Balas contra ni?os
Indignaci¨®n en un humilde barrio de Badajoz por la muerte de tres peque?os a manos de un desequilibrado
Jos¨¦ Ventura Calder¨®n, el joven estudiante de 22 a?os que en la tarde del pasado martes dispar¨® a quemarropa contra un grupo de ni?os, lo que produjo la muerte de dos de ellos y heridas muy graves a un tercero, que falleci¨® ayer, y a otro joven que pasaba por el lugar, permanece en tratamiento psiqui¨¢trico desde hace tres a?os. La indignaci¨®n era ayer patente en la barriada pacense de Antonio Dom¨ªnguez, con los vecinos gritando "que le maten", mientras que el padre de Jos¨¦ pide perd¨®n y asegura que, "si se hubiera suicidado, la tragedia habr¨ªa sido s¨®lo para nosotros".
Los ni?os Manuel Macarro Tabares, de 9 a?os, y Francisco Johnatan V¨¢zquez Torres, de 8 a?os, fueron enterrados ayer en la iglesia de Nuestra Se?ora de Gracia. El tercero de los peque?os, Antonio Rosas Santos, falleci¨® a las ocho de la tarde de ayer en el hospital Infanta, Cristina, despu¨¦s de permanecer cl¨ªnicamente muerto desde el pasado martes. Joaqu¨ªn Ballester D¨ªaz, por su parte, evoluciona favorablemente tras haber sido intervenido quir¨²rgicamente.Manuel Macarro Tabares, Francisco Johnatan V¨¢zquez Torres y Antonio Rosas Santos jugaban en el cruce de las calles Acacias y M¨®stoles, en la humilde barriada de Antonio Dom¨ªnguez. Eran las 17.30 del martes, 26 de diciembre. S¨®lo la chiquiller¨ªa ocupaba el asfalto mientras los hombres trabajaban y las mujeres terminaban sus tareas.
Tumbados en el suelo
El bal¨®n iba de un lado a otro de la calle. Manuel, Francisco y Antonio corr¨ªan y gritaban. "Co?o, no se conforman con el bal¨®n sino que adem¨¢s tiran petardos", pens¨® entre protestas tina vecina del n¨²mero 7 de la calle Acacias, al escuchar unos golpes fuertes y secos. Unas casas m¨¢s abajo, Joaqu¨ªn Ballester D¨ªaz se dispon¨ªa a tomar su veh¨ªculo situado unos metros m¨¢s all¨¢ del improvisado campo de f¨²tbol. Los cr¨ªos estaban tumbados en el suelo. "Estar¨¢n jugando", pens¨®.
La vecina se equivoc¨® con los petardos y Joaqu¨ªn con su apreciaci¨®n visual del juego. ?ste lo comprobar¨ªa en su propio cuerpo cuando dos disparos interrumpieron su operaci¨®n de abrir el turismo. Una bala le atraves¨® el trapecio derecho y otra se le aloj¨® junto a la columna.
Segundos antes, Jos¨¦ Ventura Calder¨®n, de 22 a?os, estudiante de delineaci¨®n, se hab¨ªa aproximado hasta el lugar donde jugaban los tres peque?os ya bocajarro dispar¨® sobre ellos con una pistola Star corta perteneciente a su padre, un teniente del Ej¨¦rcito del Aire retirado. Jos¨¦ Ventura incluso corri¨® detr¨¢s de uno de los cr¨ªos que intent¨® resguardarse en un portal. En sus bolsillos guardaba m¨¢s de 30 balas tras haber efectuado 12 disparos.
Jos¨¦ y Miguel Preciado, cu?ados de Joaqu¨ªn Ballester, cortaron la brutal matanza iniciada por Jos¨¦ Ventura y, avalanz¨¢ndose sobre ¨¦l, le redujeron con una alargadera. Pero ya entonces el balance era terrible: Manuel Macarro y Francisco Johnatan eran cad¨¢veres y Antonio Rosas y Joaqu¨ªn Ballester luchaban contra la muerte. Antonio Rosas fallec¨ªa ayer.
Teniente del Ej¨¦rcito del Aire retirado, Jos¨¦ Ventura Mazuecos guarbada en su domicilio de la calle Mart¨ªn Cansado n¨²mero 1 una pistola Star de nueve mil¨ªmetros. "Siempre la ten¨ªa escondida y no s¨¦ c¨®mo Jos¨¦ pudo encontrarla", afirma lament¨¢ndose una vez m¨¢s del hecho: "Se suicida y es una tragedia..., pero para nosotros s¨®lo. Ahora, no s¨¦, tambi¨¦n es como si estuviera muerto, y las otras familias... No lo entiendo. Esto es sorprendente", dice una y otra vez mientras la voz comienza a entrecort¨¢rsele.
El peri¨®dico regional Hoy se hac¨ªa eco ayer de una frase pronunciada por Jos¨¦ Ventura Calder¨®n ante un profesor: ?"30 a?os se pasan pronto"? La frase, atribuida a este joven, podr¨ªa dejar entrever un conocimiento de la m¨¢xima pena que contempla el C¨®digo Penal para una acci¨®n como la que protagoniz¨®.
La indignaci¨®n era latente en el barrio donde viv¨ªan los ni?os. "Que lo maten", era la frase que repet¨ªan una otra y otra vez los vecinos. "El barrio ten¨ªa que haberlo matado, y que despu¨¦s pregunten qui¨¦n fue". El alcalde, Manuel Rojas, ha decretado dos d¨ªas de luto en la ciudad.
"Mi hijo no era un loco"
"Que nos perdonen. Esos padres han perdido a sus hijos, pero nosotros tambi¨¦n al nuestro. Ahora ya, no tiene soluci¨®n. Se lo llevar¨¢n a un centro de esos y ser¨¢ como si hubiera muerto. Nunca pudimos sospechar una cosa as¨ª". Con l¨¢grimas en los ojos pero con la voz segura, Jos¨¦ Ventura Mazuecos, teniente del Ej¨¦rcito del Aire retirado, cont¨® a este peri¨®dico c¨®mo tuvo noticia del lamentable suceso en la propia calle, sin saber que su hijo Jos¨¦ era el principal protagonista de tan cruenta historia.Jos¨¦ siempre fue un ni?o t¨ªmido. Creci¨® en soledad y en un mundo muy, reducido donde no cab¨ªan amigos. "Se lo atribu¨ªamos a la timidez. Le resultaba muy dif¨ªcil comunicarse con la gente por su car¨¢cter introvertido. Pero as¨ª hay muchas personas y no matan, y no pasa nada".
Sin embargo, hace tres a?os ese car¨¢cter extra?o y reservado se vio acrecentado con frecuentes depresiones: "Fue entonces cuando le sometimos a tratamiento psiqui¨¢trico. Tomaba sus pastillas y hac¨ªa una vida absolutamente normal, sin meterse con nadie".
"Mi hijo no era un loco que andaba suelto por ah¨ª", repite Jos¨¦ Ventura, al recordar c¨®mo Jos¨¦ hab¨ªa pasado las Navidades en casa. "Con todos nosotros y de mi hijo mayor y su familia que hab¨ªan venido desde Sevilla", comenta apenado el militar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.