Al pleno
El Club de M¨²sica San Juan Evangelista se lo merec¨ªa. Se merec¨ªa este homenaje apasionado del flamenco, que a lo largo de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas tuvo all¨ª tantas noches un lugar para el encuentro y la comuni¨®njonda. Y volvi¨® a ser templo para el ritual, y se produjo una vez m¨¢s esa comuni¨®n, la rara complicidad entre oficiantes y p¨²blico necesaria para que este arte se produzca en su m¨¢xima intensidad.Noche redonda, para el recuerdo, sin un solo desfallecimiento en la plenitud del ejercicio jondo, desde el primer toque por sole¨¢ de Pepe Habichuela hasta el ¨²ltimo grito por seguir?yasde Menese. El p¨²blico -lleno hasta la bandera, con quiz¨¢s tantas personas en pie como sentadas- vivi¨® en permanente tensi¨®n todo lo que ocurri¨® entre uno y otro momentos, pasando una y otra vez del silencio emocionado, casi lit¨²rgico, a la exak taci¨®n de lo l¨²dico, al goce incontenible, a la clamorosa muestra de la gratitud sin l¨ªmites.
Festival flamenco 20? aniversario del San Juan Evangelista
Chano Lobato, Carmen Linares, Naranjito de Triana y Jos¨¦ Menese (cante); Paco Cort¨¦s y Enrique de Melchor (toque); La Tolea (baile), con Cancanilla de Marbella y Antonio Carbonell (cante) y Montoyita y Ni?o del Tup¨¦ (toque); Pepe Habichuela (guitarra en concierto), con Antonio Carmona (percusi¨®n). Colegio mayor San Juan Evangelista. Madrid, 20 de octubre.
Duendes flamencos
?ngeles y duendes flamencos nos hicieron vivir una de esas noches que nos confortan y nos hacen olvidar tantos sinsabores y mezquindades de otras ocasiones. Quienes tuvimos el privilegio de encontrarnos all¨ª -que privilegio fue, ciertamente- dificilmente olvidaremos el estremecedor cante por tarantas y por seguiriyas de Carmen Linares, recogiendo su voz, cantando con lacerante intensidad para ella misma, que es la mejor manera de cantar para los dem¨¢s; ni el coraz¨®n que puso a su cante Naranjito de Triana, un hombre por lo com¨²n cerebral, esta vez entregado a tumba abierta a la pasi¨®n y el riesgo de la grandeza aut¨¦ntica; ni la voz terrible de Jos¨¦ Menese en el Romance de Juan Garc¨ªa, que precisamente en el Colegio Mayor San Juan Evangelista y otros centros universitarios impusiera en tiempos como bandera de rebeld¨ªas reprimidas.Todo ello, repito, en el contexto de una noche absolutamente gratificante. Pues tampoco es para el olvido el baile lleno de gracia, de fierza y de sensibilidad de Tolea, a quien nunca hab¨ªamos visto tan en plenitud, y revel¨¢ndose adem¨¢s como excelente cantaora.
Pepe Habichuela hizo en concierto un toque brillante, muy ortodoxo aunque con su acento personal inconfundible. Chano Lobato puso coraz¨®n y sabidur¨ªa en unos estilos que domina de maravilla, comos esos incre¨ªbles tanguillos gaditanos de Las viejas ricas. Y Cancanilla de Marbella, Antonio Carbonell, Montoyita, Tup¨¦, Paco Cort¨¦s y Enrique de Melchor, magn¨ªficos en los respectivos acompa?amientos. Todo, todo, al pleno.
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