Cierra el principal banco de plasma privado de Espa?a por el descr¨¦dito de la donaci¨®n retribuida
El principal banco de plasma privado de Espa?a ha anunciado que cerrar¨¢ sus puertas el pr¨®ximo 28 de julio. Los laboratorios Grifols ponen fin as¨ª a 49 a?os de tradici¨®n familiar. "Se acab¨®, tiramos la toalla. La normativa nos permite seguir funcionando, pero estamos cansados de la presi¨®n que la Administraci¨®n ejerce sobre nosotros y de salir en las revistas sensacionalistas" afirma V¨ªctor Grifols, presidente del consejo de administraci¨®n de los laboratorios. "Se ha denigrado tanto la donaci¨®n retribuida, que los donantes tienen la sensaci¨®n de estar haciendo algo prohibido. Seguiremos produciendo hemoderivados con plasma importado de EE UU, que por cierto se obtiene de donaciones retribuidas" a?ade Grifols.
El Ministerio de Sanidad orden¨® retirar el a?o pasado una campa?a de publicidad para fomentar la donaci¨®n sangu¨ªnea que asimilaba el cuerpo de los donantes -m¨¢s exactamente el atractivo cuerpo de una mujer en ba?ador- a un surtidor de gasolina. El anuncio, considerado de mal gusto y vejatorio para la mujer, atentaba contra la concepci¨®n moral imperante en Europa: equiparar la sangre a un producto tan prosaico como la gasolina no concuerda precisamente con el criterio moral dominante, seg¨²n el cual este bien humano tan escaso no debe ser objeto de comercio.Sin embargo, Europa incurre en contradicci¨®n porque, siguiendo las recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), proh¨ªbe la donaci¨®n retribuida, pero importa la mayor parte del plasma que necesita de Estados Unidos, donde s¨ª est¨¢ autorizada y donde un esp¨ªritu m¨¢s pragm¨¢tico ha convertido a los bancos de plasmaf¨¦resis en un floreciente comercio con altas tasas de exportaci¨®n. Y es as¨ª porque, de momento, la donaci¨®n altruista s¨®lo cubre en Europa el 23% de sus necesidades de plasma.
Los bancos de plasmaf¨¦resis extraen de la sangre del donante ¨²nicamente el plasma, 500 miligramos por cada donaci¨®n, que la industria transforma en hemoderivados como el llamado factor VIII, de vital importancia para preservar la vida de los enfermos hemof¨ªlicos. Los bancos de sangre convencionales, en cambio, aprovechan de la sangre los hemat¨ªes para las transfusiones sanguineas.
La donaci¨®n retribuida s¨®lo est¨¢ permitida, y con ciertas restricciones, en Austria, la Rep¨²blica Federal de Alemania y Suecia. En el resto de pa¨ªses est¨¢ prohibida, y en el mismo sentido se encaminan las directivas de la Comunidad Europea (CE). La normativa espa?ola proh¨ªbe tambi¨¦n la donaci¨®n retribuida, pero una disposici¨®n transitoria del decreto de octubre de M5 que regula el sector permite la permanencia de los bancos privados existentes con car¨¢cter transitorio, aunque no fija una fecha l¨ªmite.
Cuesti¨®n de seguridad
Pero no han sido s¨®lo consideraciones de tipo ¨¦tico las que han pesado en el ¨¢nimo de los legisladores. Tambi¨¦n han influido "razones de seguridad y calidad", seg¨²n la doctora Pilar Farjas, responsable de la secci¨®n de hemoterapia del Ministerio de Sanidad. "La sangre retribuida proced¨ªa de los sectores m¨¢s marginales de la sociedad, que precisamente por su situaci¨®n de marginaci¨®n presentaban una mayor incidencia de agentes pat¨®genos, como, por ejemplo, el virus de la hepatitis, cuya incidencia se redujo en un 90% gracias al control de la sangre", explica.
Ocurre, sin embargo, que tampoco en EE UU son precisamente las saludables clases acomodadas las que suministran materia prima a los bancos que exportan el plasma a Europa. Son homeless (personas sin casa), depauperados y vagabundos, las capas m¨¢s pobres de la sociedad norteamericana. "Pero los donantes est¨¢n sometidos a estrictos controles y la sangre a un riguroso proceso de an¨¢lisis. De modo que no es ning¨²n problema que los donantes sean humildes", asegura V¨ªctor Grifols, hijo, consejero delegado de los citados laboratorios.
