Recuerdos, 'libros y una carta de Ceaucescu
Arturo Caminada abre las luces y las puertas de la desierta casa de Gala y salvador Dal¨ª en Port Lligat al tiempo que resume lac¨®nicamente su relaci¨®n con el pintor y su esposa-musa: "Pas¨¦ con ellos una vida". El conjunto de botigues de mar (antiguas barracas de pescadores) unidas por t¨²neles y aberturas que constituye la residencia de los Dal¨ª junto a la bah¨ªa que el pintor inmortaliz¨® en sus cuadros no guarda m¨¢s que p¨¢lidos reflejos del esplendor de los a?os 50 y 60.No queda ni un solo cuadro en Port Lligat, a lo sumo carteles le exposiciones y alguna estampa antigua. Las obras y objetos m¨¢s valiosos est¨¢n en Figueres o e fueron entregados a C¨¦cile ?luard, hija de Gala, como parte le su herencia. En el estudio daliniano, queda un boceto inacabado junto al gran bastidor met¨¢lico graduable para colocar las telas y, frente a ¨¦ste, un gran banco corrido. Hay carteras, portafolios y maletas met¨¢licas llenas le pinturas y pinceles y, en lo alto de una pared, un espejo convexo igual al que aparece en el cuadro de Van Eyck Retrato del natrimonio Arnolfini parece dominar el que fuera sanctasanet¨®um del pintor. En una columna, unto al tel¨¦fono, hay clavada una hoja con membrete de la embajada de Rumania en Par¨ªs, fechada el 15 de mayo de 1979 y irmada por Corneliu Manescu, ministro de Asuntos Exteriores umano. En ella, se da testimonio de la "gran admiraci¨®n" de Nicoae Ceaucescu por la obra de Dal¨ª, se da por sentado el inter¨¦s de Dal¨ª por visitar Rumania y se invita oficialmente.
Gala y Dal¨ª atesoraban en Port Lligat toda clase de recuer.os personales. El gran oso polar .isecado de la entrada todav¨ªa ostiene en sus patas delanteras is barretinas de Dal¨ª. Un lugar special, sobre un armario-billoteca, lo ocupan cuatro cisnes, imbi¨¦n disecados. "?se primero, el de las alas desplegadas", inica Arturo Caminada, "es el que sirvi¨® de modelo para la Leda at¨®mica", cuadro en el que gala parec¨ªa desnuda y sentada sore el cisne. Los otros tres son los que durante algunos a?os nadaron en Port Lligat.
Pasi¨®n por los cuernos
El estudio y todas las dem¨¢s habitaciones est¨¢n llenas de recuerdos diversos regalados al pintor. Junto a un aparato para ver hologramas, hay una peculiar baraja de Tarot y, junto a ella, un cuerno de rinoceronte de unos 35 cent¨ªmetros de longitud, con una placa en la que puede leerse:'"Lady of Cinalla'. ? Sa Divinit¨¦ Sublime Salvador Dal¨ª". El cuerno est¨¢ considerablemente raspado en su base, lo que permite inferir que alguien quiso comprobar sus m¨ªticas propiedades afrodis¨ªa cas. Desmontado, en otra mesa, hay un m¨®vil de Berrocal y, en otros lugares, m¨¢s cornamentas ex¨®ticas ("a Dal¨ª le fascinaban los cuernos", comenta Arturo) y maniqu¨ªes dalinianos. El dormitorio ocupa la habitaci¨®n m¨¢s alta de la casa, con un gran ventanal sobre la playa. Hay dos camas con colchas de color azulete y grana, cabezales de hierro forjado y pintado y una cortina coronada por un ¨¢guila napole¨®nica. En un lugar destacado de la sala contigua hay una foto de la boda de Carmen Mart¨ªnez-Bordiu Franco y Alfonso de Borb¨®n Dampierre con la dedicatoria "Para Gala y Salvador Dal¨ª con mucho cari?o y amistad. Alfonso -Carmen. 8 / 3 / 72". Muy cerca, junto a una pajarera de cuatro pisos, en madera, que imita una casa con balcones, hay un taburete sobre el que est¨¢ extendida una toalla con el perfil del Papa Juan XXIII y el escudo vaticano.
Biblioteca variopinta
Pueden verse libros en todas las habitaciones de la casa, especialmente junto al dormitorio y en el mueble de los cisnes disecados. La mezcolanza es la principal caracter¨ªstica de la biblioteca daliniana. Coexisten en las estanter¨ªas tomos de la colecci¨®n francesa Pl¨¦iade con obras como Memorias de un comerciante catal¨¢n, de F. Estrada Saladich. Nietzsche, Stendhal, Musset, Dostoievski y Bobineau est¨¢n al lado de la historia de la II Guerra Mundial resumida por la Legi¨®n Americana y Vidas de los hombres ilustres de Plutarco se codea con La bona gent y El libro del alfarero. Un buen n¨²mero de tomos est¨¢n en ruso y unos cuantos en alem¨¢n, como el bello atlas enciclop¨¦dico Der Mensch und die Erde (El hombre y la tierra).
En el castillo de P¨²bol, pese al abandono del jard¨ªn, la impresi¨®n del observador es de mayor riqueza y pulcritud que en Port Lligat. La sala noble del castillo es impresionante y surrealista a la vez, con un trono para Gala -que Dal¨ª pint¨® y dej¨® inacabado- fianqueado por dos tallas de leones de tama?o natural en madera. Hay una gran foto de Gala con las palabras T¨ºte ¨¢ Ch?teau (cabeza de castillo) escritas sobre la frente. El techo est¨¢ completamente pintado al fresco por Dal¨ª y sobre una puerta met¨¢lica que oculta dos radiadores de la calefacci¨®n, el pintor reprodujo exactamente esos dos radiadores. Al lado, ante un sof¨¢, hay una mesa baja de cristal y ladrillos cuyas falsas patas son cuatro patas de avestruz. Dos de ellas son naturales y las otras dos, de pl¨¢stico. Una de las paredes de la sala la ocupa una enorme puerta de iglesia antigua, comprada por Dal¨ª en un anticuarlo. En el comedor, hay una larga y antiqu¨ªsima mesa provenzal y un banco de iglesia con un sitial preferente. Gala y Dal¨ª, explica la encargada del castillo, Dolors Bosch, no comieron nunca juntos all¨ª y, cuando lo hicieron en diferentes ¨¦pocas, cada uno se sentaba a extremos opuestos del banco. Dal¨ª se sentaba siempre en el sitial. Dos habitaciones tipo suite completan la planta noble del castillo. Una, con una cama con dosel tapizada en rojo, era la destinada a Dal¨ª, pero ¨¦ste nunca la utiliz¨®. Tras la muerte de Gala, cuando el pintor fue a vivir al castillo (entre 1982 y 1984), se instal¨® en la habitaci¨®n de su esposa, tapizada en azul y con una barandilla blanca y dorada en torno a la cama con dosel. En esa habitaci¨®n, contigua a un cuarto de ba?o con mosaicos de azulejos neocl¨¢s¨ªcos, fue donde Dal¨ª estuvo a punto de morir quemado el 30 de agosto de 1984, por una chispa del timbre con que llamaba a sus enfermeras.
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