Un ¨¢tico en rebajas

En la residencia El Refugio, de Las Rozas, s¨®lo quedan sel s ancianos. Despu¨¦s de la clausura decretada por el Ayuntamiento, su propietaria y regente, Amor Rodr¨ªguez, ha trasladado a 17 abuelos a otros establecimientos de su confianza que se niega a revelar por prescripci¨®n de su abogado. "Eso s¨ª, todos los famiIiares han dado su permiso, menos los de estos seis, que no les he podido localizar, y una m¨¢s, que le ped¨ª al Ayuntamiento que se la llevara".Amor es una mujer menuda, de voz ronca, que viste pantalones y camisa de le?ador y que se mueve por el chal¨¦ sin separarse de dos paquetes de tabaco rubio barato. "Llevo aqu¨ª desde 1986, luchando para que el Ayuntamiento me d¨¦ el permiso". Antes ten¨ªa otra residencia, pero alude a su abogado antes de seguir dando detalles.

A El Refugio, aparentemente, no le falta de nada. Es un chal¨¦ coqueto, con jard¨ªn, porche con butacones, salones acogedores, habitaciones individuales o dobles con ba?o. Nada anormal. Las tarifas: 120.000 pesetas mensuales la simple y 70.000 la doble.

Hay una alternat i va a 40.000 pesetas. Una sala con ocho camas, algunas sin somier, un par de armarlos, algunas mesitas y dos claraboyas que iluminan la sala de las rebajas. "Esto no es cutre, como dicen. Yo les ense?o a los familiares lo que hay, y por 40.000 hay esto. Yo no obligo a nadie", explica Amor.

En el centro trabaj a actualmente una persona. "Basta para cuidar a seis ancianos", dice Amor. Pero, seg¨²n el Ayuntamiento, el lunes hab¨ªa dos cuidadores, un portugu¨¦s y un b¨²lgaro. "Yo no he despedido a nadie. La otra persona s¨®lo ven¨ªa a ayudarme un rato".