Kohl y Modrow abren la puerta de Brandeburgo, s¨ªmbolo de la divisi¨®n alemana

JOS? M. MART? FONT El canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) Helmut Kohl, y el ministro presidente de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), Hans Modrow, unos minutos antes de las tres de la tarde de ayer y bajo una fuerte lluvia, se dieron la mano en el boquete abierto en el muro de Berl¨ªn y procedieron a la apertura oficial de la puerta de Brandeburgo, s¨ªmbolo de la divisi¨®n de Alemania.

Los dos primeros ministros estuvieron acompa?ados, en el hist¨®rico acto, por los alcaldes de las dos partes de la ciudad dividida, Walter Momper (Oeste) y Erhard Krack (Este), as¨ª como de ministros de una y otra Alemania. Kohl y Modrow se dirigieron a una tribuna improvisada al pie del monumento, mientras los ciudadanos de una y otra parte de la ciudad empezaban a cruzar libremente en ambas direcciones.Bajo la mirada impasible de la imagen de la victoria que conduce la cu¨¢driga situada en lo alto del famoso y simb¨®lico monumento, de estilo neocl¨¢sico y construido en 1788, el primer ministro de la RDA, dirigi¨¦ndose a un mar de paraguas que ocultaba una multitud absolutamente feliz, declar¨® abierto el paso "para todos los ciudadanos". Kohl, por su parte, de nuevo en territorio de la RDA, del que hab¨ªa salido tan s¨®lo dos d¨ªas antes, pudo escuchar c¨®mo los alemanes orientales coreaban su nombre de pila con tal dedicaci¨®n que el discurso de Modrow casi no pudo ser entendido.

El canciller alem¨¢n occidental, a continuaci¨®n, tom¨® la palabra para felicitar a todos por este momento hist¨®rico. "Es el m¨¢s feliz de mi vida", afirm¨®. "Queremos paz y queremos libertad. Desde aqu¨ª queremos contribuir a la paz en Europa y en el mundo", a?adi¨® Kohl ante el delirio de los m¨¢s de 100.000 berlineses que se hab¨ªan congregado a ambos lados de la puerta de Brandeburgo. En similares t¨¦rminos se pronunci¨® Krack, el alcalde de Berl¨ªn Oriental. "Berl¨ªn es la ciudad m¨¢s feliz del mundo", dijo por su parte el alcalde de la parte occidental, Walter Momper.

Pese a que el d¨ªa fr¨ªo y llluvioso no invitaba a la celebraci¨®n, miles de berlineses occidentales se hab¨ªan empezado a congregar en la Avenida 17 de Junio desde la media tarde del jueves. Otro tanto sucedi¨® en la parte oriental de la ciudad una vez que se permiti¨® el acceso a la plaza de Par¨ªs, que inmediatamente qued¨® repleta de gente que esperaba que se abriera el paso fronterizo. El primer panel fue levantado a las 0,37 de la madrugada de ayer por unos 20 miembros de la polic¨ªa de fronteras, pertenecientes a la misma compa?¨ªa que el 13 de agosto de 1961 se encarg¨® de colocar los primeros rollos de alambre de espinos que posteriormente se convirtieron en el Muro, que ha dividido la vieja capital alemana durante 28 a?os.

En Berl¨ªn Este, la poblaci¨®n tuvo que contemplar el inicio de las operaciones a mayor distancia justo desde el otro lado de la plaza de Par¨ªs, al final de la que fuera la calle m¨¢s elegante: del Berl¨ªn de entreguerras, la avenida Unter den Linden. S¨®lo por la ma?ana de ayer se abrieron los accesos a la plaza, que inmediatamente se llen¨®.

Quien no asisti¨® a la ceremonia fue el presidente franc¨¦s Fran?ois Mitterrand, si bien, a su vuelta de Leipzig el jueves por la noche, hizo detener el veh¨ªculo en el que viajaba junto a su ministro de Cultura, Jack Lang, frente a la puerta de Brandeburgo y descendi¨® del mismo durante unos minutos para contemplar los trabajos para abrir el Muro, aunque, debido a la gente que se aglomeraba al final de Unter den Linden, casi no pudo ver nada. Entonces decidi¨® caminar durante unos cien metros por la avenida junto con Lang para introducirse despu¨¦s de nuevo en su veh¨ªculo.

Apoyo franc¨¦s

Fran?ois Mitterrand, que ayer volvi¨® a Par¨ªs tras haber permanecido durante tres d¨ªas en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, ofreci¨® una conferencia de prensa en la que mostr¨® su apoyo al actual Gobierno de la RDA y asegur¨® que le tranquili zaba haber comprobado que la reunificaci¨®n alemana no se producir¨¢ con demasiada rapidez, si bien admiti¨® que hab¨ªa podido darse cuenta personalmente de la pasi¨®n popular a favor de una Alemania unida.

"Yo soy uno de esos que quiere pisar el freno", dijo el presidente franc¨¦s. "pero creo que este proceso debe tener tiempo para madurar". Para Miterrand, la unidad alemana tiene que proceder del deseo de ambos pueblos, expresado en elecciones libres, y entonces, cuando se Ilegue a este punto, "Francia no pondr¨¢ obsc¨¢culos en el camino", dijo. Por la ma?ana, se entrevist¨® de nuevo en Berl¨ªn Oriental con el jefe del Estado provisional. Manfred Gerlach.