Los hijos de pap¨¢
Su padre, Cesare Maldini, le leg¨® el apellido, le regal¨® genes propicios para el juego y le transmiti¨® la pasi¨®n por el f¨²tbol. S¨®lo as¨ª se explica que a sus insultantes 19 a?os, Paolo Maldini se presentara en la ¨²ltima Eurocopa defendiendo la azzurra italiana, portando la calma, la sabidur¨ªa y la prestancia de quien ya no tiene secretos por descubrir. El oficio lo lleva incorporado y la experiencia se la cedi¨® su padre a la hora de comer.Hijo futbol¨ªstico de Cesare, que jugaba como un duque, Paolo Maldini es, adem¨¢s, heredero posicional de Cabrini, tambi¨¦n conocido como el bello Antonio. As¨ª cualquiera juega como un ¨¢ngel.
Cuando Italia se enfrent¨® a Espa?a en aquella Eurocopa, Paolo comparti¨® carril con Michel. Tras el partido, el gran jugador espa?ol no entend¨ªa como un ragazzi en edad de pedirle aut¨®grafo "no me mir¨® a la cara ni una sola vez". Es que Paolo no marca, mata con la indiferencia.
Enfrentados desde entonces en varias ocasiones, el problema pasa ya por el honor.
-?Y?, preguntamos los amigos despu¨¦s de cada choque.
-Ni caso, se aflige Michel.
Dicen que a Manolo Sanch¨ªs, de peque?o, su padre le contaba cuentos apasionantes de regates, goles y aplausos. Desde entonces quiso ser futbolista, logr¨® estar entre los mejores, descubri¨® que aquellos cuentos eran historias ver¨ªdicas forjadas por hombres como su padre y se aplica el cuento para estar a la altura de la historia.
Cuentan que a Manolo Sanch¨ªs, de peque?o, le hac¨ªan caranto?as Di St¨¦fano, Puskas, Gento, Amancio y otros grandes de parecido pedegree futbol¨ªstico. Desde entonces le perdi¨® el miedo a la importancia.
Larga siesta
Manolo Sanch¨ªs se despierta despu¨¦s de una larga siesta. Confundido por tanto viaje y por el espesor del sue?o busca auxilio en su compa?ero de habitaci¨®n.
-?D¨®nde estamos?, indaga.
-En Barcelona.
-?... Y contra quien jugamos?
-?Contra el Bar?a, Manolo, contra el Barga!
-?Ah!
Paolo Maldini y Manolo Sanchis son orgullosos hijos de c¨¦lebres pap¨¢s que desde ni?os vienen code¨¢ndose con la gloria y desde la adolescencia buscan, solos, la gloria propia porque dentro de una cancha los tr¨¢ficos de influencias no valen.
Esta noche saldr¨¢n a escribir un hermoso cuento futbol¨ªstico que alg¨²n d¨ªa le contar¨¢n, con emoci¨®n, a los nietos de sus padres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.