Bush insiste que s¨®lo pretende llevar ante los tribunales al ex dirigente de Panam¨¢
La Casa Blanca no ha variado su postura sobre Manuel Antonio Noriega, pese, a que el Vaticano haya comentado que legal y ¨¦ticamente no puede entregar al militar a EE UU. El presidente Bush declar¨® ayer que desea que el general paname?o, refugiado en la nunciatura, sea entregado a Washington para ser juzgado en Miami por narcotr¨¢fico.
Las negociaciones entre el Vaticano y EEUU contin¨²an abiertas, mientras Bush considera que la postura, de Roma "ha complicado la situaci¨®n".Durante un breve encuentro con la Prensa en el aeropuerto tejano de Corpus Christi, donde Bush aprendi¨® a pilotar aviones en 1943, el presidente de EEUU declar¨® que su secretario de Estado, James Baker, segu¨ªa negociando la entrega de Noriega con el Vaticano y la Nunciatura de Panam¨¢ y que deseaba leer con atenci¨®n la postura oficial vaticana antes de juzgarla oficialmente. Bush no quiso opinar sobre los esfuerzos del Gobierno de Panam¨¢ para hacerse con el control legal del general Noriega, "para no interferir la soberan¨ªa del gobierno Endara, que est¨¢ actuando con la confianza de su pueblo".
Sobre el eventual juicio de Noriega en Miami y las implicaciones que el militar paname?o pudiera imputar a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de la que el propio Bush fue el m¨¢ximo responsable entre 1976 y 1977, el presidente declar¨®: "El sistema [judicial norteamericano] funciona y las cortinas de humo no servir¨¢n para nada".
No hay peligro guerrillero
El presidente anunci¨® que el dinero que se hab¨ªa encontrado en los refugios de Noriega hab¨ªa sido entregado al Gobierno de Guillermo Endara y que no existen informaciones que permitan pensar en la formaci¨®n de grupos guerrilleros leales al general Noriega en las zonas monta?osas de Panam¨¢.
Tras calificar la localizaci¨®n de Noriega de "regalo de Navidad", Bush coment¨® que la operaci¨®n militar estadounidense en Panam¨¢ hab¨ªa sido "un trabajo de primera clase". La guerra de Panam¨¢, a juzgar por el optimismo reflejado ayer por Bush, ha terminado.
Lejos de Panam¨¢ y algo m¨¢s cerca de la base a¨¦rea de Corpus Christi, en Miami (Florida), el coronel Luis del Cid, la mano derecha del general Noriega, compareci¨® el pasado martes ante un juez federal. Vestido con una camiseta y unos tejanos, Del Cid escuch¨® las acusaciones que le imputa la Justicia norteamericana.
Seg¨²n el fiscal Dexter Lehunen, Del Cid, el jefe de los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas paname?as, era una pieza clave en la conexi¨®n paname?a y el responsable del env¨ªo a EEUU de droga procedente de Colombia. El fiscal coment¨® en Miami que confiaba tener las suficientes pruebas para que la Justicia condene al militar paname?o. El defensor, Kenneth Swartz, ha explicado que Del Cid es inocente de los cargos que se le imputan y que as¨ª lo demuestra el hecho de que se entregara voluntariamente a las tropas norteamericanas.
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