Salman Rushdie rompe su silencio
Salman Rushdie, el autor de Versos sat¨¢nicos, que vive en reclusi¨®n en el Reino Unido desde que el ya fallecido ayatol¨¢ Jomeini le condenara a muerte por considerar blasfemo su c¨¦lebre libro, ha roto su silencio y publica hoy en la revista brit¨¢nica Granta un vigoroso poema contra sus perseguidores. Ese poema, que EL PA?S publica en exclusiva, en ingl¨¦s y en castellano, al tiempo que aparece en la citada revista, es una s¨¢tira y tambi¨¦n una declaraci¨®n de principios: no he de callar, dice Rushdie, que envi¨® el poema desde alg¨²n lugar desconocido. Granta, un caso singular entre las revistas literarias del mundo -tira 150.000 ejemplares trimestralmente-, lo publica en su d¨¦cimo aniversario.
Salman Rushie ha roto el silencio creador en que vive desde que fuera condenado a muerte hace siete meses con la publicaci¨®n de un poema -el primero que escribe en su carrera literaria- amargo y pleno de vigor combativo. El autor de Versos sat¨¢nicos manifiesta en 17 l¨ªneas que hoy publica en el Reino Unido la revista Granta su determinaci¨®n de no dejarse enmudecer. Es la primera vez que Rushdie se pronuncia en p¨²blico sobre su situaci¨®n, aun sin entrar en debate con sus perseguidores, algo a lo que siempre se ha negao por estimar que el ultim¨¢tum de que es v¨ªctima constituye una vil base de discusi¨®n.Rushdie, condenado a muerte el d¨ªa de San Valent¨ªn por el ayatol¨¢ Jomeini bajo la acusaci¨®n de blasfemo, hab¨ªa dejado traslucir sus impresiones en las cr¨ªticas literarias que regularmente escribe para el dominical The Observer. En 6 de marzo de 1989, el t¨ªtulo dado a este su primer poema, fecha en la que fue escrito, el escritor brit¨¢nico dice reconocerse apenas tras los calificativos y agresiones de que fuera objeto tras la publicaci¨®n de su libro, ahora hace casi un a?o. A las amenazas verbales de los musulmanes m¨¢s extremistas les sigui¨® la condena del l¨ªder iran¨ª, que Rushdie ve como un intento de quitarle la palabra, para satisfacci¨®n de sus enemigos en la pol¨ªtica, la religi¨®n y hasta el periodismo. "Mi opci¨®n", dice en el poema, que publica en su ¨²ltimo n¨²mero la revista literaria brit¨¢nica Granta, "es no callar".
Nadie sabe a ciencia cierta las razones por las que el novelista ha saltado inesperadamente a la palestra p¨²blica. Lo que sea su vida en el ostracismo llena muy mediatizado a la calle, apenas como el apagado eco de un topo, y de cuando en cuando con contradictorios fogonazos. El reciente anuncio de su separaci¨®n ha sido el m¨¢s espectacular de ellos. La pareja que formaba con la novelista norteamericana Marianne Wiggins era el centro de los salones literarios londinenses, en los que ambos rivalizaban en desparpajo, agudeza, vitalidad y apostura.
Desaparece la luz
El matrimonio, el segundo de ambos, parec¨ªa ir viento en popa. Dos personalidades fuertes entregadas la una a la otra y, ambas a la literatura. Mientras Rushdie escrib¨ªa Versos sat¨¢nicos, Wiggins trabajaba en John Dollar. ?l dedic¨® la novela "a Marianne" mientras que el libro de la norteamericana empezaba con la ofrenda: "A mi querido Salman".
La presentaci¨®n de John Dollar en Londres, que fue pospuesta varios meses para que no coincida con el lanzamiento de Versos sat¨¢nicos, fue el ¨²ltimo acto multitudinario al que asistieron los dos. Al d¨ªa siguiente Jomeini emiti¨® su fatwah y la luz desapareci¨® de sus vidas, "Estoy casada con ¨¦l y lo que ten¨ªa que hacer era estar con ¨¦l para hacerle seguir adelante, y eso significaba que yo tambi¨¦n ten¨ªa que convertirme en invisible", dec¨ªa Wiggins no hace mucho.
Algunos amigos de la pareja insist¨ªan en que ambos se llevaban muy bien, aunque otros creen haber percibido fuertes choques de personalidad para el tiempo en que el matrimonio se vio sometido a las tensiones del aislamiento y la continua protecci¨®n. La vida se hizo dif¨ªcilmente llevadera. Wiggins manifestaba en esa misma entrevista que en cuatro meses hab¨ªan dormido en 56 camas.
Conocidos de la pareja no dan mucho cr¨¦dito a quienes achacan la ruptura matrimonial a rivalidades profesionales, a la frustraci¨®n de Wiggins por no poder promocionar su John Dollar. Ella acaba de publicar un libro de relatos titulado Herseff in love y no hay garant¨ªa alguna de que pueda promocionarlo desde su nueva situaci¨®n.
Wiggins no est¨¢ condenada como Rushdie, y los fundamentalistas isl¨¢micos han visto la separaci¨®n como un castigo divino contra el blasfemo. Abdul Quddus, un l¨ªder musulm¨¢n de Bradford, la ciudad del norte de Inglaterra en la que se quem¨® el libro por primera vez con luz y taqu¨ªgrafos, ha sido taxativo: "El Cor¨¢n dice que quienquiera que cometa una blasfemia debe recibir el m¨¢s severo de los castigos y el que la mujer le haya dejado es parte de ello".
Los amigos conf¨ªan en que Rushdie sabr¨¢ hacer frente a la nueva situaci¨®n, aunque son conscientes de lo dif¨ªcil que ello le va a resultar a un personaje egoc¨¦ntrico, amigo de la conversaci¨®n, cr¨ªtico y con un punto de soberbia. Wiggins tiene previsto publicar el pr¨®ximo a?o sus experiencias del extra?amiento y el temor en un libro que va a titular Aprendiendo urdu, una de las lenguas oficiales de India y Pakist¨¢n en la que tambi¨¦n se expresa Rushdie, nacido en una familia isl¨¢mica de Bombay que emigr¨® a la Tierra de los Puros, significado de Pakist¨¢n en urdu.
Rushdie puede estar indicando con el env¨ªo no solicitado de su poema a Granta, la revista trimestral que dirige con brillantez desde hace diez a?os el editor Bill Bufford, que est¨¢ dispuesto a hacer frente a las nuevas dificultades que tiene por delante, pero ninguno de sus conocidos desea hacer extrapolaciones. A uno de ellos le ha dicho Salman Rushdie que quiz¨¢ a primeros de a?o se ponga a escribir un nuevo libro, sobre cuyo conten ido no ha dado detalles. Ahora est¨¢ trabajando en un relato pensado para el ¨²nico hijo habido de su anterior matrimonio y sigue entregado a la cr¨ªtica literaria como forma de mantener el contacto con el mundo exterior, cuyos avatares no siempre le llegan con puntualidad.
Versos sat¨¢nicos se mantiene con holgura, y por 4? semana, en la lista de los superventas brit¨¢nicos y est¨¢ en situaci¨®n parecida en las listas de ¨¦xitos de todos los pa¨ªses del mundo donde ha sido publicado. En Espa?a ha sido publicado por la editorial Seix Barral, con el apoyo moral de otros 18 editores.
Babelia
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