Aparici¨®n de la energ¨ªa

El Ballet de V¨ªctor Ullate ha vuelto a Madrid para cerrar al alza el ciclo veraniego de los Veranos de la Villa, que -al menos en lo que a danza de refiere- ha sido bastante desva¨ªdo. El recinto del Conde Duque se llen¨® por primera vez en la temporada y, como ocurre siempre con esta compa?¨ªa de apenas a?o y medio de existencia, el entusiamo del p¨²blico -en su mayor¨ªa joven, pero no exclusivamente- fue subiendo conforme avanzaba la actuaci¨®n.El nivel de energ¨ªa que los j¨®venes bailarines mantienen a lo largo del espect¨¢culo (en parte sostenido por su t¨¦cnica, pero sobre todo por la convicci¨®n con que se entregan al baile) electriza a los espectadores, cre¨¢ndose una corriente entre el escenario y el patio poco frecuente en los espect¨¢culos de ballet en este pa¨ªs. El grupo lleg¨® a Madrid, adem¨¢s, rezumando seguridad despu¨¦s de los ¨¦xitos obtenidos en los festivales veraniegos por toda Espa?a y el premio que dos de sus principales solistas -Mar¨ªa Gim¨¦nez e Igor Yebra- consiguieron en el concurso de Eurovisi¨®n de Par¨ªs el pasado mes de julio.

El programa de la primera noche estaba compuesto por las dos coreograrias ya conocidas que V¨ªctor Ullate ha realizado hasta ahora para su compa?¨ªa: Arraigo, que utiliza un trabajo musical de Jer¨®nimo Maesso sobre ritmos flamencos tratados electr¨®nicamente, y Amanecer, una visualizaci¨®n de la Sinfon¨ªa escocesa, de Mendelsshon.

Ambas coreograf¨ªas tienen el m¨¦rito de desplegar a la compa?¨ªa en estilos marcadamente diferentes. Ambas, tambi¨¦n, han ganado en este a?o de rodaje porque se han ido puliendo -el papel del personaje de Jerom¨ªn que interpreta Carlos Enrique Aranda, por ejemplo, se ha reducido notablemente en beneficio de la coherencia coreogr¨¢fica de la pieza- y porque la interpretaci¨®n ha pasado la barrera de la competencia t¨¦cnica.

Ahora, en Arraigo se ponen de relieve los contrastes entre fuerza y sensualidad tan consustanciales al flamenco, se evidencian los gui?os a la tradici¨®n cl¨¢sica de la espa?olada, se matiza la expresi¨®n y la obra adquiere mayor inter¨¦s, aunque sigue constre?ida dentro de un estilo quiz¨¢ excesivamente efectista.

Las tres solistas -Ruth Maroto, Mar Moreno e incluso Mar¨ªa Gim¨¦nez, que acusaba una lesi¨®n- estuvieron espl¨¦ndidas, como en Amanecer -realizada con vestuario y luminotecnia nuevos-, donde tambi¨¦n hay que destacar a Ana Moya y a Silvia Arilla. Entre los chicos, aparte de Igor Yebra, en pleno proceso de transformaci¨®n fisica y con extraordinarias facultades, se afirman Eduardo Lao, Luis Alonso y Carlos Valc¨¢rcel, dentro de un conjunto donde las promesas son muchas.

La compa?¨ªa, que estar¨¢ en el Conde Duque hasta el s¨¢bado, presentar¨¢ tres programas diferentes con las seis obras que actualmente componen su repertorio.