'Tr¨¢fico' de mendigos
Una mara?a de instituciones con criterios diversos se ocupa de atender a los indigentes en Espa?a
Las recientes declaraciones de la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, Carmen D¨ªaz Mares, en las que afirmaba que estaban llegando a Madrid cientos de mendigos enviados desde Barcelona han levantado una pol¨¦mica de claro matiz pol¨ªtico en torno al problema de losdesheredados que recorren Espa?a en busca de un plato de comida caliente o de un techo municipal. La concejala sigue sin aportar pruebas que demuestren sus graves acusaciones, desinentidas tajantemente por los responsables de estos servicios en Barcelona. Por encima de esta disputa aflora la falta de coordinaci¨®n en los servicios y la desatenci¨®n a todo un ej¨¦rcito de indigentes.
Ninguno se sabe de memoria el nombre de las calles donde extienden unos cartones para no dormir sobre la acera. Los vagabundos que viven en Espa?a, tienen un horizonte com¨²n de marginalidad y falta de expectativas que les hace ignorar el lugar exacto en donde se encuentran, aunque con notable frecuencia escogen las zonas de las ciudades viejas. La mayor¨ªa de los que residen en Barcelona malviven en las calles del distrito de Ciutat Vella, el coraz¨®n hist¨®rico de la ciudad. Son unos cientos de vagabundos -entre 500 y 800-que carecen de v¨ªnculos familiares, de recursos econ¨®micos y de domicilio.La pol¨ªtica de los servicios asistenciales es contraria a la existencia de grandes albergues para los indigentes. Responsables del Ayuntamiento y de la Gerieralitat coinciden en se?alar que el mantenimiento de este tipo de centros s¨®lo sirve "para tapar el problema y acallar las malas conciencias." En su opini¨®n, estas instalaciones acrec¨ªentan el problema de la mendicidad ya que se convierten f¨¢cilmente en "aparcamientos para pobres". A partir de este enfoque, el ¨²ltimo albergue municipal, situado en la calle de Valldoncella, cerr¨® sus puertas hace cinco a?os.
Aunque en la capital catalana, los enfrentamientos pol¨ªticos entre la Generalitat y el Ayuntamiento son moneda corriente, ante el problema de la indigencia las dos administraciones, gobernadas respectivamente por nacionalistas y socialistas, coinciden en que la pol¨ªtica m¨¢s adecuada es la de dar un tratamiento m¨¢s ind¨ªvidualizado a las personas que viven en la indigencia. La responsables del departamento de bienestar social del Ayuntamiento, es la concejala comunista, Eul¨¢lia Vintr¨®.
De esta manera, en Barcelona funciona un centro de acogida, abierto las 24 horas del d¨ªa, en el que los servicios municipales del Ayuntamiento intentan establecer un diagn¨®stico de las personas que all¨ª acuden. "Detr¨¢s de la indigencia o de la mendicidad se esconden situaciones personales muy diferentes y complejas, como los desequilibrios psicol¨®gicos, el alcoholismo, una vejez precoz, o, simplemente, la falta de recursos econ¨®micos", explica Miquel Lumbierres, coordinador de los servicios sociales del mun¨ªcipio.
Pero la red de servicios sociales que funciona en Barcelona va bastanta m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de la Administraci¨®n. Un buen n¨²mero de entidades beneficas de car¨¢cter religioso y privado, encabezadas por Caritas Diocesana, act¨²an desde hace a?os en la ciudad para ofrecer su ayuda a los m¨¢s pobres. La Hora de Dios, La Obra de F¨¢tima, los hermanos de San Juan de Dios... son los nombres de algunas de ellas.S¨®lo en el distrito de Ciutat Vella se calcula que en estos moinentos funcionan unos 160 servicios de asistencia social. El problema reside en que una buena parte de estas entidades no est¨¢n coordinadas entre s¨ª. Algunas de ellas trabajan de forrna concertada con la administraci¨®n. Es el caso de Caritas, o de los hermanos de San Juan de Dios, que mantienen un albergue con 79 camas en el coraz¨®n de Clutat Vella al que el Ayuntamiento remite, con un l¨ªmite ?nicial de tres noches, a aquellas personas que requieren una ayuda urgente. Seg¨²n fuentes oficiales, el pr¨®ximo a?o, la Generafltat y el Ayuntamiento dedicar¨¢n 1.000 millones de pesetas para hacer frente al problema de la indigencia.
Todo es posible en Madrid
A pesar de todo ello, la miseria sigue presente en las calles de Barcelona. Para muchos indigentes Barcelona es una ciudad d¨ªfic¨ªl porque "no hay albergues como en Madrid".Durante el pasado a?o, 3.777 personas fueron acogidas en el ¨²nico albergue municipal con que cuenta Madrid. De ellas, s¨®lo el 25% eran madrile?os, una cifra que permite asegurar al director del albergue, Dar¨ªo P¨¦rez, que Madrid asume un trabajo de marginaci¨®n que no le corresponde. En la ciudad existen otros cuatro centros de acogida dependientes de diversas instituciones religiosas.Dar¨ªo P¨¦rez considera que en algunas ciudades espa?olas la estructura de asistencia es muy r¨ªgida. "Hay municipios que no tie nen albergue p¨²blico por lo que la estancia en estas instituciones es limitada", explica. "?stas personas, cuando se les acaba el plazo de tiempo tienen que ir a otras ciudades".
