Un proyecto de la CE para Centroam¨¦rica
y JOS? RODR?GUEZ DE PABLOEsta idea ya figuraba en el Plan Especial de Cooperaci¨®n para Centroam¨¦rica (PEC) de las Naciones Unidas. La Comisi¨®n Europea la asumi¨® con entusiasmo, y la mejor prueba del inter¨¦s y eficacia con que la desarroll¨® se desprende del hecho de que, apenas transcurrido un a?o desde su iniciaci¨®n, la Comunidad haya dado el visto bueno a un proyecto singular y ambicioso que no tiene precedentes en la historia de la cooperaci¨®n comunitaria con Am¨¦rica Latina o Asia. Quienes hemos colaborado en su preparaci¨®n podemos atestiguar la excepcional entrega de todos los funcionarios de la Comisi¨®n y, sobre todo, la decisiva participaci¨®n del comisario Abel Matutes, a quien se debe el constante apoyo pol¨ªtico que ha permitido su r¨¢pida aprobaci¨®n.
No es extra?o que la Comunidad Europea respondiese con prontitud el llamamiento hecho por las Naciones Unidas en apoyo financiero y t¨¦cnico del PEC, y no es extra?o por una doble raz¨®n: porque la Comunidad es especialmente sensible a los temas de comercio internacional e integraci¨®n regional y porque su experiencia le ha demostrado que solamente mediante un adecuado mecanismo de pagos se puede desarrollar un comercio estable, condici¨®n esencial para intensificar la colaboraci¨®n pol¨ªtica entre los pa¨ªses interesados. De aqu¨ª que el modelo de la Uni¨®n Europea de Pagos y sus 10 a?os de vigencia se hayan tenido muy en cuenta a la hora de redactar el Acuerdo marco para el relanzamiento del comercio intracentroamericano.
La crisis econ¨®mica de los a?os ochenta ha incidido de manera especial en Am¨¦rica Central; la elevaci¨®n de los precios del petr¨®leo, del que depend¨ªan ampliamente los cinco pa¨ªses, el baj¨®n de las cotizaciones de los productos de exportaci¨®n tradicionales -caf¨¦, pl¨¢tanos, cacao, carne, az¨²car, algod¨®n-, m¨¢s los propios conflictos b¨¦licos regionales, contribuyeron a una profunda ca¨ªda del producto interior bruto (PIB) en todos los pa¨ªses y a una retirada de las inversiones privadas internacionales. Todo ello se ha reflejado en el retroceso econ¨®mico registrado que anul¨® el crecimiento de las dos d¨¦cadas precedentes; el PIB de los cinco. pa¨ªses equivale hoy al que se contabiliz¨® en 1970 y es un 20% inferior al que se registr¨® en 1980. El coste social de la crisis ha sido muy elevado, ya que el ¨ªndice salarial neto alcanza hoy solamente el 85% del que se constat¨® en el bienio 1979-1980.
Comercio exterior
El comercio exterior ha tenido tradicionalmente una participaci¨®n muy significativa en la econom¨ªa de esta regi¨®n, tanto individualmente para cada pa¨ªs como para el conjunto, y al finalizar la d¨¦cada de los a?os setenta la exportaci¨®n representaba un 27% del PIB. Este per¨ªodo coincid¨ªa con un crecimiento de la econom¨ªa al 5% anual de promedio y con una acusada estabilidad en los precios. La crisis econ¨®mica de la d¨¦cada actual arrastr¨® al comercio exterior hasta el punto queen el actualidad la exportaci¨®n total asciende solamente al 22% del PIB (cinco puntos porcentuales menos) que hace 10 a?os. Dentro del comercio exterior de los cinco pa¨ªses, el intrarregional hab¨ªa tenido una acusada participaci¨®n en la mejora de las econom¨ªas centroamericanas en las dos pasadas d¨¦cadas, ya que desde un 7% de participaci¨®n en la exportaci¨®n total en 1960 creci¨® hasta el 25% en el a?o 1980. Pues bien, la recesi¨®n econ¨®mica de los ochenta ha golpeado con mucha mayor fuerza al comercio regional que al extrarregional, de tal manera que en la actualidad solamente el 12% de las exportaciones de los cinco pa¨ªses se dirige a la zona, es decir, menos de la mitad que hace 10 a?os. Del an¨¢lisis de las causas que han afectado principalmente a la ca¨ªda del comercio regional se puede concluir que han sido razones b¨¢sicamente financieras -internas y externas- las que han estado en el origen de su r¨¢pido declive; su recuperaci¨®n comercial debe pasar, pues, en primer lugar por el establecimiento de un sistema regional de pagos que permita la financiaci¨®n de los intercambios y regule su cuant¨ªa.
