Valencia, vivero de la cultura cinematogr¨¢fica espa?ola
La 10? Mostra del Mediterrani se clausura hoy
Despu¨¦s de 10 a?os de existencia, la Mostra del Cinema Mediterrani sigue siendo un acontecimiento que discurre con aires de provisionalidad, como si el paso de una d¨¦cada no lo hubiera definitivamente asentado.A sus carencias financieras se a?ade que, en lugar de ser un lugar de encuentro y acuerdo, la Mostra es un punto de discordia entre las fuerzas pol¨ªticas de la ciudad, como pone de manifiesto que algunos ¨®rganos de opini¨®n valencianos tratan a un festival que necesita el apoyo de todos con una dureza despiadada, con virulenta hostilidad.
Para su nuevo director, Jos¨¦ Mar¨ªa Morera, "el mecanismo de la Mostra est¨¢ definido y tiene ya un camino abierto. El obst¨¢culo consiste en que, si bien en la ciudad existe un acuerdo civil para mantener viva la Mostra, como pone de manifiesto el hecho de que un 10% de la poblaci¨®n valenciana asista a ella, no hay, en cambio, un di¨¢logo real que materialice este acuerdo civil en un acuerdo pol¨ªtico". "Es un festival", prosigue Morera, "que con poco dinero mueve a mucha gente. En esta ciudad de Valencia se sabe ver cine. El cine es parte de la vida cotidiana de la ciudad, y ¨¦ste es un capital que la Mostra hace suyo, porque en realidad existe a causa de ¨¦l. De ah¨ª que bajo su aire provisional, que es consecuencia de esa falta de di¨¢logo a que me refer¨ª, la Mostra est¨¦ consolidada'.
Dice Vicente Vergara, fundador de Cartelera Turia: "?En qu¨¦ ciudad de Espa?a se puede ver c¨®mo la convocatoria por la Mostra de un homenaje a Joris Ivens, un cineasta completamente desconocido fuera de los p¨²blicos especializados, es aqu¨ª secundada masivamente, con una asistencia espont¨¢nea que super¨® cualquier c¨¢lculo?". Cartelera Turia es una gu¨ªa del ocio aparentemente convencional, pero en la que concurren ins¨®litos rasgos de publicaci¨®n especializada, ajena a presiones ambientales y de publicidad, orientada por criterios muy selectivos en la valoraci¨®n de los filmes.
Sorprende no s¨®lo que exista una publicaci¨®n como ¨¦sta -inviable, casi un desprop¨®sito, de acuerdo con las pautas utilitarias vigentes en un mercado como el del cine, gobernado por leyes de consumo inmediato-, sino que tenga 25 a?os de existencia y, con audiencia exclusivamente local, alcance una tirada media de alrededor de 20.000 ejemplares. No hay caso similar en toda Europa occidental. La holgada existencia de esta publicaci¨®n la convierte en un fen¨®meno no s¨®lo sin igual, sino por s¨ª solo definitorio de la profunda vivencia que del cine hay en Valencia.
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