Gianni Versace declara la guerra a la corbata
El modista italiano alega que lucir esta prenda ya no representa un signo de distinci¨®n
Gianni Versace, el fogoso estilista italiano que debutar¨¢ esta semana con su colecci¨®n de alta costura en Par¨ªs -entrando as¨ª en el olimpo de los dioses de la elegancia mundial-, ha originado un terremoto en Italia al anunciar la muerte de la corbata antes de dejar Mil¨¢n, donde ha tenido lugar d¨ªas atr¨¢s su desfile de moda masculina.
Versace, en unas declaraciones realizadas d¨ªas atr¨¢s al diario milan¨¦s II Corriere della Sera, afirm¨® que ¨¦l ha decidido eliminar definitivamente la corbata de su moda porque dicha prenda, en uso entre los hombres desde hace dos siglos, "ya no es un s¨ªmbolo de distinci¨®n, pues se la ponen hasta los bandidos".La condena a muerte a la corbata por parte de Versace despert¨® en seguida gran curiosidad en la opini¨®n p¨²blica y consternaci¨®n y rabia entre los fabricantes de la que ha sido llamada "el ¨²nico espacio de fantas¨ªa y distinci¨®n concedido a la moda masculina", como tambi¨¦n "la fascinaci¨®n de un nudo que regala seguridad".
A las 24 horas de la declaraci¨®n de guerra de Versace a la corbata se reunieron los productores de corbatas italianos, que pagaron una p¨¢gina entera de publicidad en el diario nacional La Repubblica, en la que ped¨ªan perd¨®n "a la gente bien y capaz de pensar, que cree que la moda es sobre todo civilizaci¨®n", por las declaraciones ofensivas del gran estilista italiano.
Tino Cosma, fabricante de corbatas y presidente de los industriales de la confecci¨®n, ha confesado que al leer las declaraciones de Versace "la sangre se me revolvi¨® en las venas", y a?adi¨® que la abolici¨®n de la corbata podr¨ªa crear un da?o econ¨®mico enorme en Italia, que en los primeros nueves meses del a?o pasado export¨® 29 millones de unidades de esa prenda, "concesi¨®n al narcisismo viril", como la apellid¨® ayer la Prensa de este pa¨ªs. El a?o pasado, en efecto, s¨®lo los norteamericanos compraron ocho millones de corbatas italianas, cuatro los ingleses, tres los alemanes y dos los franceses y japoneses.
Los industriales italianos dicen con orgullo que dos de cada tres corbatas de seda en el cuello de los ciudadanos del mundo son de seda italiana y han subrayado tambi¨¦n que en general la corbata italiana es como un "embajador que acaba arrastrando despu¨¦s al pa¨ªs donde logra penetrar camisas, jers¨¦is y hasta trajes enteros de caballero de marca italiana".
Sin embargo, Versace no cede. Afirma que vamos a entrar en un nuevo siglo y que no es posible que la moda masculina no cambie "incluso entre la gente seria". Y a?ade que ¨¦l advierte en realidad que hasta "los enyesados hombres de negocios tienen ganas de acabar con la engorrosa corbata" cambi¨¢ndola, como ha hecho en su ¨²ltimo desfile masculino en Mil¨¢n por finos jers¨¦is de cuello alto, pa?uelos de seda o camisas confeccionadas para no necesitar corbata. Todo ello, adem¨¢s, ha afirmado el estilista italiano, contribuir¨¢ a que hasta el hombre m¨¢s serio de las finanzas, de la industria o de la pol¨ªtica pueda vestirse ahora con m¨¢s comodidad, con mayor color y con mayor variedad. La pregunta que se hac¨ªa ayer en Italia es si resistir¨¢ la corbata la embestida de los santones de la alta moda, ya que el mismo Valentino se ha mostrado muy prudente, limit¨¢ndose a decir que "el hombre se siente a¨²n mejor" con la corbata, mientras que Ferr¨¦, a¨²n m¨¢s cauto, ha afirmado simplemente que la corbata es "un s¨ªmbolo de la tradici¨®n".
A Versace, que desde hace tiempo ya no usa corbata ni en las ocasiones m¨¢s importantes, ayer la Prensa, para castigarlo, lo present¨® con las pocas fotos que de ¨¦l existen luciendo al cuello una corbata.
Babelia
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