"No veo en Espa?a una tendencia a reducir el presupuesto de Defensa"
Rafael de la Cruz, secretario de Estado de Defensa
Rafael de la Cruz, secretario de Estado de Defensa, cree que Espa?a va a mantener en los pr¨®ximos a?os su actual nivel de gasto militar, en torno al 2% del producto interior bruto (PIB), pese al clima de distensi¨®n mundial. En su opini¨®n, los presupuestos de Defensa contribuyen al fomento de la industria de alta tecnolog¨ªa, lo que debe ser considerado a la hora de decidir su volumen. Precisamente, la industria militar espa?ola est¨¢ inmersa en estos momentos en un proceso de reestructuraci¨®n que debe culminar antes de finales de a?o, seg¨²n las previsiones del ministerio.
Pregunta. ?C¨®mo han afectado al Ministerio de Defensa los dos recortes presupuestarios de este a?o?Respuesta. Han tenido un impacto considerable. Es evidente que cuando quieres retirar dinero de un presupuesto, el cap¨ªtulo de personal apenas puede sufrir recortes; es un cap¨ªtulo comprometido. Por tanto, debes recortar aquellas partidas que te permiten dejar de hacer cosas, y ¨¦sas no son las que repercuten en el funcionamiento del sistema, sino las de expansi¨®n. En Defensa hemos tenido que recortar 45.000 millones de pesetas, y el 90% de ese dinero ha salido de las inversiones. Para hacerse una idea, el cap¨ªtulo de inversiones para 1989 crec¨ªa un 11 % respecto al a?o anterior; pues bien, el recorte ha supuesto un 12% de ese presupuesto. Por tanto, hemos reducido el cap¨ªtulo de inversiones en un 1% en t¨¦rminos nominales.
P. ?Ha incidido el recorte en alg¨²n programa concreto?
R. Ha incidido en muchos programas concretos, que van de la electr¨®nica al armamento, pasando por la infraestructura y las telecomunicaciones. Hemos procurado repartir el impacto entre todos los sectores suministradores de las Fuerzas Armadas, tanto nacionales como extranjeros. Ha afectado sobre todo a programas que pens¨¢bamos contratar este a?o, pues no puedes recortar pagos de programas plurianuales ya iniciados a no ser que acuerdes una posposici¨®n de pagos, lo que genera intereses. En todo caso, contrataremos otros programas que son m¨¢s prioritarios que los recortados.
Clima de distensi¨®n
P. Por lo que se ha filtrado, los gastos de Defensa crecer¨¢n un 2,5% el a?o que viene. R. Ninguna cifra es definitiva, pues estamos viendo los presupuestos preliminares, y yo tengo que remitirme al final de la discusi¨®n. Lo cierto es que el presupuesto de Defensa tiene una ley de dotaciones que fija su ritmo de crecimiento y ampara una l¨ªnea de actuaci¨®n a medio plazo. Por otra parte, el hecho de que este ministerio ceda posiciones dentro de los Presupuestos del Estado no es algo nuevo, viene de los a?os 1981-1982, cuando los gastos de Defensa supon¨ªan alrededor del 11% del total, y ahora no llegan al 8%. Por tanto, ha habido en estos a?os una cesi¨®n de recursos desde la defensa a otras funciones que la sociedad demandaba, como la mejora de las infraestructuras. Lo que pasa es que el presupuesto p¨²blico ha tenido un crecimiento constante, y eso ha hecho posible que a pesar de todo los gastos de Defensa se mantengan en torno al 2% del producto interior bruto, lo que nos ha permitido abordar la necesaria modernizaci¨®n de las Fuerzas Armadas.
P. Parece que Defensa deber¨¢ apretarse el cintur¨®n en 1990.
R. Espa?a es hoy un pa¨ªs incardinado en las tendencias pol¨ªticas y econ¨®micas de su entorno. Actualmente hay una tendencia clara a la reducci¨®n de los presupuestos de Defensa en todo el mundo debido al clima de menos tensi¨®n por el que hay que felicitarse. De todas formas yo no veo en Espa?a, de momento, una tendencia a la reducci¨®n expresa del presupuesto de Defensa, por debajo de ese nivel de alrededor del 2% del PIB. Creo que nos vamos a mantener en el volumen global de gastos de Defensa, y hay razones para pensar as¨ª, porque el presupuesto de este ministerio tiene una vertiente muy importante, que es la de servir como fomento a una industria de alta tecnolog¨ªa, y ese dato habr¨¢ que tenerlo en cuenta al decidir sobre su importancia.
P. ?No va cumplir Espa?a la recomendaci¨®n de la Alianza Atl¨¢ntica de aumentar en un 3% en t¨¦rminos reales sus gastos de Defensa?
R. Yo no he observado en la Alianza un fetichismo sobre las cifras. Ha de ser un 3%. ?Hombre!, no. Los planteamientos son m¨¢s de definici¨®n de la posici¨®n estrat¨¦gica de cada uno. ?Cu¨¢l es el papel de Espa?a? ?Lo cumple? ?Lo cumplir¨¢ y en qu¨¦ plazo? Eso es lo que importa, y no tiene que estar relacionado con una cantidad determinada de gastos de Defensa. En la medida en que Espa?a cumpla los objetivos que le corresponden, habr¨¢ que buscar el presupuesto suficiente, ni un peseta m¨¢s ni menos.
