Mi crimen favorito
Participantes en la II Semana de Novela Negra en Gij¨®n relatan el suceso que m¨¢s les ha impresionado
Varios escritores de los m¨¢s de 40 que asistieron hasta hoy a los debates organizados dentro de la II Semana de Novela Negra en Gij¨®n relatan el crimen que por alguna causa m¨¢s les ha impresionado; no cometidos a partir de posiciones de poder pol¨ªtico o legal, sino por individuos y por motivos personales. Desde el asesinato de la banda de Bugs Moran, conocido como la matanza del d¨ªa de San Valent¨ªn, hasta el triste final de la cubana Celia Margarita Mena, algunos de los hechos pueden servir como prueba para juzgar la existencia del mal.
La sarc¨¢stica escritora norteamericana Tony Fennelly, creadora del detective Matt Sinclair, dice que sus cr¨ªmenes favoritos son los que ella misma ha cometido, con los que ha disfrutado inmensamente y de los que ha salido impune. En otro momento recuerda un hecho ocurrido en Bourbon Street, calle de Nueva Orleans, en algunos de cuyos clubes trabaj¨® como camarera en top-less y strip tease. "El due?o de un local mat¨® a balazos, delante de la gente, al due?o de un bar vecino. Yo trabajaba en ese momento para la v¨ªctima, y tambi¨¦n lo hab¨ªa hecho para el asesino, al que hab¨ªa dejado tiempo atr¨¢s por sus malas pulgas y peores modales. Como era muy rico, jam¨¢s fue a prisi¨®n. Tienes derecho a un crimen si eres muy rico en Nueva Orleans".En la edad joven del escritor cubano Ignacio C¨¢rdenas, de 60 a?os, autor de Enigma para un domingo, se produjo en aquella isla un crimen que es el que m¨¢s fuerte impresi¨®n le ha causado nunca. "Se trat¨® del caso de una descuartizada", dice. "Todav¨ªa recuerdo su nombreCelia Margarita Mena. El cuerpo de esa mujer joven y bella, que no era una prostituta, pero s¨ª llevaba una vida bastante promiscua, apareci¨® en distintos lugares en paquetes. El cr¨ªmen dej¨® huella en m¨ª porque dio la casualidad de que yo pasaba por el lugar en el momento en que una persona hallaba el tronco de Cella Margarita Mena. Fue la primera vez que vi un cuerpo humano seccionado".
Estudios de cirug¨ªa
El caso se resolvi¨® con la detenci¨®n de un amante de la v¨ªctima que hab¨ªa seguido estudios preliminares de cirug¨ªa. Por la forma en que estaba seccionado el cuerpo se supo que ten¨ªa esos conocimientos. "La recomposici¨®n del asesinato supuso en aquella ¨¦poca un triunfo de la criminolog¨ªa en mi pa¨ªs", concluye C¨¢rdenas.En opini¨®n del brit¨¢nico James Melville, creador del de tective japon¨¦s Tetsuo Otani, en nuestra ¨¦poca, para ¨¦l y para muchos de sus compatriotas, los llamados moors murders fueron los cr¨ªmenes del siglo. "Es as¨ª porque los adultos", dice, "conjuntamente, torturaron, abusaron se xualmente y asesinaron a un buen n¨²mero de j¨®venes de uno y otro sexo. Brady, el hom bre, se inspiraba en una versi¨®n perversa de la filosof¨ªa de Nietzsche. Su amante, Myra Hindley, era su voluntariosa c¨®mplice. El horror de sus acciones se mantiene vivo en nuestra imaginaci¨®n, y para muchos de nosotros fue una prueba de que el mal existe".
Para el espa?ol Fernando Mart¨ªnez La¨ªnez, autor de la novela Se va el caim¨¢n, el asesinato del presidente Kennedy constituye un momento alucinante e inexplicable de la historia. "Todos los recursos del Estado norte americano", dice, "se estrellan ante una trama de contradicciones e incoherencias perfectamente urdidas, que superan la ficci¨®n m¨¢s rocambolesca".
Y de un magnicidio de dudoso origen a un suceso imaginario: el que narra el autor de la Rep¨²blica Federal de Alemania J¨¹rgen Alberts, quien dice adorar los cr¨ªmenes alcoh¨®licos. "Me imagino a un t¨ªo que es, por un lado, un aut¨¦ntico gilipollas, y por otro, un agente literario (lo que en mi opini¨®n no es algo tan diferente). Bebe normalmente ?agua! Le emborracho y finalmente introduzco vodka por su nariz, y muere en una alcohol-catastrophia tremenda".
El norteamericano Stuart Kaminsky, creador del detective Tony Peters, recuerda que en un nevado 14 de febrero, en Chicago, dos hombres vestidos de polic¨ªas y varios m¨¢s entraron en un garaje de la calle de Clark. "Menos de cinco minutos despu¨¦s, todos los de la banda de Bugs Moran, salvo el propio Bugs, estaban tendidos en el suelo del local, acribillados. Una de las v¨ªctimas, un asesino llamado Guzenberg, sobrevivi¨® varias horas, pero rehus¨® nombrar a quienes cometieron la masacre del d¨ªa de San Valent¨ªn.
Moran, el m¨ªtico rival de Al Capone, huy¨® de Chicago, y la leyenda dice que los hombres que hab¨ªan disparado las ametralladoras traicionaron m¨¢s tarde a Capone, quien los golpe ¨® hasta la muerte con un bate de b¨¦isbol. Del garaje ya no queda nada. Es s¨®lo un solar abandonado pr¨®ximo a un edificio de apartamentos. No hay placa, ni monumento, ni se?al indicativa en el lugar; pero aquellos que conocemos la localizaci¨®n del tiroteo de la banda de g¨¢nsteres m¨¢s famosa de la historia de Am¨¦rica lo recordamos, porque de esa materia est¨¢n hechos los malos sue?os".
Uno de los casos que desconciertan a Francisco G. Ledesma es el de la muchacha de Tarragona asesinada en un s¨®tano de la tienda de sus padres. No se ha logrado dar con el culpable, y est¨¢ provisionalmente archivado. Al escritor le horroriza, adem¨¢s de una presumible impunidad, el hecho de que no se haya detallado si hubo o no asalto sexual, ni cu¨¢l fue realmente el arma del crimen. "Lo que la gente sabe es contradictorio. ?Era el culpable un apoyo o un familiar? ?La puerta pod¨ªa abrirse s¨®lo desde dentro? Hay a¨²n muchas dudas que hub¨ªesen debido impedir el archivo del asunto".
Ilusi¨®n
La divisi¨®n entre la perspectiva sobre el mundo del siglo XIX y de la era moderna es lo que representa para el norteamericano J. Madison Davis el caso de Jack el Destripador. "No era el primero en que una serie de cr¨ªmenes irracionales no resueltos se produc¨ªa; pero s¨ª simboliza uno de los momentos en que la gente del siglo XIX constat¨® que su mundo se acercaba al fin. El misterio es un fen¨®meno bastante moderno, que provee a los lectores del confort de la ilusi¨®n de un universo racional que se revela falso en cr¨ªmenes como los de Jack el Destripador".
Babelia
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