Los laboratorios Grifols fueron precisamente los que advirtieron en 1986 al banco de sangre de la residencia de Bellvitge que algunas partidas de plasma que les hab¨ªan enviado conten¨ªan el virus del s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Luego se comprob¨® que los hemat¨ªes correspondientes a ese plasma se hab¨ªan utilizado en transfusiones sangu¨ªneas efectuadas a varios enfermos, y por esta raz¨®n se encuentran procesados en estos momentos cuatro directivos de la residencia.
Se puede controlar lo conocido, aunque siempre existe una posibilidad de error. Pero ?c¨®mo se controla lo desconocido?, La doctora Farjas recuerda que el virus del SIDA pas¨® desapercibido durante mucho tiempo precisamente porque no se conoc¨ªa, y por esta raz¨®n miles de hemof¨ªlicos de todo el mundo contrajeron la enfermedad a trav¨¦s del factor VIII con el que se medicaban. La prohibici¨®n protege, pues, en teor¨ªa a los ciudadanos europeos de nuevos y desconocidos virus, pero en la pr¨¢ctica tal protecci¨®n es falaz. Los hemofillicos europeos contrajeron el SIDA precisamente a trav¨¦s del plasma procedente de EE UU.
La contradicci¨®n se mantendr¨¢ mientras no se alcance la anhelada autosuficiencia, objetivo final de la actual pol¨ªtica, que en Espa?a est¨¢ todav¨ªa lejos.
El Plan Nacional de Hemoterapia s¨®lo tiene cuatro a?os de andadura y ¨¦ste es un camino de largo recorrido. Para 1992 se espera contar con centros regionales de transfusiones en todo el territorio espa?ol.
Tres laboratorios
En Espa?a se producen aproximadamente 1.400.000 donaciones de sangre al a?o. En cada donaci¨®n se extraen 500 miligramos de sangre, de la que se obtienen 250 miligramos de hemat¨ªes para transfusiones y otros 250 de plasma para hemoderivados.Tres laboratorios producen en Espa?a el 90% de los hemoderivados: Grifols, Hoescht Ib¨¦rica y Hubber. Entre los tres fabrican 60 millones de unidades de factor VIII al a?o, que cubren con creces las necesidades de los 3.500 hemofilicos espa?oles, pero s¨®lo unos cinco millones de unidades se elaboran a partir del plasma obtenido en Espa?a. El resto se importa de Estados Unidos.
Grifols produce por s¨ª sola el 45% del factor VIII que se elabora. "Nosotros compramos a los diferentes hospitales 50.000 litros de plasma al a?o, pero s¨®lo podemos aprovechar en realidad 25.000, porque el resto llega en condiciones no id¨®neas. De modo que importamos otros 270.000 litros de Estados Unidos", explica V¨ªctor Grifols. Los laboratorios espa?oles pagan a 50 d¨®lares por litro el plasma que importan, lo que al actual cambio equivale a unas 6.000 pesetas, "cuando un litro de plasma procedente de un hospital espa?ol nos cuesta entre 7.600 y 9.300 pesetas el litro", a?ade el consejero delegado de Grifols.
300 donantes
Cuando cierre el banco de plasma de Grifols quedar¨¢n en Espa?a dos bancos privados, ambos con una m¨ªnima actividad, uno en Matar¨®, el laboratorio Pfrimer, y otro en Murcia. Grifols hab¨ªa llegado a tener inscritos en los seis bancos privados de plasmaf¨¦resis que ten¨ªa en Barcelona, Madrid, Valencia, M¨¢laga y Badalona hasta 17.000 donantes. Ahora, el ¨²ltimo que conserva, el de Barcelona, cierra sus puertas con apenas 300 donantes habituales que cobran por cada donaci¨®n 2.500 pesetas.V¨ªctor Grifols, hijo, aclara que en realidad lo que pagan no es la sangre. Pagan la hora que pierde el donante para someterse a la plasmaf¨¦resis. "Porque ?qui¨¦n puede poner precio a la sangre? ?Cu¨¢nto vale un litro de sangre si te est¨¢s desangrando?", se pregunta. "La sangre no tiene precio. No ha detenerlo nunca. Otra cosa es que se compense a los donantes". "En otros pa¨ªses no se paga con dinero, sino con especies", explica. En Francia los bancos organizan viajes de recreo y en Finlandia las empresas dan el d¨ªa libre. En la Uni¨®n Sovi¨¦tica tambi¨¦n se compensa la donaci¨®n con permisos laborales. Y en China sobra sangre porque pagan la donaci¨®n a 50 d¨®lares, pero falta plasma y nos compran los hemoderivados porque carecen de infraestructura".
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