Sedar y no excitar

EL DIRECTOR general de RTVE, Luis Solana, ha hecho saber a sus subordinados que el criterio a aplicar en las informaciones durante este per¨ªodo electoral ser¨¢ el de "sedar y no excitar" a los espectadores. En realidad, esta terapia viene aplic¨¢ndose, en dosis variadas, desde hace meses y con resultados bastante discutibles: los reportajes sobre la industria del pl¨¢stico, la fabricaci¨®n de orujo y otros con que se completa la media hora del telediario irritan m¨¢s que tranquilizan a los telespectadores que quieren estar al tanto de la actualidad. Tras las cr¨ªticas de la oposici¨®n al comportamiento de la televisi¨®n p¨²blica durante la campa?a de las europeas, Solana ha reiterado la necesidad de respetar los "criterios de proporcionalidad, neutralidad y serenidad" en las informaciones, electorales o no, que se difundan de aqu¨ª al 29 de octubre. Tambi¨¦n manifest¨® Solana su intenci¨®n de no programar, en principio, debates entre los candidatos, permaneciendo, sin embargo, a la espera de eventuales propuestas de los partidos al respecto. De otro lado, el consejo de administraci¨®n acord¨® -por unanimidad- ajustar la presencia en pantalla de los l¨ªderes pol¨ªticos, incluso en los telediarios, a la representaci¨®n parlamentaria con que cuenten sus formaciones respectivas.Se est¨¢ a tiempo de evitar una repetici¨®n de lo ocurrido en junio. La televisi¨®n p¨²blica no tiene por qu¨¦ delegar en los partidos su propia competencia en la fijaci¨®n de la programaci¨®n. ?sta deber¨¢ guiarse por criterios de inter¨¦s informativo, asumiendo TVE, en cualquier caso, la responsabilidad de sus resultados. Tal vez no est¨¦ de m¨¢s sondear a los partidos sobre sus propios criterios, pero un eventual desacuerdo entre ellos no podr¨ªa evocarse como motivo para, de nuevo, encogerse de hombros y escurrir el bulto. En cuanto a la proporcionalidad, ello podr¨¢ ser un criterio gen¨¦rico -nunca r¨ªgido- y referido ¨²nicamente a los espacios de contenido directamente electoral. En los espacios propiamente informativos, el inter¨¦s intr¨ªnseco de la noticia es el ¨²nico criterio racional a aplicar. Lo contrario -la artificiosa t¨¢ctica de compensaci¨®n- produce bodrios inaguantables sin aumentar el pluralismo de los contenidos: no porque Su¨¢rez inaugure un local del CDS tiene un dirigente socialista que dar la salida en una prueba ciclista, o viceversa.

Pero la neutralidad no debe manifestarse s¨®lo en el ¨¢mbito cuantitativo. Aun respetando escrupulosamente el cron¨®metro, los contenidos pueden ser sectarios. A nuestro juicio, as¨ª est¨¢ sucediendo en muchas ocasiones. Tienen raz¨®n quienes se sorprenden de que, a prop¨®sito de la situaci¨®n en Colombia, se hable de narcoderecha, o de que las informaciones sobre la detenci¨®n del senador popular Bol¨ªn se coloquen entre las noticias referidas a la designaci¨®n del candidato del Partido Popular. Es cierto que la paranoia ha llevado a algunos portavoces de esos partidos a sospechas absurdas, como la de que Gonz¨¢lez adelanta las elecciones para que la campa?a coincida con su viaje a Washington; o la de que los trabajadores de TVE tienen la orden de deformar mec¨¢nicamente las im¨¢genes en que aparecen los l¨ªderes de la oposici¨®n; o la de que la presencia de una rosa en la solapa de un presentador era un mensaje subliminal para votar al PSOE, etc¨¦tera.

En realidad, es el sistema el que falla; la televisi¨®n en Espa?a est¨¢ viciada en origen por el r¨¦gimen de monopolio en el que emite y por la forma en la que es nombrado su m¨¢ximo responsable. Las cosas cambiar¨¢n para las siguientes elecciones, cuando Televisi¨®n Espa?ola tenga que competir con los canales privados de televisi¨®n recientemente adjudicados.