La necesidad de la cr¨ªtica

La sensibilidad de Mariscal est¨¢ presente en cada pieza -realizadas materialmente por un equipo de tres personas del taller Promac-, pero no evidencian el look mariscaliano como el resto de su producci¨®n. Mariscal no sabe si esto es arte o no, desde luego no es dise?o: "En cualquier caso no pretendo hacer nada genial y tr¨¢gico, no entiendo esta seriedad de algunos pintores que conozco muy de cerca que dicen: 'Hemos escrito una nueva p¨¢gina en la historia del arte contempor¨¢neo". Le duele sin embargo que su obra no est¨¦ todav¨ªa considerada dentro del circuito art¨ªstico: "Pero significa que a¨²n estoy vivo y hago cosas distintas", y est¨¢ convencido de que los indiferentes tendr¨¢n que pasar finalmente por el tubo "y si no, me da igual, me dedicar¨¦ a hacer de jardinero hasta que se entienda que mi trabajo es una propuesta art¨ªstica global", agrega. Con esta exposici¨®n propositiva, Mariscal, al borde de los 40 a?os, reclama una mayor comunicaci¨®n con su p¨²blico y se queja de que hasta ahora no ha recibido cr¨ªticas a su trabajo, tan s¨®lo reportajes, an¨¦cdotas y ecos sociales. Parafraseando a Garc¨ªa M¨¢rquez, Mariscal no tiene quien le critique.