Al albergue madrile?o llegan adem¨¢s de mendigos de otras latitudes, personas con diverso problemas que no han encontrado soluci¨®n en sus comunidades de origen. "Hay mucha gente que
todav¨ªa cree que en Madrid se arreglan todos los problemas".
Los nuevos clientes del centro de acogida madrile?o son enfermos ps¨ªquicos y fisicos, drogadictos, alcoholicos, personas que han sufrido malos tratos o que no tienen posibilidad de acceder a una vivienda. "Son gente a la que les han expulsado de otros departamentos de asistencia social o que est¨¢n esperando ingresar en ellos".
El tr¨¢fico de mendigos de una ciudad a otra subvencionados por las distintas instituciones es reconocido por todos los sectores consultados. Hace tres a?os, de la comisi¨®n de asuntos sociales de la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias (FEMP) emanaron las primeras recomendaciones: "Hay que evitar la movilidad de este colectivo y poder conseguir que cada ciudad asuma la marginaci¨®n existente, controlando la concesi¨®n de billetes".
La facilidad con la que los indigentes consiguen los billetes o el dinero necesario para sus desplazamientos ha creado entre los mendigos una clase caracterizada por hacer el carril. Un importante colectivo que viaja continuamente a los puntos donde
mayor concentraci¨®n humana se registra: ferias, fiestas o acontecimientos importantes.
L¨®gicamente las ciudades a las que no acuden los mendigos son aquellas en las que los servicios son m¨¢s precarios. El Ayuntamiento de Valencia, por ejemplo, no destina un presupuesto anual para ayudar a las personas necesitadas. Seg¨²n la concejala del CDS, Alicia Boado, s¨®lo dispone de un par de comedores sociales, que, en su opini¨®n, no satisfacen las necesidades de este grupo de poblaci¨®n marginal. La corporaci¨®n tiene establecido un convenio con el albergue que regentan Las Damas Apost¨®licas, centro que cierra durante los meses de verano. Un representante de la Oficina Municipal de Transe¨²ntes confirm¨® que anualmen te son atendidas cerca de 2.000 personas.
Escasa ayuda oficial
El paseo de la Pechina, que discurre paralelo al cauce del r¨ªo Turia, es el punto de encuentro habitual de las personas indigentes que viven, o llegan, a la ciudad de Valencia. All¨ª se encuentra el albergue de la Asociaci¨®n Valenciana de Caridad, entidad que se cre¨® en 1906 y que durante el a?o pasado sirvi¨® 344.000 raciones de comida. Es una instituci¨®n ben¨¦fica, de car¨¢cter privado, que recibe una escasa ayuda econ¨®mica municipal. "Con lo que nos da el Ayuntamiento, de Valencia, no cubrimos ni los gastos de un rnes", se?ala una portavoz.Tampoco Alicante cuanta con otra instalaci¨®n municipal que un albergue para transeuntes, con camas y duchas. La concejal¨ªa de Servicios Sociales tramita las ayudas personales para indigentes que otorga la direcci¨®n general de Servicios Sociales de la Consejer¨ªa de Trabajo de la Generalitat.
En Sevilla existen tres albergues, uno municipal y dos privados, para la recogida y atenci¨®n de los transeuntes, vagabundos y personas necesitadas que por motivos de diversa ¨ªndole acuden o se encuentran sin hogar ni medios econ¨®micos en la capital andaluza. El albergue municipal es gestionado por la Cruz Roja en virtud de un acuerdo con el Ayuntamiento, y subvencionado por ¨¦ste. Los otros dos, de car¨¢cter privado, son el centro de acogida Virgen del Mar y el de la Asociaci¨®n de Jes¨²s Abandonado.
Los recursos de que dispone Sevilla para la atenci¨®n de los transeuntes son m¨¢s que suficiente hasta el momento, seg¨²n el Centro de Orientaci¨®n e Informaci¨®n Social. Incluso el pasado a?o apenas se lleg¨® a la mitad de ocupaci¨®n.
En otras capitales espa?olas se ha procurado, a veces por v¨ªa expeditiva acabar con el fen¨®meno de la mendicidad. El ayuntamiento de Santander prepara actualmente una ordenanza para prohibir la mendicidad dentro del casco urbano, lo mismo hizo Murcia hace tiempo. Seg¨²n el alcalde, Manuel Huerta, en la capital c¨¢ntabra no hay una excesiva presencia de mendigos. En Santander funciona desde hace a?os un centro de transcuntes con capacidad para 40 plazas en el que se atiende a personas con necesidades inanifiestas y a un reducido n¨²mero de indigentes.
Reportaje elaborado con las informaciones de
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