Para quitarse la "txapela"

En el ¨²ltimo d¨ªa del Festival de Jazz de San Sebasti¨¢n, el p¨²blico abarrot¨® los dos recintos convirtiendo la actuaci¨®n final de Rub¨¦n Blades en una prolongaci¨®n de la fiesta de su aniversario celebrada en camerinos. El paname?o cumpli¨® 41 a?os sobre el escenario del vel¨®dromo de Anoeta y regal¨® un concierto magn¨ªfico de intensidad y precisi¨®n, con los m¨²sicos concentrados en los complejos arreglos de sus canciones, que representan una alternativa para la salsa por la imaginaci¨®n con que tratan una m¨²sica popular. El enorme poder¨ªode Rub¨¦n Blades en el escenario, su compromiso con la realidad latinoamericana y su naturalidad para comunicar prendieron en un p¨²blico entregado y danzar¨ªn, ansioso de fiesta y encantado con la descarga salsera protagonizada por el cantante y su grupo Son del Solar.

Con anterioridad hab¨ªan actuado tres int¨¦rpretes fundamentales de la m¨²sica brasile?a: Caetano Veloso, Jo¨¢o Bosco y Jo¨¢o Gilberto. Solos con sus guitarras y un ligero acompa?amiento de percusi¨®n, se sucedieron en un concierto de los que no se olvidan f¨¢cilmente. La ternura, sensibilidad y sutileza de Caetano Veloso; la fuerza de Jo¨¢o Bosco y el carisma de Jo¨¢o Gilberto, uno de los padres de la actual m¨²sica brasile?a, permitieron asistir a un espect¨¢culo ¨²nico, con unas canciones de impresionante riqueza y elegancia, en el que destac¨® un Caetano breve y emocionante.

Por la tarde, el pianista Wim Mertens estren¨® su obra Razones para componer en una abarrotada plaza de la Trinidad. Con el acompa?amiento de fagot, viol¨ªn, flauta y saxo, desarroll¨® una m¨²sica de influencia cl¨¢sica y representativa de un mundo propio que el compositor belga ha sabido hacer atractivo a un p¨²blico amplio y asequible. Al margen de etiquetas, Mertens y, sobre todo, Blades y los brasile?os hicieron que la clausura del festival de Jazz de San Sebasti¨¢n fuera de quitarse la txapela.