Sorteo

Ma?ana me sortean, le hab¨ªa dicho alegremente Carlos. Andaba su amigo peleando con los viejos, sin curro y sin muchas ganas de hacer efep¨¦s y cosas de ¨¦sas, y m¨¢s bien prefer¨ªa darse una puerta y ver algo de mundo aunque fuera color caqui. Un primo suyo, Paco, hab¨ªa objetado y se las hab¨ªa pasado canutas, pero al final, seg¨²n contaba, hab¨ªan sido demasiados para meterlos en el trullo. A ¨¦l a¨²n no lo hab¨ªan llamado. Le molaba el rollo pacifista de Paco, aunque ¨¦l no ten¨ªa nada claro nada. El muro de Berl¨ªn se hab¨ªa ido al carajo sin que nadie supiese muy bien por qu¨¦, y eso que durante muchos a?os hab¨ªan dado la barrila cantid¨¢ con esa historia. Estaba bastante bien enrollado con Nati, y Paco le hab¨ªa escrito que el taller de juguetes marchaba y que le enviar¨ªa mercanc¨ªa por si quer¨ªa montar un tenderete para las navidades. Hacer la mili le supondr¨ªa cortar lo que hubiera. Y ven¨ªa a ser como ahorrar sin conseguir ahorros, o como hacer gimnasia sin sacar m¨²sculo. Algo completamente chungo.Pero si era una cosa que ten¨ªa que hacerse, ¨¦l no quer¨ªa escaquearse. Y si era duro, ¨¦l no iba a pedir que le tratasen con algodones. Y a lo mejor a Nati le gustar¨ªa que ¨¦l hiciese lo que hab¨ªan hecho todos, el padre de Nati y el suyo. Adem¨¢s, a ¨¦l le gustaban las pel¨ªculas de acci¨®n. Se sonroj¨® un poco al acordarse de cuando se miraba al espejo e imitaba los gestos de Charles Bronson. Total, hac¨ªa pocos a?os que hab¨ªa dejado de jugar por los solares del barrio a geo y terroristas. Ya no era un cr¨ªo, y por eso, si alguien ten¨ªa que defender algo, si alguien ten¨ªa que proteger a alguien, ¨¦l estaba dispuesto.

Lleg¨® a casa para ver en la tele las noticias del sorteo. ?D¨®nde le tocar¨ªa a Carlos? Y vio c¨®mo unos bien pertrechados se?ores de uniforme zurraban a unos chavales que, al intentar protegerse, mostraban sus manos desnudas. Fue entonces cuando decidi¨® objetar.