EE UU invade Panam¨¢ con 24.000 soldados, pero Noriega consigue burlar el cerco
MARUJA TORRES ENVIADA ESPECIAL, M¨¢s de 80 muertos y centenares de heridos es el resultado de la invasi¨®n de Panam¨¢ por parte de las tropas estadounidenses del Comando Sur, reforzadas por 12.000 soldados llegados al Canal en la noche del martes. Entre los muertos hay 22 norteamericanos, seg¨²n una fuente norteamericana. En la operaci¨®n participaron 24.000 hombres, que fracasaron en primera instancia en su principal objetivo: la captura del general Manuel Antonio Noriega, hombre fuerte del pa¨ªs y bestia negra de la Administraci¨®n de George Bush. Esta madrugada (hora de Espa?a), la situaci¨®n segu¨ªa confusa y el r¨¦gimen de Noriega no se hab¨ªa desmoronado totalmente. Las tropas de EE UU controlaban los accesos al Canal, pero encontraban resistencia en la ciudad de Panam¨¢.
Al despliegue militar estadounidense se opon¨ªan los 15.000 miembros de las Fuerzas de Defensa paname?as y los 10.000 de las milicias populares. El jefe de la oposici¨®n paname?a, Guillermo Endara, considerado el vencedor real de las elecciones de mayo, asumi¨® la presidencia en una base norteamericana.El primer objetivo de la invasi¨®n, la captura de Noriega, no se hab¨ªa alcanzado. Sobre el ¨¦xito del segundo, "restaurar la democracia", es decir, derribar el r¨¦gimen, reinaba a esas horas la mayor confusi¨®n. En la calle se multiplicaban los saqueos de establecimientos comerciales.
Endara se autoproclam¨® presidente "ante la patria y ante Dios" y pidi¨® la rendici¨®n de las Fuerzas de Defensa paname?as ante las tropas norte americanas, actitud que el r¨¦gimen controlado por el general Noriega calific¨® de "repugnante", en palabras pronunciadas por su presidente, Francisco Rodr¨ªguez, en una conferencia de prensa celebrada en la canciller¨ªa entre el tronar de los proyectiles. Rodr¨ªguez a?adi¨®, con respecto a los opositores Ricardo Arias Calder¨®n y Guillermo Ford, que si se prueba que han colaborado en la invasi¨®n, ser¨¢n castigados como merecen. Seg¨²n fuentes paname?as, 61 rehenes norteamericanos, entre ellos varios militares, permanecen en poder de las tropas leales a Noriega. Anoche, el arquitecto Thompson, subjefe de los Batallones Dignidad, adictos a Noriega, declar¨® a esta enviada que las fuerzas del Ej¨¦rcito paname?o se estaban convirtiendo "en guerrilla urbana".
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El general Noriega est¨¢ vivo, seg¨²n sus leales
Viene de la primera p¨¢ginaLos paname?os, tuvieron la primera noticia del ataque cuando el canal 8 de la televisi¨®n del Comando Sur envi¨® un mensaje sobreimpreso anunciando que las tropas se hallaban en clave echo, que es lisa y llanamente la de invasi¨®n. La se?al de la televisi¨®n nacional fue interferida por los norteamericanos, y en poco tiempo s¨®lo qued¨® como fuente de informaci¨®n del Gobierno la emisora nacional, que se constituy¨® en cadena de resistencia, que, junto a las proclamas, emite permanentemente una pieza antiestadounidense titulada Colonia americana, no.
El bombardeo fue combinado y masivo, contra las instalaciones militares paname?as de la capital, con especial despliegue de bombas y cohetes que ten¨ªan como objetivo el cuartel general donde se supon¨ªa que estaba el general Noriega.
Dada la situaci¨®n de esta unidad, en el barrio popular y populoso de El Chorrillo, formado por m¨ªseras viviendas de madera construidas a principios de siglo para albergar a los trabajadores del Canal, las v¨ªctimas fueron en su mayor parte indefensos paname?os que, desde hac¨ªa tres d¨ªas desde que un oficial result¨® muerto la noche del s¨¢bado por soldados paname?os-, vivian en la mayor incertidumbre. La mayor¨ªa de las v¨ªctirnas por los combates se produjo en El Chorrillo, aunque tambi¨¦n hubo muertos en otros puntos de la ciudad, donde las tropas estadounidenses bombardearon objetivos militares.
La escalada de la tensi¨®n entre los efectivos del Comando Sur acantonadas en la ribera del canal y las Fuerzas de Defensa pariame?as se inici¨® precisamente con el incidente mencionado, en el que, seg¨²n la versi¨®n norteamericana, cuatro oficiales vestidos; de civil se perdieron y fueron a parar a las cercan¨ªas del cuartel central, en donde, en un tiroteo con soldados paname?os, result¨® muerto un teniente estadounidense llamado Robert Paz, y fueron heridos un soldado paname?o y dos civiles, entre ellos una ni?a de 11 meses. Esa misma noche, las mismas fuentes indican que otro oficial y su mujer fueron amenazados por militares paname?os. Las versiones del Ej¨¦rcito de este pa¨ªs son opuestas.
Otro incidente, en el que un teniente norteamericano hiri¨® en un brazo a un sargento paname?o, reflej¨® el grado de calor que estaba alcanzando la guierra de nervios, al tiempo que aumentaba el tono agresivo de las declaraciones de ambos bandos.
Los primeros movimientos de tropas norteamericanas se apreciaron ya el pasado domingo. El lunes se entr¨® en un per¨ªodo aparentemente m¨¢s tranquilo, aunque segu¨ªa el movimiento y ambos bandos continuaban en estadode alerta. El Comando Sur se hallaba en clave Delta -cuatro en una escala de cinco- y las fuerzas paname?as en clave Cutarra, casi la m¨¢s alta. Al atardecer del martes, nuevos aviones de gran envergadura empezaron a aterrizar cada 10 minutos, transportando m¨¢s tropas, procedentes de las bases de Sacramento (California) y Fort Bragg (Carolina del Norte). Los 13.000 soldados que se encontraban en Panam¨¢ casi se doblaron.
