Miles de paname?os exigieron a Noriega que se entregara
ANTONIO CA?O ENVIADO ESPECIAL, La invasi¨®n norteamericana de Panam¨¢ obtuvo ayer, por un lado, la entrega del general Noriega, y, por otro, y previamente, el refrendo apote¨®sico de decenas de miles de personas que se echaron a la calle en la capital del pa¨ªs para aplaudir a los ocupantes y exigir que les entreguen a Manuel Antonio Noriega. Los manifestantes dijeron estar dispuestos a mantener la presi¨®n popular hasta que el general derrocado saliese de la nunciatura. Mientras tanto, el Gobierno de Guillermo Endara amenazaba con romper relaciones diplom¨¢ticas con Cuba y Nicaragua si ambos pa¨ªses no reconocen de inmediato a las nuevas autoridades paname?as.
La convocatoria de la Cruzada Civilista fue el primer gran acto de masas desde que el 20 de diciembre las tropas de Estados Unidos invadieron Panam¨¢ y expulsaron del poder a Noriega, que pidi¨® asilo pol¨ªtico en la embajada del Vaticano. Fue tambi¨¦n una de la rnayores concentraciones de los ¨²ltimos a?os en este pa¨ªs y, al mismo tiempo, una seria forma de presi¨®n sobre el Papa, que se negaba a entregar a Noriega a Washington.La poblaci¨®n demostr¨® claramente, a trav¨¦s (de un acontecimiento masivo y festivo, que quiere deshacerse de Noriega antes que nada, sin consideraciones sobre los principios del derecho de asilo y, psor supuesto, sin escr¨²pulos sobre la legitimidad de una fuerza de ocupaci¨®n a la que ayer aplaudieron a rabiar.
Gentes de toda condici¨®n social -aunque predominaba la presencia f¨¢cilmente distingible de personas de clase media y alta- se arrojaron con banderas, ropas blancas y carteles contra Noriega sobre el reforzado cerco militar en torno a la nunciatura. Hasta elmomento de cerrar esta edici¨®n (las 4.30, hora peninsular espa?ola), no se hab¨ªan registrado incidentes de gravedad, aunque las tropas norteamericanas detuvieron a dos hombres a los que los manifestantes identificaron como provocadores norieguistas.
Abundaban las camisetas que llevaban grabada la frase "just cause" (causa justa) -el nombre -de la operaci¨®n militar norteamericana en Panam¨¢- y otras decenas de alusiones a la invasi¨®n y contra Noriega, a quien popularmente se identifica con una pi?a por su rostro picado por la viruela.
Fue una verbena pro norteamericana. Una muchacha a la que preguntarnos ?c¨®mo est¨¢ todo? contest¨® espont¨¢neamente: "fine, thank you". Nunca esos soldados de cualquier rinc¨®n de EE UU habr¨ªan so?ado con desfilar entre tantas personas que les aplaud¨ªan y vitoreaban.
Liberaci¨®n
Alberto Cont¨¦, ex presidente del Colegio de Periodistas y dirigente de la Cruzada Civilista, explic¨® desde los micr¨®fonos que "mientras el pueblo paname?o ve la intervenci¨®n norteamericana corno una liberaci¨®n, muchos, demasiados pa¨ªses, la condenan". "?Por qu¨¦ no les preguntan a los paname?os", a?adi¨®, "qu¨¦ es lo que queremos: un Noriega con respal¨ªdo de la Organizaci¨®n de Esta¨¢os Americanos o una intervenci¨®n de liberaci¨®n?".
La gente, sin dudar, respaldaba lo segundo. "Hernos encontrado en esta intervenci¨®n", dijo el dirigente civilista, "la ¨²nica salida para acabar con una dictadura que fue copia burda del nazismo". Incontenibles en los adjetivos, insaciables en sus ofensas contra el general refugiado en la nunciatura, los oradores y los asistentes confraternizaron en un acto de histeria popular.
Algunos carteles ped¨ªan al presidente Guillermo Endara romper relaciones con el Vaticano y otros caricaturizaban al nuncio Sebasti¨¢n Laboa como una serpiente. Todo desmedido, exhuberante, en medio del calor y los vendedores de helados y agua de pi?a.
