, fue una demostraci¨®n m¨¢s de la p¨¦rdida de la, serenidad y la buena resoluci¨®n de los detalles t¨¢cticos del primer tiempo.
Cuando Italia abri¨® hueco en el marcador (50-60, en el minuto 27) fue cuando Espa?a jug¨® peor, sin que desde el banquillo se aportaran excesivas componendas como la insistencia de conceder a Laso minutos, tal vez para que recibiese una lecci¨®n pr¨¢ctica de conducci¨®n del equipo por parte de D'Antoni. Las soluciones tampoco parec¨ªan f¨¢ciles por el d¨ªa negro que tuvo Montero y porque Arcega se encontraba con cuatro faltas desde el minuto 14 tras una gran labor de marcaje a Riba. Bajo los aros se confirmaron las previsiones de la falta de consistencia de Andr¨¦u y Vecina. S¨®lo Villalobos proporcion¨® un reactivo, pero con todo sentenciado.
Hasta el minuto 21, el partido se asemej¨® a una lucha de dos colegiales por ganar peso para izarse mutuamente sobre el columpio. Espa?a pareci¨® redescubrir el placer de jugar bajo unas directrices claras, sobreponi¨¦ndose a los reveses del juego con inteligencia, sin perder la compostura. La claridad de ideas, al menos en la puesta en escena, fue compartida por ambos equipos. Tambi¨¦n compartieron el furor defensivo y un cambio en el normal emparejamiento, en el que los bases Arcega y Gracis se encargaron de los ca?oneros, Epi y Riba. Los desdoblamientos de Magnifico fueron compensados por la desafortunada actuaci¨®n de los reservas italianos en ese per¨ªodo, mientras que Biriukov, Epi y Ferr¨¢n mantuvieron m¨ªnimamente el ritmo en el ataque, lo que sirvi¨® para que Espa?a equilibrase un marcador desde el principio adverso e incluso llegara a ponerse por delante. Esos primeros 20 minutos resultaron, al menos, una peque?a, aunque insuficiente, justificaci¨®n.
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