Violento tiroteo
Adem¨¢s de bombardear desde el aire y desde Quarry Height, donde se encuentra la jefatura del Comando Sur, los norte:americanos llegaron a la capital en veh¨ªculos blindados y a pie. En el puente de las Am¨¦ricas, que cruza el canal, hubo un violento tiroteo entre los dos bandos. En el ¨¢rea del cuartel central se produjeron tambi¨¦n intensos intercambios de disparos aunque el recinto hab¨ªa sido evacuado, porque en la zona quedaron los Machos del Monte, unidad de ¨¦lite, de guerra de guerrillas, encargados de defenderlo. El enfrentamiento fue muy duro, informa Rafael Candanedo. Un helic¨®ptero riorteamericano OH-58 fue derribado all¨ª mismo, cuando realizaba tareas de observaci¨®n. Se desconoce cu¨¢l fue el destino de sus tripulantes.
A trav¨¦s de la radio nacional las fuerzas leales a Noriega -cuyo paradero se desconoc¨ªa y a¨²n se desconoce, pese a que un capit¨¢n de su escolta afirm¨® que se encuentra en un lugar de la geografia paname?a, a salvo, dirigiendo las operaciones- convocaban urgentemente a los miembros de los Batallones Dignidad -civiles armados y entrenados por el Ej¨¦rcito- y a cuanto ciudadano se aprestaba a empu?ar las armas. Al mismo tiempo, se hac¨ªan dram¨¢ticos llamamientos a m¨¦dicos, enfermeras y personal de los centros hospitalarios para que acudieran a atender a los numerosos heridos. En el hospital de Santo Tom¨¢s, los muertos permanec¨ªan en el suelo, en pleno caos. Al parecer, hay falta de medicamentos, antibi¨®ticos y donaciones de sangre.
Todos los aeropuertos de la capital han sido atacados y est¨¢n fuera de funcionamiento, desde el m¨¢s importante e internacional, el Omar Torrijos, hasta el peque?o aer¨®dromo local de Paltilla, de cuyos hangares sal¨ªa una columna de humo. San Miguelito, un barrio perif¨¦rico que cuenta con m¨¢s de 300.000 habitantes, tambi¨¦n muy pobre, fue atacado por los norteamericanos, que encontraron fuerte resistencia entre sus habitantes.
La ciudad de David, capital de la provincia de Chiriqui, en la frontera con Costa Rica, zona bananera, fue tambi¨¦n bombardeada. La Embajada norteameri cana, situada en la avenida Balboa, estaba fuerteniente protegida por carros de combate de EE UU que alejaban con cajas destempladas -apunt¨¢ndoles con las ametralladoras- a los fot¨®grafos de Prensa. La representaci¨®n diplom¨¢tica se encuen tre justo al lado del hospital Santo Tom¨¢s, que no cesaba de recibir muertos y heridos.
Pasadas las siete de la ma?anade ayer (la una de la tarde, hora peninsular espa?ola), la pregunta que flotaba en el am biente era: "?D¨®nde se encuentra Noriega?" Precisamente a esa hora, entro en la radio nacional la voz del capit¨¢n Gait¨¢n, jefe de la escolta personal del general y ex alumno del golpista argentino Aldo Rico. "Nadie entregue su posici¨®n", dijo. "Nuestro comandante se encuentra bien, en un lugar seguro, y estamos dispuestos a resistir".
Panorama desolador
A esa hora, el pariorania de la capital era desolador, los desarrapados que hu¨ªan de las zonas bombardeadas e incendiadas -El Chorrillo humeaba incesantemente- hacia lugares m¨¢s seguros te¨®ricamente, situados fuera de la capital, mosaraban de forma inequ¨ªvoca el temor y el desconcierto.
Con escasas pertenencias, hu¨ªan con sus ancianos, sus ninos, sus mujeres y hasta con sus perros. A la inseguridad producida por los combates se a?ad¨ªan tiroteos espont¨¢neos a cargo de conierciantes que, por miedo al pillaje, que ya, a esa hora hab¨ªa corrienzado en la Ciudad, sacaban sus armas para defender sus mercanc¨ªas.
Despu¨¦s de ocho horas de pillaje, las calles del centro comercial popular -barrio de Calidonia- ofrec¨ªan un aspecto devastador. S¨®lo papeles y bolsas de pl¨¢stico cubr¨ªan el asfalto junto con zapatos desparejos y el agula que los bomberos, ¨²nica fuerza de seguridad presente durante la jornada, arrojaba a los almacenes para apagar los incendios, fortuitos o provocados, que resultaron como consecuencia del asalto de la multitud.
Bajo todo tipo cte amenazas, los periodistas, entre los que no hab¨ªa norteamericanos, llegaron a la canciller¨ªa en donde el presidente Rodr¨ªguez ofreci¨® una conferencia de prensa junto con el ministro de Relaciones Exteriores, Leonardo Kam, en la que dijo que su Gobierno mantiene el control del pa¨ªs y que est¨¢ "preparado para resistir", al tiempo que ped¨ªa la solidaridad internacional.
Kam calific¨® los hechos de "sangrientos, brutales y criminales", dijo que se hab¨ªan producido contra gente indefensa y en flagrante violaci¨®n del derecho internacional. La reuni¨®n se celebr¨® en la canciller¨ªa a causa de la inseguridad en el palac¨ªo presidencial, que fue da?ado durante la lucha.
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