Conservadores 'rojos'
LA 'PERESTROIKA' ha provocado en cuatro a?os cambios sustanciales en el mundo comunista. Cambios que no est¨¢n motivados s¨®lo por la necesidad de borrar los efectos de los cr¨ªmenes de Stalin o del inmovilismo de Breznev, sino que responden a la evidencia del fracaso del modelo de socialismo instaurado en la Uni¨®n Sovi¨¦tica y aplicado luego en otros pa¨ªses sobre la base de la ideolog¨ªa del marxismo-leninismo.Si Hungr¨ªa y Polonia han tomado de modo resuelto el camino de la reforma, iniciando una compleja transici¨®n hacia un sistema democr¨¢tico y pluralista, las burocracias dominantes en los dem¨¢s pa¨ªses del bloque socialista se resisten a aceptar la l¨®gica de la reforma impulsada por Gorbachov. Dirigentes que, en Praga o en Berl¨ªn Este, han pasado d¨¦cadas proclamando su fidelidad a la URSS se atrincheran ahora en los viejos dogmas, repiten que ellos no necesitan cambiar nada esencial y levantan barreras para impedir que sus pueblos sean contaminados por los aires que llegan de Mosc¨². Esta diferenciaci¨®n entre pa¨ªses socialistas se ha enconado ¨²ltimamente en un grado tal que no es exagerado hablar de una contraofensiva de los conservadores rojos contra la perestroika. Contraofensiva que refleja la reacci¨®n de unas castas gobernantes apegadas a sus privilegios y temerosas de que los ciudadanos puedan influir en la vida pol¨ªtica.
En la propia Uni¨®n Sovi¨¦tica, la contraofensiva conservadora se despliega en dos frentes principales. Por un lado, a trav¨¦s de campa?as de prensa, sectores del aparato tratan de identificar las dificultades econ¨®micas del pa¨ªs, incluidos los problemas de abastecimiento de la poblaci¨®n, con la indisciplina social favorecida por la perestroika y la glasnost, tratando as¨ª de desviar contra los reformadores los descontentos sociales. Por otro, cuando en las rep¨²blicas del B¨¢ltico hay progresos que indican la posibilidad de una pol¨ªtica de compromisos en el problema nacional, los conservadores se dedican a estimular el nacionalismo gran-ruso y el desprecio hacia las otras nacionalidades, estimulando as¨ª la inestabilidad pol¨ªtica en uno de los puntos neur¨¢lgicos de la reforma.
En el plano internacional, esa ofensiva conservadora contra la perestroika adquiere su perfil m¨¢s agresivo en las proclamas de Fidel Castro contra el proceso iniciado en Hungr¨ªa y Polonia, y sus advertencias sobre la posibilidad de que en la URSS estalle una guerra civil. Agobiado por la grave crisis pol¨ªtica que sacude la isla, Castro ha proclamado que Cuba, en todo caso, permanecer¨¢ fiel hasta la muerte al marxismo-leninismo. Es el suyo un numantinismo de opereta que refleja la incapacidad del ex guerrillero de Sierra Maestra para comprender las ra¨ªces hist¨®ricas del proceso cr¨ªtico que sacude al mundo comunista. Es dif¨ªcil no ver en esta actitud el temor a que la reforma econ¨®mica en la URSS ponga en cuesti¨®n las ayudas unilaterales otorgadas al pa¨ªs caribe?o. Pero es suicida abordar ese problema, que sin duda existe, atrincher¨¢ndose en el misticismo un tanto rid¨ªculo que propone "marxismo-leninismo o muerte".
Por su parte, China ha dado un car¨¢cter internacional a su campa?a contra la l¨ªnea reformista. Un reciente memor¨¢ndum publicado en la Prensa de Pek¨ªn denuncia "el compl¨® de las fuerzas reaccionarias del capitalismo internacional" que durante los ¨²ltimos 10 a?os "se han infiltrado pol¨ªtica e ideol¨®gicamente en los pa¨ªses socialistas para subvertirles desde el interior aprovechando sus dificultades". Este rebrote del cl¨¢sico m¨¦todo estalinista de convertir cualquier oposici¨®n en compl¨® exterior indica la gravedad del paso atr¨¢s que se ha dado en China. Con esa tesis, el propio Deng Xiaoping, campe¨®n de la reforma desde 1978, podr¨ªa ser tachado de agente capitalista. Hay mucha demagogia en estas campa?as. Lo prueba el deseo de China de mantener, por imperativos econ¨®micos, su apertura hacia Occidente. Atenazado el pa¨ªs por esa contradicci¨®n entre los intereses estrechos de un aparato de poder y las exigencias de modernizaci¨®n y de presencia en la vida internacional, no saldr¨¢ adelante mientras sigan mandando los conservadores.
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