El alto magisterio de Mstislav Rostropovich
Los protagonistas del concierto dedicado a Bach en El Escorial se sienten a gusto en el medio universitario: la reina Sof¨ªa y el violonchelista Rostropovich. El teatrito de corte Carlos III ten¨ªa el s¨¢bado por la noche mucho de paraninfo y nada de cortesan¨ªa. Y en las primeras filas de la platea, los estudiantes del Conservatorio de San Lorenzo sent¨ªan pr¨®xima la inmensa lecci¨®n instrumental y musical del maestro de Baku.Programa: tres suites de Juan Sebasti¨¢n Bach, la segunda, la tercera y la quinta. Esto es: m¨²sica-m¨²sica, suerte de maravillosa cura de tanta actividad tocada por la mercadotecnia, la espectacularidad y la trivialidad. Sobre todo s¨ª esa m¨²sica grande nos llega a trav¨¦s de una t¨¦cnica y un pensamiento tan elevados como los de Mstislav Rostropovich, capaces de dar nueva vida y hasta actualidad a las geniales suites con las que Juan Sebasti¨¢n Bach rompi¨® todos los l¨ªmites de la escritura violonchel¨ªstica.
Recital de Mstislav Rostropovich (violonchelo)Concierto organizado por la universidad Complutense de Madrid y la Comunidad Aut¨®noma de Madrid
Obras de Juan Sebasti¨¢n Bach. Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial, d¨ªa 22 de julio.
Cuando vivimos esta espl¨¦ndida y original experiencia, este anticipado asalto a tantas bastillas musicales impulsado por la sustancialidad de las ideas, quedan un poco tristes las peque?as innovaciones posteriores, casi siempre de detalle, cuando no de capricho. En Juan Sebasti¨¢n Bach, la renovaci¨®n se produce, conjunta e inseparablemente, en el concepto y en el lenguaje, en lo cient¨ªfico y lo art¨ªstico, en la imaginaci¨®n y el modo de comunicarla. Por eso, obras como las suites para violonchelo quedan "studio" y la exhibici¨®n virtuosista.
La gran inventiva
Las seis suites -todas ellas escritas en torno a los a?os 1720 y 1723- responden a un an¨¢logo patr¨®n estructural: las danzas "de rito", esto es, Allemande, Courante, Sarabande y Giga; las de galanter¨ªa -Menuetto, Bourr¨¦, Gavota-, y un magn¨ªfico pre¨¢mbulo, que cumple la funci¨®n de obertura y que constituye siempre la mejor invenci¨®n del compositor.M¨¢s a¨²n: desde el preludio se nos da, extremadamente -por ejemplo, en casos como el de la quinta suite- el tono y el estilo, es decir la materia predeterminante de todo cuanto seguir¨¢ tras de ¨¦l. De esta manera, las suites de Juan Sebasti¨¢n Bach -tanto las violonchel¨ªsticas como las violin¨ªsticas o las escritas para la¨²d- cobran en el "cantor de santo Tom¨¢s" una singular fuerza unitaria, basada en la ra¨ªz y la morfolog¨ªa de las ideas, que abre anchas puertas al futuro de la m¨²sica.
Luego est¨¢ la doble referencia: por una parte est¨¢ la flexibilidad y por otra el ritmo fijo y, desde el punto de vista de la textura, la consecuci¨®n definitiva de lo polif¨®nico en el violonchelo, que es realizada con libertad, sin incurrir en la menor pedanter¨ªa profesoral, y orientada, tal como escribe Alberto Basso, "hacia la transformaci¨®n de los movimientos de danza o de estructuras libres en arquitectura, en la que prevalecen los principios del contrapunto, del flujo mel¨®dico ininterrumpido y del ritmo estricto en figuraciones continuamente var¨ªadas".
Corno todos los grandes artistas, Mstislav Rostropovich resume, personifica y fuerza la herencia recibida de sus antecesores. La "modernizaci¨®n" de Juan Sebasti¨¢n Bach, defendida por Schweitzer y Pau Casals, asume en el violonchelista ruso un talante huidizo de cualquier ganga rom¨¢ntica, por m¨¢s que el aliento l¨ªrico cobre, desde su fabuloso cantabile, una grandeza de seguro impacto.
No es que se ignoren, ni que se desprecien, cuantos conocimientos hist¨®ricos culturales envuelven la biograf¨ªa del violonchelo, sino que se enaltece la pluritemporalidad de esta m¨²sica, "de todos los tiempos", como dec¨ªa Casals, sin constre?irla a ning¨²n tipo de contingencias temporales.
Una brava lecci¨®n
Fue una brava lecci¨®n la que ofreci¨® Mstislav Rostropovich. Y se trata de una lecci¨®n no tan s¨®lo para sus colegas violonchelistas -aunque todos ellos puedan asombrarse de la libre soltura que posee un arco tan admirable como el suyo-, sino tambi¨¦n una lecci¨®n extensiva a todo m¨²sico, ya que en ella se consigue demostrar inequ¨ªvocamente qu¨¦ es y c¨®mo se hace la gran m¨²sica; en qu¨¦ consiste y de qu¨¦ manera se traba el pensamiento con la realizaci¨®n; cual es el significado que deben alcanzar el ligado, el silencio y los acentos, y hasta d¨®nde importa tocar con sosiego, mesura de movimiento y pasi¨®n interior.El peque?o Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial, en esta ocasi¨®n abarrotado como nunca, se torn¨® una pura aclamaci¨®n en homenaje vivo al gran maestro.
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