Atenas no es Pek¨ªn
LUIS MATIAS L?PEZ, Teodoros Pangalos, viceministro de Asuntos Exteriores en el Gobierno socialista que presid¨ªa Andreas Papandreu, asegur¨® poco antes de las elecciones del 18 de junio que Atenas se convertir¨ªa en otra Pek¨ªn si, tras los comicios, los comunistas colaboraban con la derecha de Nueva Democracia (ND). Los griegos castigaron al gobernante PASOK, dieron mayor¨ªa relativa a los conservadores y facilitaron a la izquierdista Coalici¨®n de Fuerzas de Izquierda y de Progreso la llave del Gobierno.
Tras un angustioso tira y afloja -al que la hospitalizaci¨®n de Papandreu a?ad¨ªa dramatismo-, este grupo, en el que los comunistas de Harilaos Florakis son mayoritarios, tom¨® una decisi¨®n hist¨®rica: integrarse en un Gobierno presidido por un hombre de ND, Yanis Yanetakis, para depurar las responsabilidades en los esc¨¢ndalos financieros y preparar, en el plazo de tres meses, nuevos comicios que dar¨ªan a un partido (previsiblemente el conservador) mayor¨ªa absoluta en el Parlamento necesaria para gobernar en solitario.
Si se piensa que, hace apenas 40 a?os, los comunistas y la derecha libraron una guerra civil sin cuartel, y que s¨®lo en 1974, a la ca¨ªda de la dictadura de los coroneles, se pudo legalizar el partido de Florakis (el KKE), hay que convenir en que el compromiso hist¨®rico suscrito en Atenas marca un hito singular.
Pese a las palabras de Pangalos, que asegur¨® posteriormente que se hab¨ªan sacado de contexto, Atenas no se ha convertido en Pek¨ªn y la rebeli¨®n frente al acuerdo ha sido moderada: un par de ataques a sedes comunistas fuera de la capital y un comunicado de condena del grupo terrorista Diecisiete de Noviembre.
'Catharsis'
Por vez primera en la moderna historia de Grecia, lo que marca la diferencia no es la ideolog¨ªa, sino la moralidad. Todos los partidos, incluso el PASOK, se comprometieron durante la campa?a en la necesidad de aplicar la catharsis (purificaci¨®n), que significa sentar en el banquillo y, eventualmente, meter en la c¨¢rcel a los responsables de los esc¨¢ndalos que, en los ¨²ltimos tiempos, han lesionado el prestigio internacional de Grecia y han envenenado el debate pol¨ªtico interno. Entre todos ellos, es el caso Koskotas el que ha adquirido mayores proporciones. El ex propietario del Banco de Creta acusa al propio Papandreu de dirigir la operaci¨®n de saqueo que cost¨® a las arcas del Estado cerca de 30.000 millones de pesetas, la mayor parte de los cuales, siempre seg¨²n Georgios Koskotas (que est¨¢ pendiente de extradici¨®n en una prisi¨®n norteamericana) fueron a parar a manos de influyentes miembros del Gobierno y del PASOK.
El sentido ¨²ltimo de la catharsis es que la justicia no se pare ni ante un director general o director de empresa p¨²blica, ni ante un ministro, ni ante el propio jefe de Gobierno. El l¨ªder de la oposici¨®n conservadora, Constantino Mitsotakis, lleg¨® a declarar, d¨ªas antes del 18 de junio, que "si Papandreu es culpable ir¨¢ a la c¨¢rcel". El nuevo Gobierno tiene el compromiso expreso de hacer posible el procesamiento de to dos los implicados, por alta que sea su posici¨®n. Es una decisi¨®n que s¨®lo puede tomar el actual Parlamento. El pr¨®ximo ya no tendr¨¢ atribuciones para ello. Falta por ver si, efectivamente, la catharsis llega hasta sus ¨²ltimas consecuencias y si, al final del camino, puede haber un juicio que dejar¨ªa chiquito al de Richard Nixon por el esc¨¢ndalo Watergate.
Papandreu es el centro de este drama pol¨ªtico y humano. El veterano dirigente socialista, cuya gesti¨®n en los ¨²ltimos ocho a?os ha logrado avances sociales y econ¨®micos indiscutibles, est¨¢ en el ojo del hurac¨¢n, es el centro de muchas sospechas (aunque de ninguna prueba concluyente) y atraviesa una situaci¨®n personal muy dif¨ªcil: reci¨¦n divorciado y a la espera de una boda con Dimitra Liani que los achaques de su coraz¨®n, sus ri?ones y sus v¨ªas respiratorias se empe?an en obstaculizar.
La derrota electoral proyecta, adem¨¢s, una gran sombra sobre su porvenir pol¨ªtico, aunque su salud se restaure. Para muchos socialistas, Papandreu (catharsis aparte) ya ha cumplido su ciclo y tiene que permitir un relevo en la direcci¨®n del PASOK que supondr¨ªa, casi, una refundaci¨®n del partido. El ex primer ministro, que jur¨® su cargo de diputado desde su habitaci¨®n del hospital, fue el inspirador y creador del PASOK, su jefe, su alma y su esencia. Sin ¨¦l, el partido ser¨ªa otro, con el reto de limpiar su fachada (y muchos militantes hacen notar que la mayor¨ªa de los procesados por el esc¨¢ndalo Koskotas son casi reci¨¦n llegados al PASOK), reivindicar su legado de Gobierno y luchar, nuevamente, por volver al poder.
Por su parte, la Coalici¨®n de Fuerzas de Izquierda y de Progreso ha jugado una baza arriesgada cuya explicaci¨®n hay que buscar en su propia estructura. En este grupo tiene una fuerza predominante el hist¨®rico Partido Comunista (KKE), que ahora dirige Harilaos Florakis. Pero en el grupo hay tambi¨¦n algunas personalidades disidentes de? PASOK y una fuerza importante, m¨¢s por prestigio que por votos, y que preside Le¨®nidas Kirkos: Izquierda Griega, heredera directa del KKE del Interior, el viejo partido eurocomunista.
Kirkos ha frenado, con gran probabilidad, toda veleidad colaboracionista de su socio hacia los socialistas y ha hecho valer su opini¨®n a la hora de decidir la colaboraci¨®n con la derecha. El grupo de Florakis no ha tenido inconveniente en que los dos ministros de la Coalici¨®n en el nuevo Gobierno sean pr¨®ximos a Izquierda Griega. El precio que los comunistas pagar¨¢n por su apuesta a¨²n no est¨¢ claro, pero puede ser alto, y el KKE quiere conservar, al menos, una l¨ªnea de defensa para el futuro.
Entre tanto, el Gabinete de Yanetakis tendr¨¢ que esforzarse en gobernar sin gobernar, aparcando los temas en los que pueda haber divergencias entre socios de posiciones te¨®ricamente irreconciliables, poniendo todo el ¨¦nfasis en la catharsis y en preparar los nuevos comicios. Pero Grecia, sobre todo su econom¨ªa, no est¨¢ como para soportar par¨¦ntesis largos. Puede que el engranaje chirr¨ªe o se rompa. ?sa es la gran esperanza del PASOK.
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