Takako Doi pierde en el 'pachinko'
Los sobornos del juego salpican a la l¨ªder socialista japonesa, mientras los liberales se recuperan
?ltimamente los d¨ªas no son muy felices para Takakio Doi. La popularidad de la l¨ªder socialista japonesa declina y se hace m¨¢s remota su aspiraci¨®n de ser jefa del Gobierno tras las elecciones, previstas para antes de julio pr¨®ximo. Por el contrario, Toshiki Kaifu, actual primer ministro y al que los liberales reelegir¨¢n por dos a?os presidente del partido en el poder, en un congreso la semana que viene gana cada d¨ªa mayores simpat¨ªas. Una encuesta reciente asegura que las fuerzas de oposici¨®n no comunista juntas no podr¨¢n derrotar a los liberales en los pr¨®ximos comicios parlamentarios.
Doi acaba de recuperarse de una lesi¨®n de mu?eca que se produjo por una ca¨ªda en el despacho, pero su salud pol¨ªtica empeora d¨ªa a d¨ªa por culpa del peque?o esc¨¢ndalo sobre las donaciones pol¨ªticas del pachinko y de las presuntas conexiones ilegales de su partido con miembros de la comunidad norcoreana que controla gran parte de la industria del juego m¨¢s popular de Jap¨®n.En realidad, del pachinko se han beneficiado todos los grupos pol¨ªticos, a excepci¨®n del comunista. La industria destin¨¦ m¨¢s de 100 millones de yenes (unos 85 millones de pesetas) para financiar las actividades de por lo menos un centenar de parlamentarios, lo que en principio no viola la ley, siempre y cuando no se descubra que el dinero pueda esconder motivos de inter¨¦s. Doi recibi¨® m¨¢s de la mitad de los nueve millones de yenes que el pachinko don¨® a una decena de parlamentarios socialistas en los ¨²ltimos a?os, seg¨²n consta en una investigaci¨®n realizada por el propio partido.
Los liberales tambi¨¦n realizaron la suya. El viernes pasado, la portavoz del Gobierno, Mayumi Moriyama, dijo que ocho miembros del actual Gabinete, entre los cuales Kaifu y ella misma, hab¨ªan recibido casi cinco millones en donaciones de empresas de este juego de bolas. Moriyama puntualiz¨® que tales aportaciones no constituyen una violaci¨®n a la ley de control de fondos pol¨ªticos.
Sospechas
Los socialistas tambi¨¦n han puesto ¨¦nfasis en la limpieza de su operaci¨®n. Sin embargo, hay sospechas de que al menos en un par de casos haya existido irregularidad por parte de los beneficiarios del partido opositor. Son cifras, en cualquier caso, peque?as pero que cuestionan la ¨¦tica de la pol¨ªtica japonesa.
La sangre no ha llegado al r¨ªo, pero muchos diputados del Gobierno se frotan las manos con los embarazos que causa en la oposici¨®n la campa?a de goteo de datos que involucran m¨¢s a algunos parlamentarios socialistas. A mitad de la semana pasada los debates en la comisi¨®n de presupuesto sirvieron para que un diputado liberal exigiera la comparecencia del socialista Ippei Koyama para declarar bajo juramento que no ha obtenido fondos ilegales de la asociaci¨®n de residentes pronorcoreanos de Jap¨®n, tal y como sostiene una revista que fue la primera en levantar el esc¨¢ndalo. Doi se neg¨®. Al final se lleg¨® a la soluci¨®n de compromiso de debatir el tema de las donaciones del pachinko en una sesi¨®n especial a fin de mes. Pero las aguas siguen turbulentas. La C¨¢mara alta, en la que los liberales perdieron el pasado julio la mayor¨ªa absoluta, ha pedido con aires revanchistas a Kaifu que el principal sospechoso del caso Recruit, el ex primer ministro Yasuhiro Nakasone, vaya a declarar all¨ª como ya lo hizo antes en la C¨¢mara baja.
Posibles alianzas
Entre tanto, Doi hace denodados esfuerzos para desmontar las ra¨ªces de izquierdismo del programa socialista, con el fin de contentar a los eventuales compa?eros de coalici¨®n, los socialdem¨®cratas y los budistas del Komeito, pero a costa de provocar una fractura dentro del propio partido. La izquierda socialista no ha digerido bien el compromiso de mantener el tratado de seguridad con EE UU y de no desmantelar las fuerzas armadas japonesas. Las dos cuestiones implican un giro radical en la pol¨ªtica de defensa predicada hasta ahora por el socialismo nip¨®n. Doi acaba de dar un paso m¨¢s en la v¨ªa reformista al anunciar que Jap¨®n permanecer¨¢ pol¨ªtica y econ¨®micamente ligado al bloque de pa¨ªses occidentales si ella llega a gobernar. Pero socialdem¨®cratas y budistas exigen un respaldo a¨²n m¨¢s expl¨ªcito de la alianza con los norteamericanos.
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