El Estudiantes encontr¨® un final feliz para la visita del CAI Zaragoza
El Estudiantes se rebel¨® ayer contra una de sus normas de conducta a lo largo de todo el campeonato. Hasta la visita del CAI, los datos indicaban que el conjunto madrile?o era incapaz de ganar en su pista cuando se llegaba a un final de partido con el marcador parejo -s¨®lo lo consigui¨® una vez de cinco- Como quiera que la victoria contra el CAI le resultaba casi definitiva para estar con los mejores en la segunda fase, su t¨¦cnico, Miguel ?ngel Mart¨ªn, introdujo una novedad: concentr¨® al equipo, lo que nunca hab¨ªa sucedido ante sus encuentros en Madrid.Los primeros resultados de la innovaci¨®n fueron desastrosos, y el CAI se coloc¨® 0-11 en s¨®lo tres minutos de partido. En vez de concentrado, el Estudiantes parec¨ªa dormido. Sin embargo, el -m¨¢s actisado de sus atavismos indica que los madrile?os se desenvuelven bien contra una situaci¨®n adversa, y mucho mejor cuando ¨¦sta es desesperada. Ello explica que remontaran el marcador sin demasiados problemas y que llegaran incluso al descanso con una'ventaja (47-42) relativamente c¨®moda.Tampoco resulta descabellado pensar que, en vista del ¨¦xito, los locales decidieran repetir la f¨®rmula en la segunda parte. Efectivamente, salieron igual'de torpes que en la primera, incapaces de ajustar las marcas, muy limitados en ataque y con continuos errores en las entregas. El resultado fue m¨¢s alentador, ya que el CA.I consigui¨® un parcial algo mayor (2-14), y el Estudiantes se vio de nuevo abocado a una situaci¨®n extrema.
, Para estos casos, las remontadas dependen de hilos tan d¨¦biles como la premura de tiempo, el n¨²mero de persona les o el acierto en los lanza mientos. La igualada, efectiva mente, lleg¨® (60-60 a 9 minutos del final), pero el CAI, gracias a la,aportaci¨®n de Davis, aguant¨® con p¨®sibilidades hasta el ¨²ltimo minuto. Fue en ese momento, en el que nadie en el Estudiantes quiere saber nada de' responsabilidades, cuando Herreros decidi¨® completar la noche. Primero forz¨® una personal en ataque casi definitiva. Luego, a falta de 10 segundos, pidi¨® para s¨ª un bal¨®n que no quer¨ªa nadie y dej¨® suavemente la canasta que cerraba un encuentro en el Palacio de los Deportes con final feliz.
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