Sempr¨²n: "No es grave perder la mayor¨ªa absoluta"
El ministro de Cultura quiere continuar para culminar su labor
Pregunta. Conocida la experiencia de ser ministro, ?le apetece seguir o prefiere dejarlo?Respuesta. El hecho de que a veces te apetezca quedarte en casa escribiendo en vez de venir al ministerio no tiene ninguna importancia. Para un intelectual dedicarse a la gesti¨®n es algo nuevo. La administraci¨®n de un aparato del Estado es a veces sorprendente, por su lentitud por ejemplo, pero el hecho de poder influir en las cosas es interesante.
P. Se ha dicho que deseaba dejar Cultura; sus palabras parecer indicar que se queda.
R. Vamos a hacer el supuesto de que me quedo, a darlo por supuesto. Me gustar¨ªa quedarme, y por varias razones. Porque todav¨ªa no he podido hacer lo que desear¨ªa hacer en este ministerio. Si lo dejara, lo que desde luego ser¨ªa por voluntad propia, dir¨ªan que he sido la mariposa que ha volado sobre el mar; que he hecho el parip¨¦ y que al ver que la sociedad espa?ola es m¨¢s dificil ,de lo que cre¨ªa y que la Prensa no es como la francesa, (y que como tengo casa en Par¨ªs y adem¨¢s me est¨¢n esperando var¨ªas ofertas como guionista), pues me voy. Eso no me gusta. Puedo perder batallas, pero nunca antes de darlas.
P. Entonces, despu¨¦s de todo, no le ha decepcionado Espa?a.
R. Se ha dicho eso, y tambi¨¦n que soy franc¨¦s y que odio la cultura espa?ola. No. Porque mi relaci¨®n con este pa¨ªs es compleja, pero es pasional. Me ha sorprendido, eso s¨ª. Por la dureza de ciertas actitudes, por la irresponsabilidad de cierta Prensa. Una de las cosas que forman la esencia de la democracia es que la Prensa tenga poder. Sentado ese principio hay que ver c¨®mo se ejerce. Y aqu¨ª se malgasta. Todo lo que es infundio, vida privada, popularizaci¨®n de ciertas cosas que son la espuma de la sociedad y que no son el fondo de la sociedad. Hablo de cierta prensa semanal, porque leer la prensa diaria es a veces desagradable, pero forma parte del juego de la pol¨ªtica.
P. Sin embargo esa Prensa debe responder a los gustos de un p¨²blico concreto. De otro modo dejar¨ªa de existir.
R. Es un hecho sociol¨®gico explicable en una sociedad como la nuestra, donde no ha habido reforma protestante ni revoluci¨®n burguesa; lo que hace que nuestra relaci¨®n con el sexo y con el dinero sea ambigua, de fascinaci¨®n y odio al mismo tiempo. Y es en este per¨ªodo de gesti¨®n socialdem¨®crata cuando estalla todo, para complicar las cosas. Pero la gente de este pa¨ªs es sensata a la hora de votar. Porque el que hubiera venido a Espa?a un observador poco prevenido, en la campa?a, y hubiera visto la Prensa, habr¨ªa llegado a la conclusi¨®n de que el PSOE iba a ser arrollado, que la gente no iba a votar a esos corruptos. Y luego resulta que esca?o m¨¢s o menos...
P. ?Qu¨¦ importancia le da usted a tener o no tener la mayor¨ªa absoluta?
R. Yo he tenido la suerte de que estas cuestiones las discut¨ª en el a?o 1986 con Felipe Gonz¨¢lez. Y opinando sobre el porvenir, el presidente Regaba a la conclusi¨®n de que el PSOE podr¨ªa perder la mayor¨ªa absoluta, recuperarla despu¨¦s, perderla de nuevo; pero que en cualquier caso, pensaba ¨¦l, se hab¨ªa constituido un bloque, formado por un 35% de electores, -que ¨¦l llamaba bloque hegem¨®nico socialista-, y que eso se mantendr¨ªa.
P. ?Para siempre?
R. Eso nunca lo dice un pol¨ªtico. Estas elecciones lo han confirmado totalmente.
Bloque hegem¨®nico
P. Entonces, en la opini¨®n de Felipe Gonz¨¢lez, perder la mayor¨ªa absoluta no era tan importante. Sin embargo, tal como fue tratado el tema en la campa?a electoral y por las reacciones de algunos destacados socialistas en la noche electoral, podr¨ªa pensarse que era algo muy grave.R. Yo no lo creo. Ha quedado constituido ese bloqu¨¦ hegem¨®nico, y eso, desde luego, plantea problemas nuevos. Por ejemplo, c¨®mo reconquistar los votos perdidos, analizar lo que es erosi¨®n normal y lo que son equivoc aiciones
P. Cuando Benegas y Guerra aparecieron en la televisi¨®n la noche electoral, y mientras los datos no aseguraban la mayor¨ªa absoluta, su actitud conduc¨ªa a una reflexi¨®n: que es muy costoso perder poder, aunque s¨®lo se pierda un gramo.