"Te lleg¨® la hora, MAN (Manuel Antonio Noriega): o te sacan o te sacarnos", dec¨ªa una pancarta. No se produjeron, sin embargo, intentos de linchamiento. Las tropas norteamericanas hab¨ªan interceptado con tanques y alambres de espino todos los accesos a la nunciatura Soldados con prism¨¢ticos estaban situados en las terrazas de los edificios pr¨®ximos para seguir de cerca cualquier movimiento.
El acto, que fue transmitido en directo por la radio y la televisi¨®n, pudo ser seguido desde su cuarto de asilo por el general Noriega, quien poco despu¨¦s tom¨® la decisi¨®n de entregarse a los soldados norteamericanos, frente a la alternativa de alargar esta crisis indefinidamente.
La manifestaci¨®n, que contaba con el respaldo del presidente Endara, estaba destinada a interferir en las negociaciones que Estados Unidos, el Vaticano y el Gobierno paname?o manten¨ªan para buscar a una salida a un caso que se hab¨ªa hecho sumamente complejo.
La entrega del general Noriega origin¨® de inmediato en Pana m¨¢ un verdadero carnaval, con miles de personas celebrando la noticia en calles y balcones, informa Efe. En toda la ciudad so naban pitos y se escuchaban gritos de alegr¨ªa. Tambi¨¦n se forma ron caravanas de coches que ha c¨ªan sonar sus bocinas con estridencia.
Advertencia
Por otra parte, el canciller pana me?o, Julio Linares, advirti¨® que "Cuba y Nicaragua est¨¢n crean do las condiciones para una rup tura de relaciones". "Cuba ha di cho claramente que no reconocer¨¢ al Gobierno de Guillermo Endara", record¨® el ministro de Relaciones Exteriores. "Entonces", a?adi¨®, "tendr¨¢ que retirar su misi¨®n diplom¨¢tica en Panam¨¢ y nosotros haremos otro tanto".
Un portavoz del Gobierno cubano dijo que hoy se enviar¨ªa un avi¨®n a Panam¨¢ para evacuar a las familias de los diplom¨¢ticos y a otros cubanos que se encontraban en ese pa¨ªs en el momento de la invasi¨®n. El portavoz declin¨® referirse a si se permitir¨¢ abordar esa nave a las decenas de paname?os que tomaron refugio -entre ellos la esposa de Noriega- en el Embajada cubana y en la residencia del embajador. Linares afirm¨® que el caso de Nicaragua es "igual al de Cuba" y asegur¨® que "ning¨²n pa¨ªs puede mantener aqu¨ª una misi¨®n diplom¨¢tica que no reconozca al Gobierno". "No es Panam¨¢ la que est¨¢ rompiendo relaciones diplo m¨¢ticas con Cuba y Nicaragua. Son ellos quienes las est¨¢n rom piendo con nosotros", a?adi¨® el canciller.
Cuba y Nicaragua fueron los ¨²nicos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina que mantuvieron hasta el ¨²ltimo momento su respaldo al r¨¦gimen del general Noriega, y los dos ¨²nicos Estados del mundo, adem¨¢s de Libia, que dieron respaldo econ¨®mico y asesoramiento militar y pol¨ªtico al general derrocado. Tras la invasi¨®n norteamericana dos funcionarios diplom¨¢ticos cubanos fueron temporalmente detenidos para su identificaci¨®n, mientras que la residencia del embajador nicarag¨¹ense fue allanada y registrada la pasada semana por las fuerzas esta dounidenses. Cuba y Nicaragua han condenado radicalmente la invasi¨®n y la colaboraci¨®n de las nuevas autoridades paname?as con las tropas norteamericanas.
El canciller Linares anunci¨®, por otra parte, que "no ha sido contemplada una acci¨®n rnilitar" para sacar al general Noriega de la nunciatura. El Gobierno pre tende as¨ª calmar la fiebre lincha dora provocada por la Cruzada Civilista (el movimiento social que dirigi¨® las protestas de los dos ¨²ltimos a?os).
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