El nuevo modelo de concertaci¨®n

Nicol¨¢s Redondo cree que puede aplicarse un nuevo modelo de negociaci¨®n ya que no vale el mismo discurso de 1980, 1981 o 1986. "Queremos concertar", afirma, "pero bajo nuevas f¨®rmulas que presuponen un cierto reformismo en la pol¨ªtica del Gobierno". Pero la reacci¨®n de algunos ministros ante la plataforma sindical que elaboran UGT y CC OO le hace abrigar pocas esperanzas. Le indigna que "antes de informarse hayan empezado a descalificar. No s¨¦ si es a lo ¨²ltimo ignorancia o mala fe. Estoy perplejo, siento un cierto estupor y al mismo tiempo una consideraci¨®n hacia el Gobierno que no es, en cierta medida de mucho respeto". Esa plataforma sindical no est¨¢ pensada para justificar un oto?o calienie, aunque tampoco Redondo lo descarta, dado que ha aumentado la deuda social, origen de las movilizaciones del a?o pasado. "Por nuestra parte", a?ade, "ser¨ªa una frivolidad afirmar ahora mismo que tenemos en cartera una nueva huelga general. Va a depender de muchos factores. Nosotros estamos mucho m¨¢s predispuestos al acuerdo que al enfrentamiento, a la huelga y al paro".

El dirigente sindical insiste una y otra vez enque no quiere parecer que fomenta el dranlatisrno y reconoce que ha habido un crecimiento econ¨®mico que ha sido muy importante, pero no le parece tan positivo c¨®mo se ha repartido. Argumenta que "en cualquier otro pa¨ªs, con un crecimiento de la econom¨ªa de un 5% se hubiesen creado muchos m¨¢s puestos de trabajo. Con todos esos beneficios de los empresarios, ?por qu¨¦ no se hace una pol¨ªtica que genere m¨¢s empleo?"

Ante la falta de di¨¢logo con el Ejecutivo su reflexi¨®n es: "Cualquier Gobierno inteligente lo que hubiera hecho despu¨¦s del 14 de diciembre, en lugar de tensionar la situaci¨®n y abrir un foso mayor con los sindicatos, habr¨ªa sido intentar reducir ese foso y paliar la situaci¨®n. El Gobierno no es inteligente, porque lleva a?os intentando agudizar las diferencias, tensionar las relaciones con las centrales sindicales, creyendo que as¨ª termina con ellas. A ning¨²n Gobierno le interesa llevarse mal con los sindicatos, y menos a uno que sea de car¨¢cter progresista. Pero lo que sucede en Espa?a es causado por el concepto mesi¨¢nico del propio Gobierno y porque no tiene oposici¨®n pol¨ªtica. El Gobierno se est¨¢ mirando todo el d¨ªa el ombligo".