El concierto de Pink Floyd en Venecia abre una viva pol¨¦mica sobre los da?os a la ciudad
200.000 asistentes convirtieron la plaza de San Marcos en una cloaca
El concierto de Pink Floyd en la inigualable plaza de San Marcos de Venecia, la manifestaci¨®n de rock m¨¢s impresionante en la historia de este pa¨ªs, retransmitida por Mundovisi¨®n la noche del s¨¢bado, ha sido definido como un "¨¦xito rotundo, pero envenenado por un mar de pol¨¦micas". El ¨¦xito musical estaba asegurado ya desde su anuncio. Lo revel¨® mejor que nada la invasi¨®n que de la ciudad lagunar hicieron m¨¢s de 200.000 j¨®venes llegados hasta all¨ª desde muy diversos puntos, con todos los medios posibles e imaginables y dispuestos a todos los sacrificios para no perderse una ocasi¨®n ¨²nica.
El fant¨¢stico conjunto rockero ingl¨¦s puso en ¨¦xtasis a todos los asistentes a su concierto venecia no desde las primeras notas de la canci¨®n Shine on you crazy diamond, de Gilmoure, con que se abri¨® el espect¨¢culo. Pero ayer, los italianos, que hab¨ªan seguido masivamente el concierto veneciano por televisi¨®n, se despertaron en medio de un vendaval de pol¨¦mica lanzado por la radio y los diarios, que hablaban de "toque de queda en la ciudad m¨¢s fr¨¢gil de Italia", de "Venecia profanada por el rock", de "desembarco de los b¨¢rbaros".En realidad, la pol¨¦mica sobre la conveniencia de realizar el concierto de Pink Floyd en Venecia -como acto sonoro-art¨ªstico-cultural europeo en la que pretende ser la futura capital permanente del arte en Europahab¨ªa sido muy dura. No por falta de amor a los rockeros ingleses, adorados por grandes y peque?os, sino porque Venecia est¨¢ considerada por todos como algo fragil¨ªsimo, casi intocable.
Se tem¨ªan da?os a los monumentos de arte. Se hab¨ªan levantado en armas todas las asociaciones defensoras del medio ambiente. Pero las autoridades venecianas llegaron a un compromiso: el concierto se celebrar¨ªa a un volumen sonoro del 50% m¨¢s bajo de lo normal.
Al l¨ªmite del colapso
Pero eso no era todo. El problema de fondo era c¨®mo preparar a una ciudad, ya al l¨ªmite del colapso por el enorme flujo de turismo y por sus caracter¨ªsticas de ciudad limitada por el agua, para recibir una tal avalancha de visitantes. Y es eso lo que criticaba ayer un¨¢nimemente la Prensa italiana. Porque, seg¨²n han contado con pelos y se?ales los enviados especiales, lo cierto es que Venecia se hab¨ªa convertido ya desde la noche anterior -en que hab¨ªa, adem¨¢s, diluviado- en una ciudad asediada. Doscientos mil j¨®venes acamparon 24 horas antes en la plaza de San Marcos y la convirtieron en una cloaca.La gente fue aplastada en lascallejuelas por la riada de j¨®venes y se produjeron casi un centenar de heridos. Para poder estar m¨¢s cerca de sus ¨ªdolos, los j¨®venes se hab¨ªan encaramado hasta sobre las estatuas preciosas de San Marcos y del Palazzo Ducal. Y agotados por las horas de espera bajo un sol que quemaba, hicieron que la plaza de San Marcos de Venecia pareciera una playa.
Lo que los venecianos no les perdonan a las autoridades locales es que la ciudad hubiese sido no s¨®lo "invadida y profanada" en s¨ª misma, sino que ello se haya realizado en una fecha tan significativa para todo veneciano de pura cepa como la fiesta del Redentor, que se celebra desde hace cuatro siglos.
Pero Venecia, como tambi¨¦n mostraban ayer los comentarios de toda la Prensa, ha aplaudido a los Pink Floy hasta despellejarse las manos; ha aplaudido,el que miles de j¨®venes de todo el pa¨ªs hayan invadido la ciudad sagrada del arte para entusiasmarse y emocionarse con la m¨²sica, uno de los instrumentos universales de fraternidad y paz. Lo que no se perdona a los responsables del poder es que una ciudad sobre la que ha llovido dinero del mundo entero no acabe resolviendo el problema de sus estructuras y sea capaz de recibir a quienes la aman sin necesidad de quedar convertida en dormitorio o urinano p¨²blico.
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