Bush lanza un plan militar contra el flujo de coca¨ªna

ENVIADO ESPECIAL, La invasi¨®n de Panam¨¢ por tropas norteamericanas y la detenci¨®n del ex general Manuel Antonio Noriega han servido para decapitar, seg¨²n Estados Unidos, la denominada conexi¨®n paname?a y asestar un duro golpe a la estructura de los c¨¢rteles colombianos. Panam¨¢, una de las principales v¨ªas de entrada de coca¨ªna en EE UU, ha sido neutralizada. El siguiente paso de Washington es controlar el flujo de la coca¨ªna desde sus propios or¨ªgenes en las tupidas selvas colombianas. Para ello se ha dise?ado un plan especial, que se difundi¨® ayer por la capital federal, en el que participar¨¢n activamente fuerzas militares.

La detenci¨®n de Noriega fue el primer escal¨®n de un largo camino previsto por la Administraci¨®n de Bush para controlar la entrada de coca¨ªna en EE UU. Ayer trascendi¨® que un equipo especial de combate a¨¦reo norteamericano se estacionar¨¢ en la costa de Colombia con el fin de controlar e interceptar las arterias por donde fluye la coca¨ªna. Para ello se utilizar¨¢ material electr¨®nico altamente avanzado y una decena de embarcaciones de la Navy participar¨¢ en el bloqueo. El plan ha sido elaborado en el cuartel general del Comando Sur, en Panam¨¢, que dirige el general Maxwell Thurman.Este plan antinarc¨®ticos concebido para proveer a EE UU de una estructura de vigilancia y control del narcotr¨¢fico antes del a?o 2000 tiene como objetivo principal el impedir que los barones de la droga sigan introduciendo sus mercanc¨ªas en territorio nacional norteamericano, eludiendo sin problemas las barreras que intentan frenar su penetraci¨®n en EE UU.

La Casa Blanca ha reconocido que el presidente George Bush ha aprobado varios planes para interceptar el env¨ªo de droga a EE UU y que en esos planes interven¨ªan militares.

Ajeno a lo que pueda estar ocurriendo en Panam¨¢, en Colombia o en la propia Miami, Manuel Antonio Noriega continuaba ayer escondido en alg¨²n lugar de esta ciudad de Florida. Ha trascendido que el militar se ,entrevist¨® ayer con sus abogados durante largas horas, pero su paradero y sus actividades contin¨²an siendo un secreto de estado. Por no saber, no se conoce ni tan siquiera qu¨¦ es lo que desayuna y con qu¨¦ programas de televisi¨®n se entretiene.

La celda donde se halla Noriega, conocida como el submarino, no tiene ventanas, y para llegar hasta ella es necesario atravesar pasadizos repletos de marshals armados hasta los dientes.Fuera, en la calle, el control del distrito donde se encuentran los juzgados estatales y federales contin¨²a siendo incre¨ªble. Varios vecinos de la zona han coincidido al explicar a este diario que jam¨¢s hab¨ªan visto "tanta vigilancia policial". La sorpresa de estos vecinos; tiene cierto valor, ya que en Miami las detenciones, los juicios por narcotr¨¢fico y los controles policiales forman parte de la vida cotidiana.

250 agentes

La Miami police, que no custodia directamente a Noriega pero s¨ª controla el ¨¢rea de los juzgados, ha realizado un despliegue impresionante en el que participan m¨¢s de 250 agentes. Vestidos con un ce?ido uniforme de color negro, con los botones tan relucientes como estuvieron botas del ex general, los polic¨ªas locales se pasean orgullosos ante las decenas de c¨¢maras de televisi¨®n que intentan in¨²tilmente captar la imagen de Noriega. Agunos polic¨ªas llevan incluso correas repletas de cartuchos de postas cruzadas en el pecho.El alcalde de la ciudad, Xavier Su¨¢rez, declar¨® en una entrevista radiof¨®nica que Miami est¨¢ encantada de tener a Noriega y de ser la sede de su juicio, pero que si el precio va a ser muy alto, solicitar¨¢ al Gobierno federal el traslado del detenido.

La presencia de Noriega en Miami tiene otros aspectos. En Coconut Grove, la zona de la marcha nocturna, ya se venden camisetas con alusiones al ex general. No hay un solo taxista cubano que no brome¨¦: "Fidel ser¨¢ el pr¨®ximo", y el nombre del militar paname?o va de boca en boca. El Miami Herald, uno de los diarios m¨¢s prestigiosos de EE UU y la conciencia del Estado de Florida, public¨® ayer una encuesta interesante por la unanimidad de sus respuestas: El 100% de los entrevistados conoce a Noriega. El 91% justifica su detenci¨®n. El 67% opina que la invasi¨®n vali¨® la pena a pesar de las muertes. Para el 85%, la extradicci¨®n de Noriega no es ilegal. El 66% tiene una opini¨®n ya formada sobre la culpabilidad o inocencia del detenido. El 86% lo considera culpable y s¨®lo un 7% inocente. El 57% cree que el juicio ser¨¢ justo.

Seg¨²n la ficha t¨¦cnica de la encuesta, el margen de error de la consulta es de un 8%. Pese a estar procesado en Miami y Tampa, Noriega podr¨ªa ser trasladado en cualquier momento a otro lugar del pa¨ªs y ser encarcelado en una prisi¨®n federal o en un habit¨¢culo secreto, seg¨²n James Tassone, jefe nacional del servicio de marshal, el cuerpo policial sobre el que ha reca¨ªdo la custodia del militar paname?o.