El fin de la guerra fr¨ªa

Las noticias de un solo d¨ªa proporcionan tres s¨ªntomas sorprendentes del cambio hacia un nuevo orden mundial menos amenazador: el Parlamento de Hungr¨ªa proclama la rep¨²blica en su naci¨®n, abandonando los adjetivos socialista popular, y distancia dram¨¢ticamente al pa¨ªs del imperio sovi¨¦tico.El ministro de Asuntos Exteriores de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Edvard Shevardnadze, afirma que las naciones de Europa del Este tienen "libertad absoluta para elegir". Adem¨¢s, en una confesi¨®n extraordinaria, reconoce que Mosc¨² viol¨® las leyes internacionales al invadir Afganist¨¢n y tambi¨¦n el tratado ABM al construir una estaci¨®n de radar en Siberia.

El secretario de Estado James Baker, en un discurso sobre control de armamento, declara que las reformas de Mijail Gorbachov proporcionan "la m¨¢s clara oportunidad de reducci¨®n del riesgo de guerra desde los albores de la era nuclear". ( ... )

Algunos conservadores advierten del peligro de hacer tratos con Gorbachov, porque piensan que sus reformas, aunque bien intencionadas, fracasar¨¢n y pronto no estar¨¢ en el poder. Baker discrepa de esta tesis. La incertidumbre sobre el futuro, dice, nos da "m¨¢s la raz¨®n para aprovechar la ocasi¨®n presente" y llegar a acuerdos ahora para la reducci¨®n de armamento. Si se destruyen las armas, se?ala, a los futuros Gobiernos sovi¨¦ticos les ser¨¢ excesivamente caro cambiar de rumbo.

25 de octubre