Relaciones agrarias sin Gobierno
Durante muchas d¨¦cadas, la Administraci¨®n ha sido la principal protagonista en la elaboraci¨®n y aplicaci¨®n de la pol¨ªtica agraria, pero en estos momentos el Ministerio de Agricultura ha visto limitadas sus competencias, por lo que el autor plantea en su art¨ªculo la necesidad de un cambio en las tradicionales reglas de juego, ya que considera que carece de sentido el comienzo de una pol¨ªtica de concertaci¨®n.
Tradicionalmente, el sector agropecuario ha venido necesitando el amparo del paraguas gubernamental dentro de distintas f¨®rmulas y grados de aplicaci¨®n.La pol¨ªtica aut¨¢rquica del per¨ªodo anterior tuvo en el monopolio del cereal un claro exponente de ese paternalismo, del mismo modo que la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n previa a 1987 proteg¨ªa f¨¦rreamente sus producciones ante terceros pa¨ªses. Las nuevas tecnolog¨ªas, el buen quehacer de los profesionales del campo europeo y los positivos resultados econ¨®micos del sector agroindustrial, apoyados por un dinero generoso del Fondo Europeo de Orientaci¨®n y Garant¨ªa Agr¨ªcola (FEOGA), consiguieron el incremento de las producciones, hasta el punto de traspasar ¨¦stas los niveles de autoabastecimiento y obligar a las autoridades comunitarias a enfrentarse con un serio problema de excedentes, alarmantes por la tendencia creciente de los presupuestos necesarios para su man tenimiento y comercializaci¨®n.
La agricultura espa?ola fue catapultada hacia la Comunidad tras 50 a?os de drogodependencia estatal. El ministro era la agricultura. Sus decisiones y las de su equipo mantuvieron un entramado econ¨®mico basado ¨²nicamente en decisiones tomadas verticalmente. Por ello, la adhesi¨®n a la CE se nos present¨® a los agricultores como un mero paso del secular proteccionismo espa?ol a otra situaci¨®n similar, dimanada esta vez desde Bruselas.
Im¨¢genes como las de paraguas comunitario, mayores subvenciones, Tratado de Roma, primas a la producci¨®n y un largo etc¨¦tera de protecciones tranquilizadoras fueron servidas profusamente desde el Ministerio de Agricultura espa?ol a trav¨¦s de todos los medios de comunicaci¨®n.
Del pap¨¢ Estado con sus monol¨ªticos silos (presentes en casi todos los pueblos de Espa?a) se pasaba sin trauma a la madre comunitaria, donde un FEOGA generoso y rico supl¨ªa al anciano sistema espa?ol.
Alteraci¨®n de esquemas
Apenas unos meses despu¨¦s de nuestro primer a?o de per¨ªodo transitorio, la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n altera sus esquemas: reduce presupuestos, persigue a los productores y financia el abandono de las tierras, la jubilaci¨®n de los agricultores y la reconversi¨®n hacia la artesan¨ªa y el turismo rural como alternativa a las explotaciones agr¨ªcolas.
Este cambio en la! reglas de juego, que dejaba nuestro tratado de adhesi¨®n arrumbado en las estanter¨ªas, supon¨ªa la aplicaci¨®n de la libertad de mercado en nuestro sector.
Estas f¨®rmulas concedieron a los Gobiernos y a sus respectivos ministros de Agricultura un papel preponderante en el segmento econ¨®mico agroindustrial. El Gobierno pose¨ªa los medios, las competencias y la capacidad,de decisi¨®n suficientes para utilizarlos convenientemente. Por ello, las manifestaciones y reivindicaciones de la parte productora iban dirigidas hacia el ministro, mientras las indutrias, simplemente, utilizaban sus piezas de presi¨®n para que el ministerio alterase en lo posible criterios o normativas.
La llegada de la democracia a nuestro pa¨ªs, el hecho auton¨®mico, la adhesi¨®n a la CE y el alejamiento de las decisiones hacia Bruselas y hacia el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) obliga ya a replanteamiento s necesarios que la textura del Gobierno espa?ol y del propio pa¨ªs a¨²n mantiene. A pesar de las cr¨ªticas al paternalismo trasnochado que con exceso efect¨²an nuestros poderes p¨²blicos, tenemos el convencimiento de que el reto comunitario y la importancia de los cambios no han sido asimilados todav¨ªa por nuestras autoridades.
El profesional de la agricultura, el peque?o industrial transformador, las cooperativas, almacenistas y hasta los responsables de grandes empresas agro¨ªndustriales siguen dirigiendo su vista hacia el ministro, hacia los funcionarios responsables de las negociaciones, esperando soluciones que resultan dificiles de encontrar all¨ª. Mientras, nuestras autoridades, en un intento de aparentar competencias y capacidades de actuaci¨®n que no poseen, mantienen un ficticio papel de protagonistas, escasamente real.
As¨ª, administrador y Administraci¨®n permanecemos anclados en un marco de relaciones obsoleto y poco pr¨¢ctico. Es imperioso crear una moderna organizaci¨®n del sector agroindustrial, donde profesionales de la agricultura y empresarios de la industria transformadora iniciemos actividades interprofesionales que adapten oferta y demanda hacia las nuevas demandas del consumo, y apliquemos acciones de reforzamiento y desarrollo de la organizaci¨®n del mercado agrario.
Es necesario crear una interprofesi¨®n capaz de construir estructuras flexibles de concertaci¨®n y colaboraci¨®n voluntaria entre quienes formamos la agroindustria espa?ola.
Ventajas importantes
El reforzamiento de la estabilidad de los mercados, la mayor transparencia en la comercializaci¨®n, la regulaci¨®n de la producci¨®n y ordenaci¨®n de cultivos, el mantenimiento de las rentas de los productores y de los beneficios empresariales, y la clarificaci¨®n de la intrincada red de intermediaci¨®n (repercutiendo en el consumidor las ventajas que se deriven de una mejor organizaci¨®n de los circuitos de transformaci¨®n y comercializaci¨®n), son algunas de las ventajas derivadas de la creaci¨®n de estas interprofesionales que proponemos.
Necesitamos una estructura organizativa nueva para unas reglas de juego nuevas. Una v¨ªa de relaciones sin Gobierno, apoyadas por una legislaci¨®n interprofesional adecuada, sin interferencias ni trabas desde la Administraci¨®n, del mismo modo que precisamos un Gobierno con mayor preocupaci¨®n social, atento a la reforma estructural de nuestro sector y a su homologaci¨®n comunitaria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- IV Legislatura Espa?a
- Libre circulaci¨®n mercancias
- Gari Kasparov
- Desarme arancelario
- Opini¨®n
- Uni¨®n aduanera
- MAPA
- Gobierno de Espa?a
- Mercado ?nico
- OMC
- PSOE
- Ajedrez
- Pol¨ªtica agraria
- Comercio internacional
- Ministerios
- Legislaturas pol¨ªticas
- Deportistas
- Partidos pol¨ªticos
- Agricultura
- Comercio
- Competiciones
- Uni¨®n Europea
- Gente
- Gobierno
- Deportes