P. Defensa tendr¨¢ un problema a?adido el a?o pr¨®ximo.
R._Muy negro me lo pone.
P. Me refiero a que el aumento retributivo aprobado para este a?o, que no se reflejaba en los. presupuestos, porque se arbitr¨® un cr¨¦dito extraordinario, supondr¨¢ un notable aumento del cap¨ªtulo de personal. Si se mantiene el objetivo de que ¨¦ste no sobrepase el 40% del gasto de Defensa, deber¨¢n incrementarse de forma proporcional los restantes cap¨ªtulos.
R. No todo se puede tener. Es verdad que una pol¨ªtica retributiva que hac¨ªa falta, que era una necesidad sentida y se ha podido abordar este a?o, ha supuesto un incremento notable de las retribuciones del departamento, y no todo cabe en un presupuesto limitado. Si suben las retribuciones un a?o, tendremos que compensarlo en el presupuesto para encajar las cifras que nos corresponden globalmente. Y esto lo saben las Fuerzas Armadas. La suma tiene que dar siempre 100. Si un cap¨ªtulo crece m¨¢s, otro crecer¨¢ menos. A m¨ª me preocupa muy poco mantener esa proporci¨®n del 40% a cort¨ªsimo plazo, a un a?o o a dos vista. Me preocupa que se cumpla a largo plazo, porque es un objetivo deseado. Tambi¨¦n debo decir que el proceso de modernizaci¨®n avanza y va acerc¨¢ndose a las cotas fijadas. Llegar¨¢ un momento en que tienda a estabilizarse. Entonces aumentar¨¢n los gastos de mantenimiento, porque la inversi¨®n de hoy genera mantenimiento ma?ana, y tan importante es adquirir un nuevo sistema como mantenerlo operativo.
P. ?Qu¨¦ supondr¨¢ la reducci¨®n de las inversiones de Defensa para la industria del sector, en plena reestructuraci¨®n?
R. La industria de Defensa tiene su principal cliente en este departamento, y es l¨®gico que est¨¦ muy atenta a la evoluci¨®n de su presupuesto. Si esa industria es competitiva, mirar¨¢ tambi¨¦n a los presupuestos de otros pa¨ªses. El problema que se plantea con la reducci¨®n mundial de los gastos de Defensa es que todas las empresas est¨¢n mirando a los presupuestos de los dem¨¢s pa¨ªses, porque el suyo se est¨¢ reduciendo tambi¨¦n, lo que supone aumentar la competitividad a marchas forzadas. Esta es la triste realidad actual para un sector que ha tenido momentos muy elevados en cuanto a exportaci¨®n. Es verdad que esta situaci¨®n no afecta a todos por igual. Mientras el sector de la electr¨®nica ha tenido una expansi¨®n importante, el de armamento es el que est¨¢ sufriendo con m¨¢s virulencia la reducci¨®n presupuestaria.
Concentrar para supervivir
P. Usted ha dicho que la industria de defensa debe reestructurarse antes de fin de a?o.R. Dije que la reestructuraci¨®n es necesaria y tambi¨¦n la concentraci¨®n de empresas, con un objetivo fundamental: la supervivencia. No es un problema s¨®lo de Espa?a. Se est¨¢ dando en toda Europa una apuesta clara por la concentraci¨®n, ante un entorno cada vez m¨¢s competitivo. Hay l¨ªneas de productos en las que las ya somos l¨ªderes, y podemos serlo en otras, pero debemos concentrar esfuerzos mediante uniones temporales de empresas, holdings, fusiones, lo que se quiera, para que tengamos la potencia m¨ªnima que nos permita llegar a acuerdos de cooperaci¨®n tecnol¨®gica con empresas extranjeras m¨¢s potentes, si no desde un plano de igualdad, s¨ª al menos desde una posici¨®n de mayor fuerza que ahora en productos en los que nos llevan gran ventaja nuestros competidores.
P. Hay intereses personales que est¨¢n retrasando este proceso.
R. ?sa es la estrategia de reestructuraci¨®n, y hay que hacerla cuanto antes, bien entendido que no es una imposici¨®n, de que no se har¨¢ sin consenso. Por tanto, todas las posiciones de tipo personalista deben ser arrumbadas, si es que las hay.
P. Que las hay ...
R. Pero es natural, porque se trata de intereses privados y p¨²blicos, de dominio y de competencia, que producen diferencias.
P. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ si el proceso no ha terminado a final de a?o?
R. Pues que llevaremos seis meses de retraso en la consecuci¨®n de un objetivo b¨¢sico y habr¨¢ que seguirlo intentando. Me gustar¨ªa que en esa fecha la reestructuraci¨®n, que ahora est¨¢ enfocada pero no hecha, hubiera culminado. Creo que hay tiempo suficiente para acabar este a?o, sin sacralizar fechas tampoco.
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