Los 'doce' dan su apoyo al pueblo alem¨¢n para que recupere su unidad

Viene de la primera p¨¢ginaAceptado el apoyo a la unidad alemana -"la palabra reunificaci¨®n abrir¨ªa la caja de los truenos", seg¨²n un diplom¨¢tico-, la convocatoria de la conferencia intergubernamental entr¨® en v¨ªas de acuerdo, con la sola diferencia de un matiz formal.

Si el paso adelante sobre la uni¨®n monetaria es el gran acuerdo sobre el futuro de la construcci¨®n europea, la atenci¨®n de los doce estuvo m¨¢s orientada hacia el Este. La declaraci¨®n, adem¨¢s del p¨¢rrafo referido a Alemania, insiste en el apoyo y la ayuda econ¨®mica de la CE a los procesos democr¨¢ticos de reforma, a la que han contribuido ampliamente "la vitalidad del proceso de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (CSCE) y la estabilidad en materia de seguridad".

La CE, dice el texto, "contin¨²a siendo la piedra angular de una nueva arquitectura europea y el punto de anclaje de un futuro equilibrio europeo". La cooperaci¨®n e integraci¨®n deben tener en cuenta a "Estados Unidos y Canad¨¢, dos pa¨ªses a los cuales nuestros pueblos est¨¢n ligados por una estrecha solidaridad".

La "cooperaci¨®n acrecentada con el Este", y en especial la creaci¨®n de un banco de ayuda al desarrollo de estos pa¨ªses, incluida la Uni¨®n Sovi¨¦tica, fue el tema clave de la cena alrededor de la chimenea. El objetivo es sentar los principios del banco, aunque el funcionamiento y la aportaci¨®n de cada pa¨ªs quedar¨¢n sometidos a discusiones t¨¦cnicas futuras.

Negativa brit¨¢nica

Todos menos el Reino Unido, que plantea otro tipo de proceso, aceptaron que la conferencia se celebre a finales de 1990. Kohl se refiri¨® a la necesidad de completar los trabajos preparatoriospara que la cumbre de Roma pueda convocar y abrir la conferencia intergubernamental en diciembre de 1990.

En su opini¨®n, la ratificaci¨®n de los nuevos tratados para permitir a la CE dotarse de un banco central europeo y una moneda com¨²n podr¨ªa producirse "alrededor del 31 de diciembre de 1992", es decir, en el momento de la entrada en vigor del mercado ¨²nico.

A diferencia de los dem¨¢s, Thatcher evit¨® pronunciarse sobre el s¨ª a la conferencia, ya que su opini¨®n es que hay que ir despacio y realizar la uni¨®n monetaria en "el terreno de los hechos". Pero "el Reino Unido", dijo, "acepta el objetivo".

Felipe Gonz¨¢lez interit¨® con un "a m¨ª las dos f¨®rmulas me son indiferentes" resolver la sutileza formal que esconde el problema de protagonismo de si es Francia quien convoca ahora o s¨®lo se asume un compromiso para que sea Italia quien lo haga dentro de un a?o. Y aunque Kohl admite que la conferencia se inicie a finales de 1990, de hecho s¨®lo comenzar¨¢n los trabajos en serio en 1991, una vez celebradas las elecciones alemanas.

Una segunda fase

Los trabajos de la conferencia, se piensa, durar¨¢n un a?o. La segunda fase de la uni¨®n monetaria podr¨ªa entrar en vigor en 1993. El presidente espa?ol Felipe Gonz¨¢lez insisti¨® en la convergencia de las pol¨ªticas econ¨®micas y el incremento de la solidaridad con las econom¨ªas menos desarrolladas.

Se sum¨® a Kohl y al prime ministro italiano, Giulio Andreotti, en recalcar la necesidad del control democr¨¢tico de la instituci¨®n financiera a la que dar¨¢ lugar la conferencia, lo que significa en la pr¨¢ctica aumentar el poder del Parlamento Europeo.