Les Luthiers, predicadores de la risa
El grupo estrena el viernes en Madrid su ¨²ltimo espect¨¢culo, 'El re¨ªr de los cantares'
La reaparici¨®n de Les Luthiers en Espa?a tras dos a?os de ausencia coincide con la presentaci¨®n de su nuevo espect¨¢culo, El re¨ªr de los cantares. El grupo inici¨® su gira en Canarias, y actuar¨¢ en Madrid desde el viernes d¨ªa 16 hasta el 11 de marzo, para continuar en abril por Galicia, Asturias y Catalu?a. Esta producci¨®n de Les Luthiers incorpora un nuevo invento musical, la gaita de c¨¢mara, y se basa en el canto, la danza, la palabra, la iron¨ªa y, sobre todo, el humor.
El re¨ªr de los cantares comienza con una voz en off que ridiculiza la promoci¨®n de una pel¨ªcula rom¨¢ntica basada en una obra de Shakespeare. A continuaci¨®n Les Luthiers ponen en escena una divertida parodia de un vuelo comercial con su n¨²mero Fly Airways. El espect¨¢culo ofrece luego los fracasos de seducci¨®n de Don Juan de Mastropiero; la c¨®mica campa?a de un l¨ªder pol¨ªtico Vote a Ortega, en la que introducen nuevos ingredientes a la actuaci¨®n; y sorprende al final la Selecci¨®n de bailarines, que imprime un desenlace ingenioso e inesperado a la obra.Les Luthiers, de quienes se separ¨® hace tres a?os Ernesto Acher, son ahora cinco: Marcos Mundstock, con su inseparable carpeta y sus geniales narraciones; Carlos L¨®pez Puccio, con sus discursos de dictador y gran habilidad para variados instrumentos; Carlos N¨²?ez Cort¨¦s, capaz de inyectar vida a un teclado cuando interpreta un blues, m¨²sica barroca, rococ¨® o rom¨¢ntica; Daniel Rabinovich, que aporta gesticulaciones de risa contagiosa y poderosos soplidos a una inmensa tuba-ca?¨®n; y, por ¨²ltimo, Jorge Maronna, que destaca por sus dotes de actor. La nueva producci¨®n est¨¢ basada en el canto, la danza, la palabra y la singular iron¨ªa de los at¨ªpicos instrumentos creados por el conjunto. Los cinco artistas, de inagotable ingenio, hablaron para EL PA?S.
Pregunta. ?Se consideran representantes contempor¨¢neos del secular movimiento de juglar¨ªa.?
Respuesta. Todo artista ha heredado algo de aquella tradici¨®n, s¨®lo que los medios han cambiado y el contacto con el p¨²blico se ha modificado paulatinamente, y a nosotros. nos toca una parte de eso. Tal vez nuestro parecido con los antiguos juglares sea mucho m¨¢s notorio por la variedad de lo que hacemos.
Humor pol¨ªtico
P. Una de las novedades del nuevo espect¨¢culo de Les Luthiers es la inclusi¨®n de la escena netamente pol¨ªtica Vote a Ortega. ?Rompen as¨ª el hielo en el campo del esperpento con la clase pol¨ªtica?
R. Hemos hecho en nuestra historia alusiones a algunas cosas pol¨ªticas. Es cierto que no lo hacemos habitualmente, pero lo contemplamos porque una de las herramientas de los humoristas es el comentario o la parodia sobre cuestiones pol¨ªticas. En el nuevo trabajo hemos realizado incursiones en esto, pero a nuestro estilo. Con la presentaci¨®n de este sketch no contradecimos nuestra intenci¨®n de no hacer chistes t¨®picos sobre alg¨²n personaje especial.
P. Nuevo espect¨¢culo y nuevo instrumento que se incorpora a la puesta en escena del quinteto: la gaita de c¨¢mara.
R. S¨ª, es una enorme c¨¢mara neum¨¢tica que pertenece a la rueda de un tractor de grandes dimensiones, de la que salen unos tubos que con la presi¨®n del aire almacenado alimenta cuatro instrumentos de viento. La utilizamos en el sketch pol¨ªtico.
P. ?De qu¨¦ instrumento creado por el grupo guardan mayor cari?o o admiraci¨®n?
R. Tal vez los que confeccion¨® Gerardo Masana en los comienzos. Los primer¨ªsimos, como el dactil¨®fono o m¨¢quina de tocar, que se ha usado mucho en los ¨²ltimos 15 a?os, y el tub¨®fono silic¨®nico crom¨¢tico, que toca Carlitos, el de los tubos de ensayo. La preferencia surge por la utilidad que le damos.
P. Les Luthiers ha cosechado un lenguaje propio, social y universal. ?Lo han estructurado conscientemente?
R. Lo hemos logrado a conciencia, pero no deliberadamente. El lenguaje y el estilo nos surgieron espont¨¢neamente. Fuimos descubriendo nuestra t¨¦cnica despu¨¦s de ponerla en pr¨¢ctica. Siempre hemos hecho lo que nos daba la gana, y adem¨¢s lo que sabemos hacer. Al ser un g¨¦nero que no se parece del todo a ninguno, se fue mezclando con lo que todos aportamos.
P. ?Cambiar¨ªan una sonrisa por una nota musical?
R. Si hici¨¦ramos un espect¨¢culo humor¨ªstico solamente, perder¨ªamos nuestra identidad, porque cultivamos el terreno del humor musical, o, mejor dicho, el humor con m¨²sica. Si hici¨¦ramos s¨®lo m¨²sica, tambi¨¦n perder¨ªamos nuestra identidad. Necesitamos las dos cosas.
P. ?Hasta qu¨¦ extremo la improvisaci¨®n tiene un papel importante en la actuaci¨®n de Les Luthiers?
R. No utilizamos la improvisaci¨®n salvo cuando alguno quiere decir algo para sorprender al resto de los compa?eros, y que si resulta una cosa graciosa y el p¨²blico la comparte puede llegar a permanecer en el espect¨¢culo, pero eso casi nunca sucede. En cambio tenemos toda la libertad de improvisar en los ensayos.
P. ?Ocurrencia, desaf¨ªo o iron¨ªa?
R. Los tres son ingredientes bienvenidos para lograr la eficacia de un humorista. Son armas afiladas las tres, las aceptamos y nos gustan, as¨ª como hay otras que rechazamos.
P. ?Cu¨¢les?
R. Lo que es demasiado f¨¢cil, demasiado obvio, lo que es de dominio p¨²blico.
P. A medida que pierden pelo y alg¨²n que otro integrante, ?Les Luthiers pierden algo de osad¨ªa?
R. No, en ese sentido no creemos que nos afecte el tiempo.
P. ?Hacia d¨®nde va Les Luthiers?
R. A tratar de hacer cada vez mejor nuestro trabajo. Estamos en nuestra rutina habitual, la de los a?os pares, que es ir preparando sin mucho apuro el material para el nuevo espect¨¢culo, que estrenaremos en 1991.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.