Aplausos y protestas para "F¨ªgaro"
Para clausurar la temporada ¨®pera 89, subi¨® al escenario del teatro l¨ªrico nacional La Zarzuela, de Madrid, el F¨ªgaro de Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, estrenado con ¨¦xito hace dos a?os en la sala Olimpia. Del nuevo p¨²blico pod¨ªa esperarse el esc¨¢ndalo, y lo hubo. A las protestas, se uni¨® algo m¨¢s lamentable, las fugas de algunos espectadores durante la representaci¨®n, con la consiguiente molestia para los dem¨¢s.El p¨²blico oper¨ªstico contin¨²a apegado a la idea de que no existe m¨¢s ¨®pera que el melodrama italiano del XIX con algunas extensiones, menos mayoritarias, hacia Wagner o Mozart. No hay que culparle demasiado pues carece de antecedentes directos de cuanto sucede en el teatro musical europeo desde hace casi tres cuartos de siglos. Ni siquiera La carrera del libertino, de Stravinski.
F¨ªgaro
Teatro L¨ªrico Nacional. Figaro, libro y m¨²sica de J. R. Encinar. Int¨¦rpretes: Ruy de Carvalho, Manuel de Bias, Luis Alvarez, Jes¨²s Ruyman, Dougias Nasrawi, Francisco Olmo, Miguel Sola, Francisco Mestre, Gregorioo Poblador, Juan Meseguer, Miguel L¨®pez Galindo, Isabel C¨¢mara, Ana Benito, Marisa P¨¦rez y Luis S¨¢nchez. Orquesta Sinf¨®nica de Madrid, titular del TLN. Director musical: J. R. Encinar. Direcci¨®n esc¨¦nica, decorados, figurines y luces: Sim¨®n Su¨¢rez. Madrid, 7 de julio.
O las ¨®pera de Britten, Werner, Henze, Prokofiev o Hindemith, de repertorio en otros pagos, lo son por los nuestros. No hablemos ya de un Berio o de un Stockhausen, cuyas entregas de Light tienen la conservadora Scala como escenario.
Inteligencia
El trabajo de Jos¨¦ Ram¨®n Encinar (Madrid, 1954), en su nuevo F¨ªgaro es admirable como libretista, compositor y director. Su obra es incitante y, sobre todo, inteligente. Y una inteligencia en funcionamiento quiz¨¢ sea el mayor espect¨¢culo del mundo.
F¨ªgaro es un divertimento de alto porte intelectual que, para comenzar, precisa en el p¨²blico de cierta familiaridad sobre la vida y la aventura de Beaumarchais y de la tercera parte de su Figaro, La madre culpable, la m¨¢s utilizada, junto a otros textos, por Jos¨¦ Ram¨®n Encinar y tan bella en la decadencia de sus personajes como las piezas que llevaran al pentagrama los compositores Mozart y Rossini.
Estamos ante una ¨®pera sobre la ¨®pera, y en su prospecci¨®n art¨ªstico-intelectual hacia F¨ªgaro, Encinar se encontr¨® con que la figura de su creador superaba en inter¨¦s a la de su criatura. El juego discurre pues entre Beaumarchais, su vida, su circunstancia y las biografias de todos entremezcladas en una acci¨®n polivalente cuyo curso nos lleva de la palabra hablada a la cantada o hablado-cantada y de ¨¦sta a la m¨²sica instrumental, no a trav¨¦s de una continuidad lineal, sino plural en el tiempo y en el espacio. Nada hay de agresivo en F¨ªgaro, pero s¨ª existe una ruptura con los supuestos oper¨ªsticos tradicionales.
Jos¨¦ Ram¨®n Encinar ha realizado con precisi¨®n sus ideas y la belleza intr¨ªnsecamente musical de algunos pasajes o la sugesti¨®n de esa acci¨®n espejeante acaba sumergiendo en la obra a los espectadores, interesados m¨¢s todav¨ªa gracias a la realizaci¨®n estupenda de Sim¨®n Su¨¢rez, otra inteligencia en libertad, como director esc¨¦nico, autor de decorados y figurines y planificador de luces.
Gran altura
La interpretaci¨®n, por parte de todos, ray¨® a gran altura, con todo y ser dif¨ªcil. A las protestas se unieron muchos aplausos.
Creo que se contaba con unas y con otros, pero en cualquier caso es preciso avanzar y, cuando menos, participar en el arte de un tiempo que es el nuestro.
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