Mirloslav Zavadil: "Los comunistas checoslovacos nos negamos a desaparecer"
?NGEL ANTONIO HERN?NDEZ, Miroslav Zavadil es rotundo en sus respuestas. Su aspecto es m¨¢s el de un sindicalista obrero que'e1 de un refinado pol¨ªtico o diplom¨¢tico del Este. A su funci¨®n de presidente del Consejo Central de los Sindicatos de Checoslovaquia une el de ser miembro del Bur¨® Pol¨ªtico del Partido Comunista Checoslovaco (PCCh) y la experiencia diplom¨¢tica de haber sido embajador en la Uni¨®n Sovi¨¦tica cuando Mijail Gorbachov inici¨® la perestroika y la glasnost.
Zavadil se confiesa impresionado por Gorbachov -a quien califica de "personalidad ¨²nica"- pero no tanto por las reformas sovi¨¦ticas en cuanto a su trasvase a la realidad de Checoslovaquia, el pa¨ªs m¨¢s reticente a los aires de cambio que se respiran en el bloque comunista. Seg¨²n Zavadil, los comunistas checoslovacos no est¨¢n dispuestos a hacerse el harakiri. ?Qu¨¦ partido en el gobierno ha dejado voluntariamente el poder?. M¨¢s claro a¨²n: "Los comunistas checoslovacos no vamos a crear las condiciones para autoeliminarnos". En Checoslovaquia habr¨¢ reformas econ¨®micas y pol¨ªticas al m¨¢s alto nivel, pero todo bajo control. "Tenemos la experiencia de 1968 y no permitiremos que la situaCi¨®n se nos escape de las manos".Pregunta. Como jefe de los sindicatos, ?qu¨¦ opina del pluralismo sindical en Polonia y de los sindicatos independientes en Hungr¨ªa?
Repuesta. El tipo de sindicato depende de las condiciones de cada pa¨ªs. Lo que ocurre en Polonia es muy peculiar. Solidaridad tiene m¨¢s car¨¢cter de organizaci¨®n pol¨ªtica que sindical, pero habr¨¢ que esperar un tiempo para ver c¨®mo se va a desarrollar su actividad. En cuanto a Hungr¨ªa, puede decirse que hay sindicatos independientes, como en otros pa¨ªses socialistas hay sindicatos dependientes. En mi pa¨ªs existen sindicatos independientes del Gobierno en el sentido de que tienen su propia pol¨ªtica sindical, aunque siguen el mismo programa del Gobierno, puesto que el esfuerzos de ambos se dirigen a la construcci¨®n de la sociedad socialista.
P. Uno de los principios b¨¢sicos del sindicalismo es la libertad de huelga. ?La hay en su pa¨ªs?
R. La ley checoslovaca no proh¨ªbe la huelga. Se considera aceptable que un colectivo de trabajadores exprese su protesta de esa forma. Ahora estamos en un proceso de reconversi¨®n industrial que afectar¨¢ a muchos trabajadores y habr¨¢ que tomar medidas impopulares. No creo que se origine un movimiento de protesta tipo Solidaridad porque no hay raz¨®n para ello. Nuestros sindicatos tratar¨¢n de reaccionar a todas las situaciones. Reconozco que puede haber tensi¨®n social y pol¨ªtica, puesto que estamos hablando de salarios y de puestos de trabajo.
P. A su faceta sindical une usted una faceta pol¨ªtica como miembro del Bur¨® Pol¨ªtico de su partido. Adem¨¢s fue embajador en la URSS de Mijail Gorbachov. ?Qu¨¦ opina del proceso de transformaci¨®n que se est¨¢ operando all¨ª?
R. Tuve la suerte de estar en la URSS cuando se inici¨® la perestroika, que persigue el perfeccionamiento de la sociedad socialista, aplicando los principios leninistas y corrigiendo algunas deficiencias y tr¨¢gicos errores. Se trata de una pol¨ªtica necesaria que proporcionar¨¢ a la URSS y al socialismo mundial un mayor prestigio y atractivo, pero es un proceso muy complejo. Gorbachov conoc¨ªa muy bien los problemas de la URSS cuando inici¨® su pol¨ªtica de cambios y sabia la resistencia que iba a tener. Sin embargo, no pudo prever los problemas tan profundos que est¨¢n surgiendo.
'Perestroika' a la checa
P. ?Se enfrenta Checoslovaquia con una situaci¨®n similar? ?Tienen ustedes un Gorbachov para llevar a cabo la reforma pol¨ªtica y econ¨®mica?
