Pol¨ªticos
Dijo Guerra en el Congreso que ¨¦l le¨ªa no ya los peri¨®dicos, sino las declaraciones judiciales. Teniendo en cuenta la reciente sentencia del Supremo sobre Grimau, se me ocurre que esa rara afici¨®n a la literatura procesal no debe de ser cosa muy sana. Quiz¨¢ se le ha cansado la vista de tanto leer legajos, y por eso no ha sabido ver las graciosas piruetas de su hermano. El caso es que el Gobierno est¨¢ empe?ado en repetir que los malos somos los periodistas. Y, s¨ª, por desgracia hay mucho colega vibor¨®n y amarillista; pero, para viborez y sensacionalismo, la intervenci¨®n de Guerra en el Congreso.De todas formas el asunto Juan Guerra, aunque irritante, no es para tanto. En todos los cambios profundos de un pa¨ªs, cuando hay una renovaci¨®n del poder social, siempre aparece una nueva horda de pobres sin escr¨²pulos que al poco, tras mucho depredar, se convertir¨¢n en potentados. As¨ª se hicieron los nuevos ricos del franquismo, todos esos mangantes de derechas que hoy se rasgan las vestiduras -robadas- ante el caso Juan Guerra. Y tambi¨¦n la democracia trajo sus nuevos buitres. S¨®lo que con la democracia se pueden denunciar y perseguir. Es sin duda un avance.
De modo que no me vengan con esa torcida cantinela de que los pol¨ªticos dem¨®cratas son un asco. En realidad la mala fama que los pobres padecen se debe a que, por la peculiar din¨¢mica de su trabajo, han de ponerse los unos a los otros como pingos. Es decir, la pol¨ªtica es la ¨²nica profesi¨®n en la que no s¨®lo no existe el corporativismo, sino todo lo contrario. Imag¨ªnense que los notarios o los ingenieros se anduvieran insultando todo el d¨ªa con semejante sa?a: "Pues el notario P¨¦rez es un corrupto, y el ingeniero L¨®pez es un pollino al que se le caen todos los puentes". Y esto dicho por otros ingenieros y notarios. Ser¨ªa un escandalazo, desde luego. O sea, que los pol¨ªticos, aunque demasiado lenguaraces, son en el fondo buenos chicos.
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