Brevemente, el proyecto ahora aprobado implica un acuerdo entre los bancos centrales que permite compensar los cobros y pagos de mercanc¨ªas y de transporte y seguros originados en las operaciones de comercio entre los cinco pa¨ªses, siempre que la liquidaci¨®n de estas operaciones, de una forma voluntaria, se canalice a trav¨¦s de la C¨¢mara de Compensaci¨®n Centroamericana. Para cumplir sus funciones, el sistema de pagos contar¨¢ con un fondo dotado de dos clases de recursos: l¨ªneas de cr¨¦dito de los bancos centrales en las respectivas monedas nacionales hasta un total de 125 millones de d¨®lares y 120 millones de ECU en divisas proporcionadas por la Comunidad Europea en tres ejercicios presupuestarios, plazo previsto para la recuperaci¨®n del comercio a los niveles de 1980.
Un sistema cl¨¢sico de pagos internacionales exige que, en las liquidaciones peri¨®dicas, una parte de los saldos, deudores o acreedores, se pague o cobre en divisas, en tanto que el resto se atiende mediante cr¨¦dito recibido o dado por el propio sistema. Pero, habida cuenta de la situaci¨®n financiera de Centroam¨¦rica, era poco realista pensar en que el pago de los saldos de las exportaciones rec¨ªprocas podr¨ªa materializarse en divisas convertibles, y menos a¨²n si se consideraba que el incremento del comercio exterior intrarregional arrastra las importaciones extrarregionales, cuyo pago se tendr¨ªa que hacer tambi¨¦n en divisas, lo que empeorar¨ªa las balanzas de pagos de todos los pa¨ªses.
Balanza de pagos
De aqu¨ª que con el fin de evitar ambas situaciones, impagos de divisas y deterioro de las balanzas de pagos, en este proyecto los bancos centrales perciben durante los dos primeros a?os el 10% de las exportaciones regionales de sus empresas, cualquiera que sea el saldo de sus intercambios, y el contravalor en moneda nacional de ese porcentaje de sus exportaciones pasa a engrosar los fondos del sistema.
Adem¨¢s de esta aportaci¨®n al mecanismo de pagos, la Comunidad se ha comprometido a dotar un fondo con 30 millones de ECU en favor de los pa¨ªses deficitarios cr¨®nicos -Honduras y Nicaragua- para reforzar la viabilidad del sistema de pagos.
Sin duda este proyecto constituye una experiencia singular dentro de la diversidad de las ayudas de la Comunidad a los pa¨ªses en desarrollo en Am¨¦rica Latina o Asia. Se trata de un plan de apoyo regional, sin que lleve consigo inversiones en infraestructura ni en actividades sectoriales concretas. Est¨¢ orientado a generar un impacto macroecon¨®mico, afectando a ciertas magnitudes b¨¢sicas para el funcionamiento de las econom¨ªas centroamericanas. Supera la inclinaci¨®n hacia proyectos con vocaci¨®n microecon¨®mica, cuya acumulaci¨®n no impulsa necesariamente el desarrollo. Es, por otra parte, el proyecto que mayor volumen de recursos movilizar¨¢ dentro de la experiencia de cooperaci¨®n comunitaria en aquellos continentes. La valoraci¨®n pol¨ªtica que subyace al proyecto es clara: la paz ser¨¢ inestable en Centroam¨¦rica mientras el desarrollo econ¨®mico se tambalee.
En cualquier caso, el proyecto est¨¢ abierto a la colaboraci¨®n y cooperaci¨®n tanto de los pa¨ªses comunitarios individualmente como de otros pa¨ªses industrializados que pueden encontrar en ¨¦l un adecuado marco institucional para canalizar sus recursos para ayuda al desarrollo. Espa?a, especialmente, deber¨ªa prestar mayor atenci¨®n a este plan, de modo que las generosas ayudas bilaterales que ha concedido individualmente a los pa¨ªses de Centroam¨¦rica se coordinasen con esta iniciativa multilateral auspiciada por la CE.
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