R. La campa?a se hizo en torno a ese s¨ªmbolo de la mayor¨ªa absoluta... No s¨¦ si eso fue err¨®neo, si hubiera sido mejor decir de antemano que no importaba nada. Pero la mayor¨ªa absoluta se convirti¨® en un fetiche. Y adem¨¢s la oposici¨®n hizo de esa p¨¦rdida del PSOE el objetivo de su campa?a.
P. El PSOE machac¨® con esa idea.
R. Tal vez, como partido, han entrado en ese juego. El presidente era consciente de que pod¨ªa no lograrse la mayor¨ªa absoluta, y de que eso no cambiar¨ªa su posici¨®n. Pero no opino sobre asuntos relacionados con el partido porque yo tengo un a?o de experiencia de gobierno, no de partido.
P. Su experiencia de la Moncloa, ?le permite conocer las razones por las que Felipe Gonz¨¢lez piensa retirarse?
R. No tengo informaci¨®n en tomo a esto. Pero no est¨¢ cansado, eso no. Es que Felipe Gonz¨¢lez no ama el poder y tiene una idea de la vida que no se lin¨²ta exclusivamente a estar en la Moncloa. Tiene una edad que le permite irse del poder, volver, y tambi¨¦n dedicarse a otras cosas.
P. ?l puede hacer otras cosas; usted tambi¨¦n. Pero hay pol¨ªticos que si dejan eso que se llama el aparato tienen un mal futuro.
R. Ese problema existe en todos los aparatos, y no hay partido con poder sin aparato pol¨ªtico. Ser¨ªa tan absurdo como pensar en un Estado sin Administraci¨®n. El aparato mejor intencionado tiene sus propias exigencias; una de las cuales es no dejar de ser. Otra de sus aspiraciones es que la profesionaliz aci¨®n del aparato corta a los que acogen sus formas de vivir. Los hay que son secretarios del Congreso y adem¨¢s catedr¨¢ticos de Derecho, y que a fin de cuentas pueden volver a la c¨¢tedra. Pero los hay que s¨®lo tienen el aparato. La pol¨ªtica como profesi¨®n es terror¨ªfica.
P. Ese miedo a perder el poder, ?es lo que puede conducir a algunos, como en el caso de Murcia, a cometer fraude con las votaciones?
R. Eso de que hayan metido votos est¨¢ por ver. Lo de Murcia hay que verlo tranquilamente, porque por casualidad se anulan 17 mesas donde hay una mayor¨ªa enorme de votos del PSOE, frente a los de Izquierda Unida (IU).
El fin de una ¨¦poca
P. Eso me recuerda que Dolores Ib¨¢rruri le llamaba "cabeza de chorlito".R. S¨ª, pero la "cabeza de chorlito" piensa en todo lo que est¨¢ sucediendo en el Este y, claro, ve que se termina una ¨¦poca hist¨®rica. Y hoy mismo se hace oficial que el Partido Comunista Italiano va a modificar su nombre y a pedir su ingreso -en la Intemacional Socialista. ?Qui¨¦n va a quedar fuera del socialismo democr¨¢tico que triunfa en Europa? Pues Marchais y Anguita.
P. Para Carrillo era evidente e inevitable , seg¨²n dice, el fracaso del comunismo.
R. ?l lo sab¨ªa todo, menos en 1964, cuando nos expulsa a Claud¨ªn y a in¨ª por decir t¨ªmidamente lo que luego se ha hecho verdad. ?l ha inventado el eurocomunismo, se ha puesto la peluca. Pero est¨¢ fuera del partido y de la vida pol¨ªtica. Si ha tenido raz¨®n en todo, ?por qu¨¦ no est¨¢ liderando el partido y capitaliza este auge aparente y transitorio de los votos comunistas?
P. ?Por qu¨¦ transitorio?
R. Si se hubiera sabido que votando a IU se pon¨ªa en cuiesti¨®n la mayor¨ªa'del PSOE, nco se le hubiera votado. Hemos llegado a ese momento de la historia en el que la ¨²nica fuerza pol¨ªtica capaz de reflexionar sobre el per¨ªodo pasado, y de situarse estrat¨¦gicamente en lo que ahora llega, es el socialismo democr¨¢tico, la socialdemocracia. Eso lo saben los comunistas h¨²ngaros y los italianos. Y eso es lo que nos indica, que no hay que hacer u?a interpretaci¨®n izquierdista y alarmista del auge del voto de IU. Porque no hay ninguna posibilidad de que IU,'tal como es hoy, lidere-ese movimiento de refundaci¨®n del socialismo dernocr¨¢tico. ?Pero no fue el se?or Anguita, cuando empez¨® el ¨¦xodo de alemanes orientales hacia el Oeste, uien dijo que se arrepentir¨ªan? ?l no es quien puede comprender lo que pasa.
P. El voto de IU, el castigo al PSOE, ?se explica por otras razones m¨¢s profundas?
R. Hay otros aspectos que debemos analizar. Las ra¨ªces de la transformaci¨®n de las capas medias urbanas que son las m¨¢s despolitizadas; ese sector que era la base del socialismo y cuyo voto se ha perdido.
M¨¢s informaci¨®n en la p¨¢gina 46
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.