Mitos y verdades de la deuda
En la abundante mitolog¨ªa sobre la deuda externa de los pa¨ªses del Tercer Mundo se dejan de mencionar a veces ciertos hechos de importancia crucial. Dada la importancia del problema, con sus secuelas inevitables de empobrecimiento de las masas, como es el caso en tantos pa¨ªses potencialmente ricos de Am¨¦rica Latina, esa mitolog¨ªa demag¨®gica, perpetuada por pol¨ªticos y economistas seudopopulistas, reviste una gravedad ¨¦tica muy considerable.No ser¨¢ un simple juego de palabras hacer referencia a la condici¨®n eterna de la deuda externa de esos pa¨ªses. Mientras sus oligarqu¨ªas pol¨ªticas y financieras, tantas veces interpenetradas, sigan practicando los pecados capitales de la descapitalizaci¨®n, estaremos ante pozos sin fondo, aut¨¦nticos black holes, donde todo dinero fresco, como en p¨¦simo anglicismo gustan de decir ahora los pol¨ªticos de ultramar, desaparecer¨¢ sin remedio dejando s¨®lo ,tras de s¨ª m¨¢s endeudamiento, mayores obligaciones de reembolso y, en consecuencia, mayor penuria.
Mientras los pr¨¦stamos internacionales obtenidos sigan disip¨¢ndose o malgast¨¢ndose, la deuda no s¨®lo ser¨¢ externa, sino tambi¨¦n crecientemente empobrecedora e inamortizable. Deuda externa y deuda eterna. Testimonio elocuente a este respecto son los porcentajes de descuento sobre el valor nominal que padecer¨ªan en un renuente mercado secundario los t¨ªtulos de deuda de estos prestatarios notoriamente insolventes.
Y aqu¨ª terminan los mitos y empiezan las verdades y la tragedia. Entre las verdades mencionemos, entre otros, tres de los pecados capitales de descapitalizaci¨®n practicados hasta la terquedad suicida por estos pa¨ªses:
- Transferencias masivas a empresas y entidades p¨²blicas notoriamente sobrecargadas de empleados semiparasitarios (?se atrever¨ªa usted a imaginar las decenas de miles de empleados del banco central de uno de los tres grandes deudores de Am¨¦rica Latina?), incre¨ªblemente improductivas y proveedoras de servicios sociales grotescamente subvencionados por razones electorales a corto plazo.
Armamento
- Gastos armamentistas in¨²tiles y a todas luces innecesarios, salvo para los fines que la misma existencia de ese poder b¨¦lico genera. El hecho de que tales ej¨¦rcitos constituyan en muchos casos constante amenaza, que no quiere decir defensa, a la integridad del Estado, y sean ellos mismos el enemigo de la ciudadan¨ªa, s¨®lo a?ade un elemento de sarcasmo a los obvios argumentos de despilfarro y p¨¦sima asignaci¨®n de recursos escasos.
- Fuga de capital practicada por la mayor¨ªa de los ciudadanos pudientes, ya sea de forma ilegal y subrepticia por los de la clase media, ya de forma seudolegal o legalizada por la oligarqu¨ªa. Esta descapitalizaci¨®n masiva es evidente que desangra al pa¨ªs mucho m¨¢s que el servicio de la deuda externa y hace que la permanencia productiva en el pa¨ªs del dinero fresco sea en muchos casos sumamente corta, quedando como ¨²nico efecto la obligaci¨®n de servir ese nuevo endeudamiento externo.
Estos tres conceptos (transferencias con fines electorales, incluso de apaciguamiento de las masas, a corto plazo; armamentismo grotesco y empobrecedor; fuga de capital como principal actividad financiera del pa¨ªs) comparten causalmente la responsabilidad de la situaci¨®n. De los tres, sin embargo, la fuga de capital es la que merece quiz¨¢ mayor atenci¨®n.
Esta forma de descapitalizaci¨®n es ya asunto viejo y no exclusivo de estos pa¨ªses superendeudados, si bien adquiere especial gravedad en ellos por sus dimensiones relativas y sus tr¨¢gicos efectos. De hecho, en la ¨²ltima elecci¨®n del director gerente del Fondo Monetario Internacional, la diferente actitud frente al problema por parte del holand¨¦s Onno Ruding y del franc¨¦s Michel Camdessus fue un factor decisivo a favor de este ¨²ltimo.
La mayor flexibilidad demostrada por el candidato franc¨¦s y la mayor franqueza y rigidez del holand¨¦s, por su parte, eran bien conocidas y ganaron y restaron, respectivamente, votos a uno y otro, especialmente en el bloque de pa¨ªses endeudados e insolventes.
Sin embargo, de nada valdr¨¢ el apoyo voluntario de las instituciones multilaterales o la ayuda forzada de la comunidad bancaria internacional, los planes Baker o Brady, los moratoria unilaterales o la captaci¨®n de un modo u otro de fondos frescos: mientras estos pa¨ªses no se doten de Gobiernos que cuenten con el suficiente capital pol¨ªtico, t¨¦cnico y ¨¦tico para imponer una contabilidad absolutamente seria y responsable a sus cuentas nacionales, el agujero sin fondo de sus econom¨ªas seguir¨¢ amenazando a la comunidad financiera internacional y sumi¨¦ndolos en endeudamiento, insolvencia y en empobrecimiento crecientes.
Distintos servicios
Cada nuevo pr¨¦stamo obtenido en el mercado internacional de capitales, en el marco del Club de Par¨ªs o en las facilities bilaterales o multilaterales de financiaci¨®n internacional ser¨¢, a pesar de la ret¨®rica satisfecha de los Gobiernos prestatarios, un nuevo giro de la cuerda que da nuevas vueltas en tomo al cuello del ahorcado.
Hay que proclamarlo a voces: la tragedia que desangra a estos pa¨ªses no es el servicio de su deuda externa, sino el servicio de pr¨¦stamos malgastados o filtrados nadie sabe bien c¨®mo. El problema no son los intereses a pagar, bajos o altos, fijos o m¨®viles, capitalizados o sin capitalizar, sino el hecho de que son intereses de un principal que nunca existi¨® a efectos productivos. Un principal, obtenido en momentos anta?o de euforia y hoga?o de necesidad, que deja detr¨¢s s¨®lo deuda y escasa o ninguna infraestructura productiva
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