Siempre en campa?a

Felipe Gonz¨¢lez, entonces solamente secretario general del PSOE, y Leopoldo Calvo Sotelo, por aquellas fechas todav¨ªa jefe del Gobierno, firmaron el 31 de julio de 1981 unos pactos auton¨®micos que, de haberse cumplido por completo, habr¨ªan evitado al actual presidente el problema que tiene sobre la mesa: las elecciones se agolpan.Te¨®ricamente, en los meses venideros pueden producirse tres convocatorias electorales pr¨®ximas entre s¨ª: en la Comunidad de Madrid, en Galicia y en Andaluc¨ªa. Y si el presidente adelanta las generales ser¨¢n cuatro.

El heredero de aquel gran pacto de 1981 suscrito por UCD y PSOE fue el partido socialista, que llev¨® al Bolet¨ªn Oficial de las Cortes buena parte de su contenido. Pero el otro firmante no pudo, por defunci¨®n, hacer valer el contrato.

Por eso tal vez quedaron en el aire y en los servicios de documentaci¨®n algunos pactos inclumpidos. Uno de ellos, el compromiso de promover una norma que agrupe en un solo d¨ªa las elecciones dispersas.

Esta intenci¨®n topa con el libre albedr¨ªo de que disponen cuatro presidentes auton¨®micos para disolver su Asamblea o convocar otra nueva; pero tal decisi¨®n constituir¨ªa la excepci¨®n tolerada, y no como ahora la norma sufrida. As¨ª lo concibieron los firmantes del pacto, aunque nunca plasmaron su intenci¨®n porque ni siquiera preguntaron a las dem¨¢s partes implicadas.

Actualmente se celebran en fechas diferentes las elecciones generales, las europeas, las andaluzas, las catalanas, las vascas, las gallegas, y las municipales y regionales. Es decir, siete convocatorias cada cuatro a?os.

Y no s¨®lo eso: nada impide que cada presidente de las 13 autonom¨ªas restantes convoque sus comicios en la fecha en que lo desee, cumpliendo m¨¢s o menos los cuatro a?os de legislatura. O que, provisto de la correspondiente modificaci¨®n legal auton¨®mica, disuelva con prisas su Asamblea si lo cree conveniente.

As¨ª, podr¨ªa haber ocurrido que las elecciones de 1987 en 13 regiones se hubiesen celebrado en 13 d¨ªas consecutivos, o en 13 d¨ªas alternos diferentes, o incluso en distintos meses. Esto no sucedi¨®, pero s¨®lo gracias a un pacto alcanzado meses antes entre el Gobierno central y los regionales, ocupados mayoritariamente entonces por el PSOE.

Ahora bien, sigue abierta la posibilidad, siquiera sea te¨®rica, de que unos presidentes de signo opuesto entre s¨ª o distinto del que gobierne desde Madrid -como ocurre en Castilla y Le¨®n, Arag¨®n, Canarias, La Rioja y Cantabria- no alcancen un acuerdo global, sea por sus intereses o por la casualidad, y la pol¨ªtica espa?ola se convierta en una campa?a electoral incensante.

La ley que regula las distintas modalidades de refer¨¦ndum, promulgada en 1980, se?ala en su art¨ªculo 42 que este tipo de consulta no puede producirse en el per¨ªodo comprendido entre los 90 d¨ªas anteriores y los 90 posteriores a la fecha de celebraci¨®n de elecciones parlamentarias o locales, generales o de otro refer¨¦ndum. Ya hay, por tanto, en la legislaci¨®n actual una norma que limita la coincidencia de convocatorias electorales. No obstante, esa ley da prioridad a las elecciones frente a los referendos: "Quedar¨¢ suspendido autom¨¢ticamente todo refer¨¦ndum ya convocado", se?ala, "cuando hubiere de celebrarse en el per¨ªodo antes se?alado, debi¨¦ndose proceder a nueva convocatoria".

El problema para las elecciones auton¨®micas es qui¨¦n llevar¨ªa la prioridad de paso.