Rafsanyani, presidente iran¨ª tras una elecci¨®n de tr¨¢mite

Votar es un deber religioso en Ir¨¢n. Y por si a alguien le quedaba alguna duda, carteles con la imagen M fallecido ayatol¨¢ Ruhola Jomeini depositando una papeleta en una urna recordaban ayer el mandato del inspirador de la revoluci¨®n isl¨¢mica. Un mero tr¨¢mite formal para respaldar la ascensi¨®n a la presidencia de la Rep¨²blica del que ya es su hombre fuerte, el hoyatoleslam Al¨ª Akbar Hachemi Rafsanyani. Su rival, el diputado liberal Abas Cheibani, apenas ha servido de contrapunto para justificar el juego democr¨¢tico. Otros 80 aspirantes se quedaron en el camino, desestimados por la junta electoral.

No hay listas electorales en las escuelas, mezquitas o alcald¨ªas que hacen las veces de centros de votaci¨®n. Cada. ciudadano va llegando, se coloca en una fila de acuerdo con su sexo y, llegado su turno, se identifica ante el responsable de mesa. Recibe entonces la papeleta en la que deber¨¢ escribir el nombre de su candidato. Como precauci¨®n ante posibles irregularidades, dicha hoja de votaci¨®n se arranca de una libreta en cuya matriz se escribe el nombre del votante y se imprime su huella dactilar. La tinta con la que se marca el dedo es indeleble para garantizar que, una vez ejercido el derecho al sufragio, no se volver¨¢ a. votar.[La votaci¨®n finaliz¨® a las 21 horas locales (19,30 hora peninsular espa?ola), despu¨¦s de que la hora de cierre de las urnas hubo de ser prolongada por dos veces, dos horas cada vez, debido a la "participaci¨®n si precedentes de electores" seg¨²n el ministro del Interior, Mehdi Mohtashemi, informa France Press. Mohtashemi afirm¨® que las elecciones se desarrollaron sin incidentes, pese a la existencia de conspiraciones" de "grupos contrarevolucionarios" para "entorpecer el proceso"]

Tanta o m¨¢s importancia que la elecci¨®n presidencial celebrada ayer, la quinta desde el advenimiento de la Rep¨²blica Isl¨¢mica, la tiene el refer¨¦ndum constitucional que se desarroll¨® simult¨¢neamente. Una doble hoja, con una mitad roja para el no y otra verde para el si, permiti¨® a los iran¨ªes pronunciarse sobre una reforma de la que se conoce el esp¨ªritu, pero no su formulaci¨®n concreta. En principio, el cambio en la ley fundamental va a reforzar los poderes del presidente, al suprimir el cargo de primer ministro y limitar los estamentos que participan en la direcci¨®n ideol¨®gica y religiosa del pa¨ªs.

Concentraci¨®n de poder

La medida, que cont¨® con la aprobaci¨®n previa del nuevo gu¨ªa espiritual iran¨ª, el ex presidente Al¨ª Jamenei, constituye un paso m¨¢s en la concentraci¨®n de poder pol¨ªtico en manos de Rafsanyani. Aunque el Ir¨¢n posrevolucionario ignora los sondeos sobre intenciones de voto y las prospecciones estad¨ªsticas a las puertas de los colegios electorales, todo parece indicar que el hombre del r¨¦gimen saldr¨¢ elegido con la mayor¨ªa de los votos. Hasta hoy no se empezar¨¢n a conocer resultados del escrutinio, comenzado ayer al cierre de las urnas.Ante la ausencia de otras inc¨®gnitas, preocupa saber el porcentaje de sufragios favorables y el ¨ªndice de participaci¨®n, los dos principales indicadores del respaldo a la nueva era que se ha iniciado con la muerte de Jomeini. Del plebiscito celebrado ayer puede haber surgido ya la legitimaci¨®n del posjomeinismo, una eventualidad m¨¢s que probable y que tampoco aclara demasiado cu¨¢les ser¨¢n los derroteros del nuevo r¨¦gimen.

Pese a los consejos del ayatol¨¢ fallecido, los iran¨ªes apenas rozaron el 60% de participaci¨®n en la precedente convocatoria a las urnas, en agosto de 1985, para reelegir a Jamenei. El ahora reci¨¦n nombrado gu¨ªa obtuvo entonces su segundo mandato, y tambi¨¦n el ¨²ltimo seg¨²n la Constituci¨®n con el 85,6% de los sufragios. Rafsanyani, que cuenta con el apoyo incondicional de todas las personalidades del r¨¦gimen, goza de una popularidad similar y, lo que es a¨²n m¨¢s importante, dispone del respaldo del bazar, el poderoso mundo de los negocios iran¨ª.

Aun as¨ª, la era de Rafsanyani no se divisa carente de problemas. Una vez colocado al frente de la direcci¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs el astuto ex presidente del Parlamento tiene ante s¨ª la ardua tarea de sacar a Ir¨¢n de la penuria econ¨®mica, agravada por los ocho a?os de guerra con Irak.

La lucha por el poder a¨²n no ha terminado. No se trata ¨²nicamente de saber qu¨¦ van hacer Ahmed Jomeini o Al¨ª Montazeri, los dos aspirantes que parecen descolocados. La ascensi¨®n al liderazgo espiritual de Jamenei tambi¨¦n parece estar contestada.

Descontentos con la poca atenci¨®n al rango religioso que revel¨® la Asamblea de Expertos, algunos de los ancianos ayatol¨¢s, con una graduaci¨®n similar a la de Jomeini, ya han empezado a reclamar que se les consulte en las cuestiones teol¨®gicas.

Para complicar el panorama de la posguerra, existe en Ir¨¢n una duplicidad de ¨®rganos militares, el desprestigiado Ej¨¦rcito y el cuerpo de Guardianes de la Revoluci¨®n, cuyo verdadero poder est¨¢ todav¨ªa por descubrir.