A veces hay que forzarlo todo, incluso el amor
Pedro Almod¨®var comenz¨® ayer en el hospital psiqui¨¢trico de Legan¨¦s (Madrid) el rodaje del que ser¨¢ su octavo largometraje, titulado Atame. El cineasta vuelve as¨ª a ponerse detr¨¢s de las c¨¢maras tras casi dos a?os sin dirigir, dedicado durante muchos meses a la promoci¨®n de su pel¨ªcula Mujeres al borde de un ataque de nervios. En Atame, que cuenta como int¨¦rpretes principales con Victoria Abril y Antonio Banderas, Almod¨®var plantea una historia de amor en un entorno que, seg¨²n dice en el siguiente art¨ªculo, pretende resultar "crispado y vital, violento, rom¨¢ntico e ir¨®nico".
Hace casi dos a?os que no me pongo detr¨¢s de la c¨¢mara, aunque las c¨¢maras se hayan mantenido muy cerca de m¨ª, tanto que casi me achicharran en este tiempo, pero mi lugar est¨¢ detr¨¢s. Ni delante ni al lado. Detr¨¢s. As¨ª que soy feliz, porque desde ayer estoy en el lugar que amo y con el que siempre he so?ado. Mi felicidad no est¨¢ exenta de miedo, ansiedad, inseguridad e insomnio, pero por encima de todos esos estados de ¨¢nimo est¨¢ la excitaci¨®n que un rodaje me produce, excitaci¨®n s¨®lo comparable a la del amor, porque para m¨ª rodar es siempre una pasi¨®n.Atame es principalmente una historia de amor, o de c¨®mo alguien . ntenta construir una histor¨ªa de amor, como quien estudia una carrera, a base de esfuerzo, voluntad e insistencia. ?Puede una pasi¨®n ser dise?ada previamente, calculada y provocada? Cuando no se posee nada, como es el caso del protagonista, hay que forzarlo todo. Incluso el amor.
Ricki, el personaje que interpreta Antonio Banderas, es un chico que ha pasado su vida en instituciones sociales; hu¨¦rfano desde los tres a?os, toda su vida ha sido un incesante peregrinar por orfelinatos, correccionales y psiqui¨¢tricos. En el momento en que lo ponen en la calle, Ricki s¨®lo tiene, como dicen los flamencos, la noche y el d¨ªa y la vitalidad propia de un animal.
Una vez libre, decide seriamente sentar la cabeza; su m¨¢xima ambici¨®n consiste en convertirse en una persona normal. Pero la suya ser¨¢ una desesperada imitaci¨®n de la normalidad, porque ser normal es un lujo que no todo el mundo puede permitirse. Impulsado por una l¨®gica elemental, decide raptar a una chica de la cual se enamor¨® en una de sus fugas; de ese modo, ella puede conocerlo a fondo y descubrir que nadie la va a querer como ¨¦l.
La vida en las ciudades brinda pocas oportunidades para que la gente se conozca a fondo; por eso Ricki se ve obligado a provocar las circunstancias. El noviazgo forzado resulta tan espinoso como un noviazgo leg¨ªtimo, pero entre las dificultades nace, como es de esperar, el amor.
Altamente corrosivo
Ricki intenta provocar lo que nunca ha tenido: una familia y un trabajo. Un puesto en la sociedad de consumo y alguien con quien compartirlo. Lo que en cualquier otro personaje ser¨ªa una asp' raci¨®n peque?o-burguesa, en ¨¦l resulta altamente corrosivo.
Hay m¨¢s te.,-nas: la fraternidad, la dependencia de las drogas, el proceso de creaci¨®n, Madrid y mi preocupaci¨®n por el cine y su supervivencia.
La chica a la que Ricki rapta es una actriz que rueda una pel¨ªcula con Francisco Rabal, un director que se mueve en una silla de ruedas, como el Huston termina?, y que nutre sus historias de lo que ve y de sus propios caprichos.
"Desde que me dio el ataque de hemiplejia que me paraliz¨® la mitad de? cuerpo, decid¨ª que si quer¨ªa hacer otra pel¨ªcula tendr¨ªa que darme prisa antes de que se me paralizara la otra mitad", confiesa Rabal. Es un personaje crispado y vital, violento, rom¨¢ntico e ironico, y asi espero que resulte ?tame.
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