R. En ning¨²n caso en la sociedad socialista es posible comparar mec¨¢nicamente distintos pa¨ªses y partidos comunistas, puesto que cada uno tiene su propio desarrollo hist¨®rico. Esto lo ha dicho Gorbachov y supone una novedad en la pol¨ªtica sovi¨¦tica. No es posible comparar la perestroika con la reestructuraci¨®n checoslovaca ni con los procesos de reforma en otros pa¨ªses socialistas. Se dice que la perestroika no ha llegado todav¨ªa a Praga. Eso no es verdad. La personalidad de Gorbachov es excepcional, y por eso en Checoslovaquia no es posible buscar un personaje similar. Seguimos la pol¨ªtica inspirada por el ejemplo de la sociedad sovi¨¦tica, pero la ejercemos tomando en consideraci¨®n nuestra situaci¨®n interna y nuestra tradici¨®n democr¨¢tica.
P. ?En esa tradici¨®n democr¨¢tica puede enmarcarse la primavera de Praga, abortada por las tropas del Pacto de Varsovia y cuyo aniversario se celebra el 21 de agosto?
R. Hay cierta confusi¨®n en esto. En 1968 no se trat¨® de iniciar en Checoslovaquia una perestroika. En enero de ese a?o se reuni¨® el Comit¨¦ Central del PCCh, culminando un desarrollo que se estaba produciendo en su seno y en la sociedad. Se analiz¨® cr¨ªticamente todo lo anterior y se nombr¨® l¨ªder del partido a Alexander Dubcek, que no ten¨ªa ni personalidad destacada ni experiencia, aunque se le supon¨ªa capaz de hacer ciertos cambios que eran necesarios. Desgraciadamente, no cumpli¨® tales esperanzas. Debilit¨® el socialismo, cre¨® situaciones que, por un lado, provocaron una popularidad barata, y, por otro, afectaron a las bases mismas del futuro desarrollo socialista del pa¨ªs. Por eso, comparar a Dubcek con Gorbachov, como hacen algunos, y decir que aqu¨¦l inici¨® una perestroika en 1968, es err¨®neo. No quiero entrar en discusiones, pero Dubcek no significa nada en la Checoslovaquia de hoy. Si no fuese por la Prensa extranjera, nadie se acordar¨ªa de ¨¦l. Tiene su base fuera del territorio nacional, y los que le apoyan quieren una revaluaci¨®n del per¨ªodo 1968.
P. ?Quiere decir que no hay posibilidad de di¨¢logo con la oposici¨®n?
R. En Checoslovaquia existe Carta 77, que no contiene en su programa el objetivo de perfeccionar la sociedad socialista. Sus representantes defienden otros intereses. Ser¨ªa il¨®gico si nosotros, por propia iniciativa, cre¨¢semos las condiciones para facilitar el colapso de la sociedad socialista. No vamos a liquidarnos a nosotros mismos. Carta 77, y otros con ella, no reconoce el desarrollo experimentado por Checoslovaquia despu¨¦s de 1948. Quieren la revancha. Por tanto, no hay nada que discutir. ?Qu¨¦ partido de gobierno abandona el poder voluntariamente? No estamos dispuestos a que se cuestione el trabajo realizado por el pueblo checoslovaco en los ¨²ltimos 40 a?os. No vamos a dialogar con la oposici¨®n que est¨¢ en contra del socialismo.
No negar el pasado
P. Pero esa oposici¨®n est¨¢ a favor de la democracia y la defensa de los derechos humanos...
R. A nuestro juicio, la democracia tiene que estar orientada a beneficiar a la mayor¨ªa, lo cual no evita diferentes opiniones y el ejercicio de la cr¨ªtica, pero ser¨ªa irreal aceptar la negaci¨®n absoluta del pasado y permitir declaraciones como las que afirman que todos nuestros problemas van a quedar resueltos volviendo a la sociedad burguesa. En cuanto a los derechos humanos, en nuestro pa¨ªs se respetan derechos tan fundamentales como el del trabajo, la religi¨®n.... Pero la existencia de presos pol¨ªticos es un problema que s¨®lo concierne a nuestra pol¨ªtica interna.
P. ?Todos piensan como usted en el PCCh? ?Hay sectores reformistas y ortodoxos?
R. No hay reformistas en el PCCh. La palabra reforma no me gusta. Todos los comunistas tendr¨ªan que reconocer que el partido debe cumplir su misi¨®n al m¨¢s alto nivel, pero no todos est¨¢n dispuestos a hacerlo. Debe hacer una pol¨ªtica mucho m¨¢s abierta, consecuencia del apoyo de la mayoria de la poblaci¨®n.
P. ?Sin otra opci¨®n que la comunista? ?No temen que ocurra como en Polonia y Hungr¨ªa?
R. No hay nada que temer, aunque, debido a nuestra experiencia de 1968, nos preocupamos cuando escuchamos consignas en Hungr¨ªa similares a "socialismo con rostro humano", "primavera de Praga"....
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