Volver a esperar en Renfe
Al igual que otros muchos j¨®venes, el verano pasado decid¨ª darme una vueltecita en tren por distintos lugares de Europa. Cuando compr¨¦ mi billete de salida en la estaci¨®n central de Barcelona (Sants) tuve que hacer cola durante m¨¢s de tres horas en las taquillas internacionales. Despu¨¦s pas¨¦ por Francia, Alemania y Dinamarca, donde, como mucho, tard¨¦ veinte minutos en conseguir los distintos pasajes.Este a?o pienso volver a realizar otro peque?o periplo en tren. Hoy he ido a reservar el billete a las siete de la ma?ana para ahorrarme largas colas. Ha sido en vano: aun siendo el n¨²mero quince de una fila vertebrada una hora antes de la apertura de las taquillas, hasta las diez -al cabo de tres horas- no he conseguido mi pasaje. No ha habido ninguna mejora en todo un a?o.
Por suerte la gente que viaja en tren tiene la costumbre de hablar sin recato ante desconocidos para intentar hacer apetecible cualquier atisbo de sopor, de modo que, a decir verdad, la espera me ha resultado muy agradable al lado de un par de lindos mexicanos y una alemana. Yo, en tanto qce anfitri¨®n, no sab¨ªa c¨®mo quitarme de encima una cierta sensaci¨®n de verg¨¹enza ante el desaguisado de un serv¨ªcio de trenes que cubre su d¨¦ficit con mis impuestos y que al fin y al cabo es administrado por los pol¨ªticos que yo mismo eleg¨ª; acechado por esa vaga responsabilidad, inici¨¦ un ensayo de disculpas -en realidad, de autoinculpaci¨®n- al que los visitantes respondieron de forma significativa.
Mientras le explicaba a la alemana que ya me hab¨ªan cazado una vez en una cola y que despu¨¦s no hab¨ªa visto nada similar en ning¨²n otro rinc¨®n de Europa, la chica, sonriente pero sin compasi¨®n, me contest¨® que dos a?os antes ella hab¨ªa visto algo parecido en un lugar llamado Madrid. Los mexicanos se re¨ªan a placer . Ante mi cara de circunstancias, una hija de la Guadalajara mexicana remataba con ojos picarones: "En Espa?a estamos como en casa: aqu¨ª nada funciona".
Sin pretensi¨®n alguna de extra?ar a los mejicanos, a quienes siempre recibir¨¦ con ilusi¨®n merced a su simpat¨ªa, preferir¨ªa que Renfe dignificara sus servicios.-Ismael R¨¤fols i Garc¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.