Utop¨ªa sin locura

El Grand Palais de Par¨ªs presenta, hasta el 10 de diciembre, la exposici¨®n Europa de los creadores. Utop¨ªas 89, en el que participan 70 ciudades representando a 22 pa¨ªses. La ciudad espa?ola elegida ha sido Valencia, representada por el escritor Miquel Navarro, que expone su instalaci¨®n Montatge U.

Como su nombre indica, la intenci¨®n de la exposici¨®n Europa de los creadores- Utop¨ªas 89 es ofrecer un panorama de la creaci¨®n de nuestro viejo continente, interpretando la palabra en su sentido m¨¢s amplio, lo que permite con acierto incluir en ella no s¨®lo a los artistas, sino tambi¨¦n a los ingenieros, arquitectos dise?adores y urbanistas.Gozando de todos los patrocinios posibles, empezarido por el m¨¢s alto, el del presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Mitterrand, y terminando por el de la Misi¨®n del Bicentenario -que ha colaborado con uno de los ocho millones de francos que ha costado la muestra-, la exposici¨®n del Grand Palais decepciona por sus planteamientos. Incluso la instalaci¨®n de la Gran Noria en el centro del recinto -como la rueda del eterno retorno- no consigue a?adir un ¨¢pice de fantas¨ªa a la muestra o ese- gramo de locura necesario a toda creaci¨®n.

Decepci¨®n

Sin duda, la decepci¨®n hubiera sido menos brutal si los organizadores no hubieran ca¨ªdo en la tentaci¨®n de a?adir como subt¨ªtulo eso de las Utop¨ªas, palabra m¨¢gica de fant¨¢sticas connotaciones que hace pensar autom¨¢ticamente en Plat¨®n, Campariella, Tom¨¢s Moro, Saint-Simon, Fourier u Orwell.Aun aceptando, como dicen sus organizadores, que hoy en d¨ªa las utop¨ªas pol¨ªticas o sociales han dejado paso a las art¨ªsticas o culturales, resulta bastante deprimente pasar de un pabell¨®n al otro sin encontrar ni las unas ni las otras. Todo lo que se nos presenta son, en el mejor de los casos, pseudoutop¨ªas tecnol¨®gicas, salvo honrosas excepciones que no hacen m¨¢s que confirmar la regla, como es el caso de la artista alemana Ingrid Webendoerfer, que nos ofrece en su serie de fotograf¨ªas, perfectamente trabajadas y redibujadas, un Par¨ªs realmente ut¨®pico, que resit¨²a el Arco de Triunfo o la isla de San Luis, por ejemplo, en un contexto arquitectural realmente fant¨¢stico y ut¨®pico.

En general, las pseudoutop¨ªas a que nos refer¨ªamos se limitan a la construcci¨®n de un puente (eso s¨ª, gigantesco y costoso y firmado por Gaetano Pesce) o un puerto (tan gigantesco como el proyecto anterior), que Levan ambos dos a?adidos al sustantivo correspondiente, eso de de Europa, lo que sin duda da actualidad a la cosa. Claro que todav¨ªa es m¨¢s incomprensible la, serie de casetas con joyas o tejidos futuristas que pueden encontrarse en cualquier tienda del ramo bien abaatecida.

Resumiendo, poca creatividad - a la excepci¨®n se puede a?adir el compositor Paul Panhuyssen y al humor Joel Hubault- , mucho ruido, en el sentido m¨¢s exacto del t¨¦rmino, y pocas nueces.