Nacida para correr
Est¨¢ claro que Bruce Springsteen no tiene el monopolio de cantautores nacidos para correr. Esa raza de cronistas urbanos, amigos de narrar historias callejeras a ritmo de rock and roll, tiene en Melissa Etheridge una representante m¨¢s que digna: no ofrece sorprendentes novedades ni en sus grabaciones ni en su puesta en escena, pero consigue hacer cre¨ªble un pu?ado de canciones encuadrables dentro de un g¨¦nero atemporal. No es un nuevo Bob Dylan, pero tampoco es una vulgar imitaci¨®n de Tracy Chapman o Suzanne Vega.
La int¨¦rprete norteamericana regres¨® a Madrid s¨®lo unos meses despu¨¦s de presentar su primer elep¨¦ en un concierto sorpresa minoritario y magn¨ªfico, de esos que crean una aureola m¨¢gica alrededor de los artistas poco conocidos. En su nueva visita, y para ofrecer los temas de su segundo ¨¢lbum, se escogi¨® una sala mucho m¨¢s grande y c¨®moda, con un sonido superior y ante un p¨²blico que sab¨ªa perfectamente la propuesta musical de Melissa. El resultado fue el esperado, y la cantante y su banda se movieron por el escenario de J¨¢cara como pez en el agua.
Melissa Etheridge
Conjunto Solars Vortices. Director pianista: J. P. Dupuy. Soprano: S. Cooper. Obras de Boulez, De Pablo, Lefebvre y Berio. Auditorio Nacional. Sala de C¨¢mara. 29 de noviembre.
Melissa Etheridge (voz y guitarra), Kevin McCormick (bajo), Mauricio Fritz Lewak (bater¨ªa) y Bernie Larsen (guitarra)
Madrid, sala J¨¢cara, martes 29 de diciembre.
"Una vez recorrimos Am¨¦rica en coche, viajando de ciudad en ciudad, viviendo cada lugar...", rezaba la menuda guitarrista como introducci¨®n a uno de sus temas, recitando con la cadencia y el intimismo del m¨¢s afectado Springsteen. Musicalmente el artista de Nueva Jersey es su mayor influencia y no puede evitar coincidir con ¨¦l en su forma de componer, en su ritmo interpretativo y en la vigorosa forma de plantear el directo. La gran diferencia es la calidad de las canciones, puesto que la cantautora de Kansas apenas dispone de media docena de temas de impacto. Esta circunstancia la obliga a jugar con los arreglos de los temas, alarg¨¢ndolos hasta el aburrimiento en m¨¢s de una ocasi¨®n.
Como cantante se muestra impecable, y durante las dos horas que dura su actuaci¨®n logra combinar a la perfecci¨®n los momentos dram¨¢ticos con los melanc¨®licos; la profundidad de su voz recuerda a algunas cantantes norteamericanas para p¨²blicos adultos, tipo Bonny Tyler, y las te¨®ricas similitudes con Janis Joplin no aparecieron por ning¨²n lado. Apoy¨¢ndose en tres m¨²sicos magn¨ªficos, tocando muy bien la guitarra y cantando con convicci¨®n, Melissa Etheridge se confirm¨® como una alternativa dentro del nuevo rock femenino.
Babelia
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