Hist¨®rico concierto de Rostropovich en Mosc¨², despu¨¦s de 16 a?os de exilio
La reina Sof¨ªa y Raisa Gorbachov, entre los asistentes al acto
La primera dama sovi¨¦tica, Raisa Gorbachov, y la reina de Espa?a, do?a Sof¨ªa, asistieron ayer, desde uno de los dos palcos de honor de la gran sala del Conservatorio de Mosc¨², al primer concierto del director y violonchelista Mstislav Rostropovich en la capital sovi¨¦tica, despu¨¦s de un exilio forzoso que ha durado 16 a?os. Rostropovich, de 63 a?os, dirigi¨® ayer la Orquesta Sinf¨®nica de Estados Unidos en una velada cuyo car¨¢cter hist¨®rico flotaba en el aire.
En este templo de la m¨²sica sovi¨¦tica, el ¨¦xito fue indiscutido, y estaba garantizado tanto por el valor art¨ªstico de la velada como por su car¨¢cter simb¨®lico, ya que marcaba la reconciliaci¨®n de una de las m¨¢s insignes figuras del exilio ruso con la Uni¨®n Sovi¨¦tica de hoy.De haber salido a la venta, las entradas se habr¨ªan pagado a precios astron¨®micos, pero los billetes fueron acaparados mayoritariamente por la elite cultura y pol¨ªtica de la capital sovi¨¦tica adem¨¢s del cuerpo diplom¨¢tico y los invitados extranjeros, y pocos fueron los ciudadanos corrientes que pudieron obtener una de la
1.800 plazas disponibles en la sala o simplemente introducirse en ella para permanecer de pie junto a alguna de las puertas atestadas.
Un cord¨®n policial que recordaba la plaza Roja en d¨ªa de desfile o funeral rodeaba las inmediaciones del Conservatorio desde bastante antes del comienzo del concierto, que se inici¨® pasadas las 19.30 con el Adagio para orquesta de cuerda, de Barber; continu¨® con la Sinfon¨ªa n¨²mero 6 (Pat¨¦tica), de Chaikovski, y concluy¨® con la Sinfon¨ªa n¨²mero 5 de Shostakovich. A un lado del escenario colgaba una bandera sovi¨¦tica; al otro, una bandera norteamericana.
Emoci¨®n
Los gritos emocionados de "Estupendo, estupend¨ªsimo, Mstislav" quebraron una de las pausas de la sinfon¨ªa Pat¨¦tica, una pieza que justamente fue interpretada por Rostropovich en la ¨²ltima ocasi¨®n que dirigi¨® en Mosc¨², el 10 de mayo de 1974.
Galina Vishnievskay¨¢, soprano y esposa de Rostropovich, contemplaba al maestro, que aparec¨ªa exuberante y contento, desde el palco de honor situado a la derecha del escenario, justo enfrente del palco en el que estaban Raisa Gorbachov, vestida con un traje negro, y la reina Sof¨ªa, con un traje blanco de seda. Ambas damas se sentaban juntas y, entre una pieza y otra, conversaban animadamente con ayuda de un int¨¦rprete. Do?a Sof¨ªa aplaudi¨® sin pausa y se puso de pie, como la mayor¨ªa del p¨²blico, para obligar al maestro a salir al escenario y prolongar la velada. Durante media hora, Rostropovich ofreci¨® cuatro piezas m¨¢s, comenzando por una polka de Shostakovich y concluyendo con la marcha estadounidense Starsand stripes for ever.
En el patio de butacas, ovacionando a Rostropovich, se hallaban escritores como Chinguiz Aitmatov, Serguei Zaliguin, Evgueni Evtuchenko o Andrei Vosnezenski, altos funcionarios de la pol¨ªtica sovi¨¦tica y del Comit¨¦ Central del PCUS, directores de revistas de ¨¦xito y, por supuesto, la flor y nata del mundo musical sovi¨¦tico, adem¨¢s del ministro de Cultura, Nikolai Gubenko, y su colega franc¨¦s, Jacques Lang. Una enorme cesta de flores con la bandera espa?ola fue depositada junto al maestro al concluir el concierto.
Los sovi¨¦ticos pudieron consolarse de la falta de entradas contemplando anoche la retransmisi¨®n en diferido, con s¨®lo un par de horas de diferencia, del concierto ¨ªntegro. Hoy, Rostropovich da su segundo concierto en Mosc¨², desde donde viajar¨¢ a Leningrado para dirigir dos conciertos m¨¢s, los d¨ªas 16 y 17 de febrero, con la Filarm¨®nica de esta ¨²ltima ciudad.
La reina Sof¨ªa, que permanecer¨¢ en Mosc¨² hasta el domingo pr¨®ximo, aprovechar¨¢ su estancia aqu¨ª para hacer turismo cultural y para almorzar privadamente el jueves con el ministro de Cultura de la URSS, Nikolai Gubenko, que, adem¨¢s de funcionario, es sobre todo actor de teatro y director de cine. Gubenko, que trabaja en el prestigiosa teatro de la Taganka, es el primer profesional de la cultura que ocupa ese sill¨®n ministerial desde la ¨¦poca. de Anatoli Lunacharski. Entre los actos que se barajaban ayer para el programa de la Reina en Mosc¨² estaba una visita al Museo de Arte Pushkin y una velada en el teatro Bolshoi, que se suman al segundo concierto de Rostropovich en Mosc¨², al cual tiene intenci¨®n de asistir.
Rostropovich acudi¨® ayer al aeropuerto de Vnukovo, en Mosc¨², para dar la bienvenida a la Reina, que fue recibida tambi¨¦n por la esposa de Anatoli Lukianov, vicepresidente del Soviet Supremo de la URSS.
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